Último tramo de LaLiga Santander: cada partido es una final y una auditoría al corazón de los aficionados

Las finales no se juegan, se ganan. Es una verdad no escrita en esto del fútbol. El problema es que todos los equipos están igualmente exigidos a cumplir con esta máxima de ganar las finales que quedan por disputarse. Así se presentan estas tres últimas jornadas en LaLiga Santander: con muchos intereses deportivos en juego, desde evitar el descenso a LaLiga SmartBank hasta lograr una plaza para jugar en Europa la temporada que viene, sin pasar por alto el prestigio de acabar en segunda posición, toda vez que el FC Barcelona ya es campeón liguero.

A través del estrecho pasillo del descenso, desde el Valencia CF hasta el RCD Espanyol de Barcelona, siete clubes se juegan la permanencia en la élite del fútbol profesional español. Siete equipos que quieren permanecer entre los mejores. Y por arriba, Europa es el reto de los mejores conjuntos de LaLiga Santander durante esta temporada. Desde el Rayo Vallecano hasta la Real Sociedad, ocho equipos se juegan cuatro billetes para presumir de club por el viejo continente el curso que viene. Sin olvidar la fantástica lucha que se ha abierto por el subcampeonato liguero, en sana rivalidad deportiva entre los dos principales clubes de Madrid, el Atlético de Madrid, ahora segundo, y el Real Madrid, tercero, separados en este momento por tan solo un punto. Emoción, por arriba y por abajo.

Tres jornadas para el final del campeonato, y multitud de finales que van a poner a prueba los ya de por sí emocionados corazones de las principales aficiones del país. Es el momento de apoyar, la afición lo sabe, de animar desde la grada para impulsar a sus respectivos equipos en la conquista de los objetivos que partido a partido, resultado tras resultado, han ido dándose para los veinte equipos que conforman este apasionante torneo. Los desplazamientos masivos están más que asegurados, los estadios llenos garantizan ese ambiente a final; es el momento en el que el fútbol se torna existencial, una cuestión de sonrisas o de lágrimas, el punto medio no tiene cabida a falta de tres jornadas para el final: ganar para festejar, perder y llorar. La vida en noventa minutos. Las finales se ganan, no se juegan.

Como en la noche de este martes, en la que rivalizaron las diversas realidades que provoca un campeonato con esta dimensión. Con siete plazas para jugar en Europa la temporada que viene y tres puestos de descenso, los equipos se juegan tanto que la emoción, como se pudo observar anoche, preside cada partido. El RC Celta y el Girona FC, partido para seguir auditando corazones, que acabó en empate. En arritmia los vigueses, que pelean por eludir el descenso con un punto más que no les aleja lo suficiente de los puestos rojos. Enfrente, el vigor de los catalanes que siguen optando, con un un punto más, a jugar la temporada que viene en Europa los catalanes. Situación que se repetía en el Reale Arena. La Real Sociedad opta a jugar la UEFA Champions League, como cuarto clasificado. Hasta ayer le separaban cinco puntos del Villarreal CF, a falta de nueve puntos por disputarse. Su victoria le deja el cuarto puesto asegurado de forma virtual a la espera de lo que haga el conjunto castellonense en esta jornada 36. Ganar para festejar este éxito para el conjunto txuri urdin. Enfrente estuvo el Almería, que peleará hasta el final por la permanencia. 

Como el Valladolid que ayer noche recibió la visita de uno de los pocos equipos que ya tiene resuelta su temporada. El FC Barcelona, nuevo campeón de LaLiga Santander, jugó en el Estadio Municipal José Zorrilla. Asistió a la necesidad habitual de un conjunto en puestos de descenso. La presión, la necesidad, las urgencias de una victoria que lo puede cambiar todo cuando el margen es tan estrecho para alcanzar la tan deseada permanencia. Y el 3-1 deja a los pucelanos tres fuera del descenso, con tres puntos de distancia sobre el Getafe. Respiro por tierras castellanas.

