Melilla es, en términos de democracia electoral, un sitio distinto. En las urnas de la ciudad autónoma se han escrito algunos de los episodios más bochornosos de la historia electoral de España. Porque bochorno causan los pucherazos, fraudes e irregularidades que en Melilla han tenido lugar en más de una ocasión.
Estos días la ciudad anda enredada en un caso de presunta compra del voto por correo. Nada nuevo. Melilla tiene el dudoso honor de ser la única 'provincia' donde ha habido que repetir unas elecciones, las de 1989. No se llegó a tanto en 2008, pero hubo fraude y políticos pagaron por ello.
Las generales de 1989
El domingo 29 de octubre de 1989, Felipe González logró su tercera mayoría absoluta consecutiva. El PSOE obtuvo 176 diputados. Uno de ellos lo consiguió en Melilla, para Julio Bassets. Además, los socialistas se hicieron con los dos senadores en juego, que fueron Miguel Lahoz y Juan José Suárez. Era un cambio total porque hasta ese día la representación parlamentaria había estado en manos del PP.
Eran tiempos convulsos en la ciudad. Como recuerda El Faro de Melilla, entre 1985 y 1987 había sufrido una profunda crisis como consecuencia de la Ley de Extranjería del PSOE y la respuesta de los melillenses de origen bereber en demanda de sus derechos civiles.
Pero ya antes de que los resultados se oficializaran, se escuchó un ruido funesto, el de las sospechas de fraude. El día 30, los periódicos de Melilla se hacían eco del resultado electoral, pero también del relato de ciudadanos que aseguraban que les habían intentado comprar el voto. El PP lo denunció.
Un interventor del PSOE rellenaba sobres con papeletas de su partido"
En cuanto comenzaron a analizarse urnas y mesas se vio que muchas cosas no encajaban. De entrada, el censo de los colegios electorales no coincidía con el que había recibido oficialmente el PP. Además, en los listados faltaban los números de DNI, había actas sin firmar, apoderados e interventores de irregular comportamiento y hasta hubo actos de propaganda electoral el mismo día de las elecciones.
Hubo más. Se encontró a personas que repartían sobres con el voto para el PSOE y a un interventor de este partido que rellenaba sobres con sus papeletas. También resultó que se habían extraviado votos nulos.
Todo acabó en manos de la justicia tras la denuncia del PP. El 5 de diciembre, la Sala de lo Contencioso-administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía declaró la nulidad de las elecciones celebradas en Melilla. Los magistrados consideraban probado que en múltiples mesas electorales habían tenido lugar irregularidades graves.
Un musulmán fue detectado por la policía con muchos votos del PSOE para repartirlos"
En su fallo, se habla de que "un interventor del PSOE rellenaba sobres con papeletas de su partido", que "un musulmán fue detectado por la policía con muchos votos del PSOE para repartirlos" y que "otro musulmán hacía de intérprete para otras personas".
El tribunal ordenó la repetición de los comicios en Melilla en el plazo de tres meses. Las elecciones se repitieron el domingo 25 de marzo de 1990. Sin embargo, pese a la gravedad de lo ocurrido, nadie resultó condenado. El PP ganó esa "segunda vuelta" (9.748 votos frente a los 6.741 del PSOE).
Las elecciones de 2008
Las urnas melillenses volvieron a sufrir manipulación en los comicios de 2008. PSOE y Coalición por Melilla (CpM) concurrieron en coalición al Senado. Se compraron votos. No era a cambio de dinero sino de trabajo.
Cuentan en la ciudad que muchas personas recibieron una carta con membrete del INEM con la promesa de un empleo. El ciudadano dispuesto sólo tenía que solicitar el voto por correo y la trama, con ramificaciones en Correos, se encargaría de darle el sobre con la papeleta correcta.
La música de aquello recuerda a lo que ha estado a punto de suceder en 2023. El fraude se servía de "las ventajas que ofrecía la normativa sobre emisión del voto por correo", se lee en la resolución judicial del caso. Porque el asunto acabó en los tribunales: 18 personas se sentaron en el banquillo.
Los hechos probados fueron que la trama puso en marcha un sistema que les garantizaría mayor número de sufragios. Los presuntos cabecillas de la trama de 2008 eran el líder de CpM, Mustafa Aberchán y el socialista Dionisio Muñoz.
El fiscal llegó a pedir para ambos 27 años de prisión. Fueron condenados a dos años de prisión, pero la sentencia en firme no llegó hasta 2021. La condena incluyó inhabilitación para el sufragio pasivo, motivo por el cual Aberchán no está en las listas de CpM para los comicios del 28 de mayo.
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