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La morosidad en las empresas se estabiliza en máximos desde 2020, con la construcción en cabeza

Un albañil pasea por una obra en una calle de Madrid.
JESÚS HELLÍN / EP

La morosidad que sufren las empresas en el pago de las facturas que emiten se ha estabilizado a comienzos de año y se mantiene en máximos desde 2020. Al mismo tiempo, las compañías siguen reduciendo los periodos de pago para acelerar el cobro y evitar así que la inflación devalúe los recibos pendientes. Todo ello en un contexto en el que las subidas de tipos de interés ya se notan en las cuentas de las empresas, que pagan ahora el doble por financiar su deuda que el año pasado.

Estas son algunas de las conclusiones más destacadas del Observatorio de la Morosidad de Cepyme, que la patronal de las pequeñas y medianas empresas españolas ha presentado este martes. Los datos en poder de Cepyme señalan que, si bien la morosidad —es decir, la tasa de facturas impagadas que registran las empresas— se incrementó en términos interanuales en el primer trimestre, se ha mantenido estable en niveles próximos a los que se registraban en 2020. 

Una tasa de morosidad que, en todo caso, es la mitad de la que se registraba durante el anterior ciclo económico expansivo (2014-2019). Y está muy alejada de los máximos históricos experimentados durante los peores años de la gran recesión.

La evolución de los impagos en las facturas que emiten las empresas se ha disparado fundamentalmente en la industria y en el sector agroalimentario. Dos sectores que, no obstante, registran niveles de morosidad por debajo de la media nacional. 

El líder indiscutible en morosidad sigue siendo la construcción, con una tasa de impagos que supera en un 69% la media nacional y un 37% en lo que respecta a los materiales de obra. Tras la construcción aparecen la siderometalurgia (21% por encima de la media) y, a más distancia, la maquinaria (9%) y las actividades profesionales o el textil, ya prácticamente en la media. En el otro lado del espectro, eléctricas y gasistas, químicas y ventas de vehículos son las empresas que menos problemas de morosidad sufren, con niveles más de un 40% por debajo de la media nacional.

A nivel territorial, la morosidad crece en términos interanuales en 15 comunidades autónomas, algo que no ocurría desde 2012, señalan en Cepyme. Solo se libraron Extremadura y Asturias. Entre las comunidades donde más crecen los impagos destacan País Vasco, Castilla y León y Murcia, donde las tasas se han duplicado en comparación con el año previo. Sin embargo, las autonomías donde las empresas sufren más facturas impagadas son Baleares, Murcia y Andalucía (un 40% por encima de la media nacional). La otra cara de la moneda la representan Navarra, La Rioja o Aragón, que registran las tasas de morosidad más bajas del país.

Las facturas se pagan más rápido

El fuerte repunte de la inflación ha llevado a que las empresas aceleren en el cobro de las facturas para evitar que la inflación devalúe sus ventas. En un periodo de fuertes alzas de precios, cobrar más rápido las facturas puede permitir a una empresa de la construcción —por poner un ejemplo— comprar materiales antes de que suban de precio.

Así, el periodo medio de pago de las facturas de las empresas se ha reducido en el primer trimestre del año a 82,1 días, la cifra más baja en ocho años. En comparación con lo que se registraba en el arranque de 2022, el tiempo que tardan en abonarse las facturas se ha reducido 2,4 días, la caída más brusca en una década. Cepyme atribuye este fenómeno a "una gestión prudente de la tesorería de las empresas, azuzada por el aumento de los precios, la restricción del crédito y los mayores gastos financieros".

A nivel sectorial, los periodos medios de pago van desde los 72 días del sector servicios hasta los 125,3 de la industria, pasando por los 76,7 días del sector agroalimentario o los 96,4 de la construcción. En comparación con el año previo, la situación ha mejorado en todos los sectores, a excepción de la industria, donde el retraso en los pagos se ha incrementado en 31 días. Algo que en Cepyme atribuyen al uso intensivo en ese sector de energía y materias primas muy afectadas por la inflación. Si se excluyera al subsector de electricidad, gas y agua, señala la patronal, el conjunto del sector industrial vería reducido su periodo medio de pago en un día.

Finalmente, en lo que respecta a los gastos financieros, la patronal señala que los costes de la deuda de las empresas en el primer trimestre duplicó el registrado en el arranque de 2022. En concreto, el coste financiero de la deuda comercial de las empresas asciende ahora a 2.649 millones de euros, de los cuales la mitad es deuda morosa. En total, las pymes acumulan un pasivo que asciende a los 200.000 euros, un 19,2% más que en el ejercicio anterior. Un monto total que, en un contexto de tipos de interés al alza, supone un problema creciente para el tejido empresarial.

Redactor '20minutos'

Redactor de Economía y Datos desde 2021. Graduado en Periodismo y Comunicación Audiovisual. En 20minutos desde 2019. Antes pasé por la sección de Internacional del diario El Mundo. Adicto al Excel y a la web del INE. En lucha constante por acercar el obtuso lenguaje de la economía a la realidad de las personas.

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