La nevera es uno de los electrodomésticos más importantes de la casa, por lo que su limpieza es esencial para mantenerla en óptimas condiciones de higiene y garantizar la seguridad alimentaria. Con el uso diario, la nevera acumula suciedad, restos de comida, malos olores e incluso bacterias que pueden ser muy perjudiciales para nuestra salud y afectar al sabor de la comida.
Los expertos en este importante electrodoméstico recomiendan una limpieza en profundidad una vez al mes, pero a los usuarios nos surgen numerosas preguntas que, en este artículo, exploraremos y responderemos.
¿Es seguro utilizar productos químicos?
La respuesta corta es sí. Existen numerosos productos químicos comerciales aptos para la limpieza de la nevera, y también podemos optar por soluciones caseras, más ecológicas y baratas.
En el caso de los productos comerciales, debemos prestar especial atención a que sean apropiados para un electrodoméstico de características tan especiales. Es fundamental leer cuidadosamente las etiquetas y seleccionar aquellos que sean seguros para uso alimentario y que no contengan sustancias agresivas y tóxicas como la lejía o el amoniaco.
Si preferimos evitar el uso de productos químicos comerciales y nos decidimos por alternativas más ecológicas, existen varias opciones:
- Agua tibia y jabón de lavavajillas: Ideal para neveras poco sucias o realizar el mantenimiento sin necesidad de desenchufar. Podemos incorporar la mezcla en un pulverizador y luego aplicarla al interior y exterior del electrodoméstico. A continuación, retirar con una bayeta.
- Agua tibia y vinagre blanco o específico de limpieza: Esta mezcla es para neveras que ya se encuentran más sucias y con mal olor. También podemos utilizar un pulverizador y posteriormente retirar la mezcla con un trapo o una esponja, repasando cuantas veces hagan falta hasta devolver el brillo a la nevera. En las manchas resistentes, puedes dejar que el producto actúe durante unos minutos.
- Agua tibia y bicarbonato de sodio: El bicarbonato es desengrasante y antibacteriano. Para eliminar manchas y desinfectar el interior, mezcla tres cucharadas de bicarbonato con un litro de agua tibia. Con la ayuda de una esponja o de un trapo, frota las paredes del interior.
En todos los casos, se opte por productos químicos comerciales o mezclas realizadas en casa, es necesario usar guantes de protección para su uso y manipulación. Es importante asegurarse de que no quedan residuos y enjuagar y secar a fondo el interior de la nevera para prevenir la contaminación a los alimentos.
Paso a paso para limpiar la nevera
Una vez elegido el tipo de producto que vamos a utilizar y antes de comenzar la limpieza, debemos sacar los alimentos y guardarlos en un lugar fresco, y asegurarnos de que la desconectamos de la corriente eléctrica. Podemos aprovechar para revisar las fechas de caducidad de los productos y deshacernos de aquellos cuyo consumo ya no es seguro. Hay que vaciar y sacar también las bandejas y los compartimentos. En el caso de la sección del congelador, si ha generado escarcha o hielo, deberemos esperar a que se haya descongelado en su totalidad. Coloca trapos, cubos o recipientes para recoger el agua.
Con una bayeta o una esponja humedecida en el producto frota todo el interior incluyendo las paredes, el techo, la puerta, las ranuras de las baldas o bandejas y de los huecos donde se colocan los cajones.
La nevera se debe limpiar de arriba hacia abajo, para evitar que el agua sucia caiga sobre superficies ya limpias previamente.
Tras limpiar bien el interior de la nevera, y mientras dejamos que se seque con la puerta abierta, podemos aprovechar para limpiar los cajones, las bandejas y los compartimentos retirados. Con el mismo producto utilizado para el interior de la nevera o con agua tibia y jabón suave, se puede usar el fregadero o la bañera. Es importante secarlos muy bien con un trapo o papel absorbente antes de volver a introducirlos en su lugar.
Una vez terminada toda la limpieza y la nevera seca y con sus baldas y cajones puestos en su lugar, volveremos a enchufarla y habrá que esperar a que recupere su temperatura adecuada antes de introducir los alimentos de nuevo.
Establece una rutina de mantenimiento para que no se acumulen los olores y la suciedad y realiza limpiezas superficiales una vez a la semana. Recuerda que es importante elegir productos químicos seguros, sean comerciales o alternativas más económicas.
Siguiendo los pasos que te hemos mostrado, tendrás una nevera limpia y desinfectada y dedicarás menos esfuerzos a la limpieza de este imprescindible electrodoméstico.
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