Así va a ser durante estas tres últimas jornadas. Como la emoción vivida ayer martes. Tensión, nervios, intensidad, esfuerzo, arrojo, necesidad… porque es ahora cuando el trabajo de toda una temporada da sus frutos o se pierde por el sumidero de los objetivos no completados. Dos realidades chocan con el objetivo inamovible de cerrar con éxito tanto esfuerzo. A partir de las 19.30 horas, el Villarreal CF, que ya tiene garantizado su pasaporte para jugar en Europa la temporada que viene (UEFA Europa League), se mide a un Cádiz CF que late junto a sus aficionados por la permanencia. De momento está cumpliendo, resiste fuera de los puestos rojos de la tabla con tres puntos de margen y un partido de ventaja, sobre la zona de descenso, que alivia algo de presión cuando restan solo tres jornadas por disputarse. La cuenta atrás ha comenzado, y tras un inicio de temporada realmente complicado, el conjunto de Sergio González busca rematar la faena del buen trabajo realizado en este 2023 firmando la que podría ser una victoria casi definitiva, aunque el triunfo del Valladolid ante el líder y campeón ha provocado un terremoto deportivo en la parte baja de la tabla.

El éxito de jugar en Europa y el drama de descender de categoría. Todo en 90 minutos. Como el Real Betis-Getafe CF de las 22.00 horas. Los béticos están a una victoria de acompañar al Villarreal en la Europa League el curso que viene, solo el Athletic Club le puede arrebatar este sueño en estas tres últimas jornadas. Reto complicado al haber seis puntos de distancia a falta de nueve. El Estadio Benito Villamarín podría ser esta noche una gran fiesta si se supera a un Getafe que juega de puntillas muy cerca del precipicio, sus 35 puntos no le dan margen alguno. Cualquier error puede ser de carácter irreversible. Por eso, en Getafe ahora mismo se sufre el fútbol, a la espera de esa victoria que alivie la presión y permita la celebración de una permanencia tan deseada al sur de Madrid.

La vida en noventa minutos. A eso se enfrenta el RCD Espanyol de Barcelona, que en su estadio y desde las 22.00 horas, se mide a un Atlético de Madrid que quiere acabar por delante del Real Madrid y coronarse como subcampeón de LaLiga Santander. El conjunto del Cholo Simeone buscará este objetivo en estas tres últimas jornadas. Jugará con la presión de saber lo que ha hecho el Real Madrid en el Bernabéu ante el Rayo Vallecano (salvado y con opciones reales aunque mínimas de disputarle al Athletic su plaza en la UEFA Conference League). Mientras tanto, la preocupación cunde en el RCDE Stadium. El Espanyol no tiene margen de error. Ganar y esperar, concepto que la afición digiere con la enzima de la esperanza y la fidelidad. Todo es posible mientras las matemáticas no digan lo contrario. Los pericos volverán a estar una vez más con su equipo, latiendo a su lado, en una nueva auditoría cardiaca que esperan superar juntos.

Jueves de intriga

Tras su victoria ante el Real Madrid, el Valencia CF viaja hasta Mallorca para cerrar su permanencia en LaLiga Santander. Respira con cierto alivio el conjunto che, que ha padecido una temporada dura que parece en disposición de resolver a tiempo para no verse inesperadamente en LaLiga SmartBank. Tras la derrota ante el Cádiz se encendieron todas las alarmas, que han mitigado tras dos victorias y un empate en las últimas tres jornadas. El arreón de campeón sitúa al Valencia cinco puntos por encima del descenso cuando restan nueve por jugarse. Nunca tan pocos puntos provocaron un alivio tan grande entre sus aficionados. Enfrente estará el RCD Mallorca, con los deberes adelantados y todo resuelto para un final de temporada tranquilo tras una temporada notable para los mallorquines.

Y las 22.00 horas se cerrará esta jornada 36 de LaLiga Santander, con una nueva final, esta vez por Europa. CA Osasuna, de ganar, podría arrebatarle la séptima plaza, la de Conference League, al Athletic Club, que visitará Pamplona sabiendo que ahora mismo es el rival de otros muchos equipos por embarcar hacia Europa la temporada que viene. Pamplona volverá a ser una olla a presión, como ya lo fue en la semifinal de Copa del Rey. Rojillos y rojiblancos volverán a constatar eso de que las finales se ganan para seguir auditando los corazones de unas aficiones dispuestas a llegar con sus respectivos equipos hasta el final, suceda lo que suceda.