Miguel Ángel Aguilar Cronista parlamentario
OPINIÓN

Elevado al cuadrado

Cara a cara entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo.
Cara a cara entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo en el Senado.
20minutos
Cara a cara entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo.

En su novela La lentitud, Milan Kundera expone las nociones de la mecánica existencial y concluye que recurrimos a la velocidad en busca de la amnesia. Esa se diría que ha sido también la búsqueda emprendida por el presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, en la madrugada del domingo 28 al lunes 29 de mayo bajo la impresión de los datos del escrutinio electoral. Acelerando que es gerundio. Queremos noticias nuevas. Pero noticias capaces de ganar la atención, que es la magnitud más escasa y más disputada. Gran acierto, según algunos, el de Sánchez al contraprogramar con el anuncio de la convocatoria de elecciones generales para el 23 de julio y tapar así el impacto de la debacle de las urnas. Éxito indiscutido al lograr el salto de pantalla y copar las primeras páginas de los diarios, así como de las aperturas de todos los espacios informativos de la radio y la televisión, con viralidad adicional garantizada en las redes sociales.

Se impone que reconozcamos, sin regateos mezquinos, las habilidades de Pedro Sánchez. Bien, de acuerdo; y después, ¿qué? Porque la repentina victoria mediática traía una mochila cargada de graves consecuencias y sería letal la renuncia al análisis esclarecedor de lo sucedido en las elecciones municipales y autonómicas y al inexcusable intento de averiguar las causas que se han sumado para que la derrota haya llegado a expresarse en términos tan contundentes. Es irrenunciable el debido proceso para precisar los factores que han multiplicado la dimensión del desastre cosechado y ponderar en qué proporción los candidatos han contribuido a su agravamiento o a su alivio, en cada uno de los casos. En Moncloa, los íntimos de la adhesión inquebrantable consideraron que Sánchez sería el talismán de la victoria y se empeñaron en prodigar sus apariciones en lugares de aforo reducido, sin vítores ni entusiasmos, de los que el presidente se valió como tribuna para prometer medidas de aprobación en el Consejo de Ministros del martes siguiente.

Nadie se lo va a decir, entre otras cosas, porque es Sánchez quien se ha reservado la confección urgente de las listas de las candidaturas en cada una de las circunscripciones provinciales, sin que haya tiempo útil para que participen los órganos del partido. Pero el primero de los errores de planteamiento ha sido la aceptación de que los comicios municipales y autonómicos se transformaran en un plebiscito sobre Sánchez y el sanchismo, atendiendo a las conveniencias del líder de la oposición y presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo. Dicen que la súbita decisión de Sánchez ha sorprendido con el pie cambiado a su adversario del PP, pero no dicen que también ahuyenta cualquier posibilidad de que a Feijóo le salgan rivales en el seno de su propio partido envalentonados con mayorías absolutas porque la premura no deja margen alguno. Por eso y muchas cosas más las previsiones para el 23 de julio son que se eleven al cuadrado los resultados del 28 de mayo. Continuará.

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