Los partidos centrales de la política española se juegan el 28-M tres cuestiones muy relevantes. Primera: quién se hace con gran parte del poder real del Estado, es decir, quién manda en 8.000 ayuntamientos, una docena de comunidades, más de cincuenta diputaciones provinciales, un par de ciudades autónomas y unos cuantos cabildos y hasta juntas vecinales.

Segunda: quién ganará en número de votos, si lo logrará el PP, como vaticinan casi todas las encuestas, o si lo conseguirá el PSOE, como defiende en solitario José Félix Tezanos desde su nave acorazada del CIS. Y tercera, con vistas a diciembre: saber qué idea se apuntala en la cabeza de los españoles. La que señala que el 28-M será el principio del fin para el ‘reinado’ de Pedro Sánchez o la que afirma que el presidente del Gobierno está en disposición de publicar una nueva edición de su ‘Manual de resistencia’ y renovar su contrato de alquiler en la Moncloa.

Sin querer hacer de Nostradamus, y ahora que ya no se pueden publicar encuestas pero sí elucubraciones, lo que pronostico es que el PP incrementará notablemente su número de votos y ganará en el cómputo general al PSOE, pero que los socialistas mantendrán por unas cuantas papeletas gobiernos autonómicos y municipales de gran carga real y simbólica y que, después de las negociaciones y pactos a cada lado de la trinchera ideológica, salvarán aún más cuota de poder.

En fin, todo eso si los indecisos, que son la tercera fuerza política del país (quizás en torno al 20% de los votantes), no nos dan una sorpresa este domingo.