Carlos III echa a la modista de Isabel II de Windsor pero le regala una casa para que no diga nada

Se trataba de una de sus amigas más íntimas. No por nada estuvo a su lado prácticamente cada día los últimos 30 años. Angela Kelly era la modista de la fallecida Isabel II desde 1994, quien le hizo lucir sus famosos abrigos y una de sus confidentes, pues solían charlar juntas tomando gin-tonics. Sin embargo, su hijo, el actual rey Carlos III de Inglaterra, la ha desalojado de su casa en Windsor.

Según han dado a conocer varios medios británicos, Kelly ha tenido que dejar el cottage que la monarca le regaló cerca de su castillo, lo que entienden desde los citados periódicos que es un movimiento en el que también ha intervenido la reina consorte Camila, que no quiere que sea su modista.

Eso sí, tal y como dejó escrito su madre en su testamento, la marcha de Angela no ha sido a cambio de nada. El soberano le ha hecho entrega de las llaves de su nueva casa, un enorme casoplón cerca del Parque Nacional del Distrito de los Picos, al sureste de Mánchester, en el centro de Inglaterra.

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Eso sí, la aceptación de esta vivienda conlleva a su vez que Angela Kelly haya tenido que firmar un acuerdo de confidencialidad con la familia real británica, por el cual deja por escrito que jamás hablará desu relación con Isabel II ni volverá a publicar libros basados en su relación con ella, puesto que ya tiene dos en el mercado —aunque ambos fueron autorizados por la soberana—.

En las entrevistas que concedía, Kelly afirmaba que en muchas ocasiones se quedaba con la reina tomando el té o una copa. "Éramos dos típicas mujeres hablando de ropa, de maquillaje y de joyas... Nos los pasábamos muy bien juntas", llegó a declarar.

Angela Kelly comenzó trabajando como ayudante de vestuario para la reina, si bien más tarde pasaría a ser en su modista de confianza. Además, tenía otro trabajo esencial: era quien se probaba los zapatos de la reina para asegurarse de que eran cómodos para esta.