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Tamara Falcó se va a Nueva York en busca de su vestido de novia: reunión con Carolina Herrera

Tamara Falcó.
Europa Press

Después de una semana de polémica surgida por su vestido de novia, y de dar su versión en El Hormiguero, Tamara Falcó ha puesto rumbo a Nueva York, Estados Unidos, en busca del vestido para su boda con Íñigo Onieva, prevista para el próximo 8 de julio.

Allí se reunirá con el equipo de Carolina Herrera. Y no tardará mucho, ya que, tal y como informa Vanitatis, la marquesa de Griñón tendrá una reunión con el director creativo de la casa, Wes Gordon.

Tras la ruptura con Sophie et Voilà, Tamara se quedó compuesta y sin traje. Además, recibió muchas críticas por su supuesta actitud ante las diseñadoras. Ella misma dio su punto de vista el pasado jueves. "Estas chicas vinieron a casa de mi madre y dijeron que les encantaba la inspiración y que me lo hacían. En la primera prueba nos encantó a Juan Avellaneda, que es un diseñador muy reconocido, y Blanca Unzueta, que fue directora de Marie Claire", puso en contexto ante Pablo Motos.

"Cuando vine la programa me preguntasteis y os dije que era mejor que la inspiración, pero al decir esa palabra, comenzó la tensión... Cuando llegué a la segunda prueba del vestido, había cambiado completamente", comentó.

"Encima ese día venía mi madre, que es muy exigente. El caso es que yo no me veía con ese vestido porque no era el mío. Fue todo súper incómodo y ahí ya todo empezó a ir mal", admitió Falcó.

Que siguió contando la historia: "Cuando bajé con el vestido hubo un silencio... ¡Fue horrible! Cuando me lo probé vi que era distinto, que no era el mismo".

"Yo tenía un contrato a largo plazo con Sophie et Voilà, que iba a ser imagen de ellos durante un año prorrogable a dos años. Ellos me iban a hacer mi vestido de novia, pero yo no cobraba por eso, sino por el contrato de imagen en global", explicó.

"Tengo muy buenos abogados y lo que sí pusieron es que si no me gustaba el vestido, yo no me tenía que casar con él. Cuando ya se empezó a torcer la cosa, que, por cierto, fue muy desagradable", aseguró.

"Lo último que quieres es estar peleándote con los diseñadores sobre un vestido, porque es un momento muy bonito y todo eso", confesó la colaboradora.

La hija de Isabel Preysler destacó que, cuando ya se empezó a torcer la cosa, se desanimó: "Yo diseño y me encanta la moda, y parte de la boda era mi vestido"

"Cuando ya estaba muy triste con todo esto, me preguntó mi abogado si me gustaba el vestido. Le dije que no y tuvo una conversación con ellas, pero lo siguiente que sé es lo del comunicado de prensa", aclaró.

"Se han dicho todo tipo de cosas sobre lo difícil que soy, pero realmente, yo no me considero una persona difícil para trabajar, me gusta hacerlo en equipo, dar mi opinión", aseguró.

Para concluir, afirmó que "lo que no iba a hacer era casarme con un vestido de novia que no me gustaba, lo siento".

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