OPINIÓN

Infantilismo

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a su llegada a un encuentro con el administrador de la NASA en Moncloa este martes.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a su llegada a un encuentro con el administrador de la NASA en Moncloa este martes.
Europa Press
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a su llegada a un encuentro con el administrador de la NASA en Moncloa este martes.

La debacle del PSOE estaba cantada, anunciada y, casi, programada. En parte, se debe al infantilismo radicalizado de los que un día se creyeron que debajo de los adoquines estaba la playa. Díganme ustedes, si no, ¿cómo es posible que no se quiera reformar la ley del sí es sí para evitar que se beneficien de ella los centenares de agresores sexuales que ya lo han hecho? La única explicación que hay, a mi modo de entender, es el fanatismo que todo lo ciega.

Y luego tenemos la casi criminalización de los que tienen un piso en propiedad y lo alquilan. Y podríamos continuar con más ejemplos. Pero no vale la pena. Además, el gobierno de Pedro Sánchez casi nunca ha ofrecido una imagen de unidad, más bien lo contrario.

El PSOE no es extrema izquierda. Es un partido socialdemócrata moderado y ha sido víctima de la inmadurez de los universitarios hiperideologizados de Podemos. Los comunistas clásicos ya lo vieron, y por esto agasajan a su nueva musa: Yolanda Díaz. Su objetivo es resistir sea como sea.

Mucho tendrán que cambiar las cosas para que el PP no logré volver a La Moncloa con la ayuda de VOX el 23 de julio, de verdad. Pero, en fin, no hay nada escrito.

En Catalunya, los socialistas han resistido mejor, en parte, porque han recuperado el voto de Ciudadanos y porque muchos independentistas optaron por la abstención. En Barcelona, Xavier Trias, un convergente malabarista que no esconde lo que fue, ha conseguido volver a ganar unas elecciones al Ayuntamiento.

Por muchos cánticos, soflamas y peroratas varias que se hagan a favor de un gobierno progresista entre Colau, Collboni y Maragall, no creo que ni ERC ni Maragall estén por permitir que se haga a Trias lo mismo que se hizo a Maragall: un Valls. Es decir, evitar que sea alcalde quien haya ganado las elecciones.

Trias es un señor. Lo fue cuando perdió el 2015 y lo es ahora. Algunos deberían aprender de él.

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