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Alberto Garzón, el economista heterodoxo del 15-M que llevó al PCE al Gobierno por primera vez desde 1939

Alberto Garzón.
HENAR DE PEDRO

Alberto Garzón (Logroño, 1985) deja la primera línea política como ha ejercido sus cargos durante sus 12 años: sin pronunciar una palabra más alta que otra. Con el anuncio que hizo público este viernes a través de un comunicado, el coordinador federal de IU cierra un ciclo que empezó en 2011 al ser elegido diputado para el Congreso con 25 años, el más joven de esa Cámara Baja, y que termina con él dejando al PCE en el Gobierno por primera vez desde 1939, al final de la Guerra Civil, y dispuesto a embarcarse en una nueva marca: Sumar.

Nacido en Logroño, pero criado en Rincón de la Victoria (Málaga), Garzón se hizo conocido para el gran público en 2011 a raíz de sus apariciones televisivas en el programa 59 segundos de TVE. Allí, el que entonces solo era un joven economista militante de IU y el PCE criticaba las recetas económicas puestas en marcha por la UE, la troika y el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, y su juventud y formas conectaban con el recién nacido movimiento 15-M. Apenas unos meses después de empezar aquella colaboración televisiva, Garzón fue elegido en diciembre de 2011 uno de los 11 diputados del grupo parlamentario liderado por Cayo Lara junto a clásicos dirigentes de IU como José Luis Centella o Gaspar Llamazares.

En aquella legislatura de la mayoría absoluta de Mariano Rajoy, no obstante, Garzón se convertiría en protagonista inesperado pese a su juventud. La culpa la tuvo la irrupción en 2014 de Podemos, que de la nada obtuvo cinco diputados en las elecciones europeas frente a los seis que consiguió IU. Fue la primera señal de un terremoto político que acabaría con el bipartidismo y que, durante muchos meses, amenazó con dejar a IU también fuera de juego: durante todo ese año y también a principios de 2015, Podemos llegó a liderar las encuestas frente a una IU que languidecía y se exponía a ser extraparlamentaria.

Fue en ese contexto en el que la antigua dirección de IU puso sus ojos en un Garzón que, pese a que apenas llevaba tres años como diputado y solo uno en la ejecutiva de IU, representaba la voz más joven y fresca de la federación. En 2014, al dirigente se le encargó la responsabilidad de buscar la confluencia con Podemos para las elecciones generales de diciembre de 2015. Fracasó: los morados le llegaron a ofrecer su inclusión personal en sus listas, pero por aquel entonces se impuso en Podemos la idea de que IU era una organización acabada con la cual una coalición solo restaría votos.

Con ese panorama, IU se embarcó en una campaña a la desesperada en la que se apostó por Garzón como gran reclamo y en la que se combinaron irreverentes campañas en redes sociales con improvisados mítines callejeros con el candidato como protagonista. Garzón ya había recibido de facto las riendas de la organización de manos de Cayo Lara, pero aún no era coordinador federal, lo cual no fue obstáculo para que consiguiera que IU sobreviviera al huracán Podemos: los morados obtuvieron 69 escaños en las generales de diciembre de 2015, pero IU mantuvo dos actas por Madrid que permitieron a Garzón superar la primera bola de partido de su formación.

La repetición electoral del año siguiente fue otra historia. Superadas las reticencias del sector errejonista de Podemos, que rechazaba una coalición con IU, Garzón se abrazó con Pablo Iglesias para suscribir el que se llamó posteriormente Pacto de los Botellines. Nacía Unidos Podemos, una alianza que, no obstante, sumó el primer gran batacazo de la corta historia morada y también de la breve carrera política de Garzón, ya que perdió un millón de votos con respecto a diciembre de 2015 y no pudo conseguir el sorpasso al PSOE.

El mayor defensor de la unidad de la izquierda

Desde entonces, Garzón ha sido un férreo defensor de la unidad de IU con Podemos, incluso frente a sectores minoritarios de su partido que la cuestionan. Y en 2019 volvió a suscribir un acuerdo de coalición con los morados tanto en abril como en noviembre, pese a haber sido una de las voces que abrió la puerta a un acuerdo exclusivamente programático con el PSOE que dejara fuera a Unidas Podemos del Gobierno, como querían los socialistas. Tras los segundos comicios, ya no hubo duda y el acuerdo se anunció a los pocos días de las elecciones. Y Garzón obtuvo el Ministerio de Consumo, el primero que ocupaba un militante del PCE desde la Guerra Civil.

Su perfil en el Gobierno ha sido bajo, aunque Consumo ha aprobado normas como la limitación de la publicidad de apuestas online o la prohibición de que las empresas utilicen teléfonos 902 para ofrecer servicios de atención al cliente. También, a su pesar, se vio en el centro de la polémica cuando promovió el modelo de ganadería extensiva frente a las macrogranjas. 

No obstante, a la interna de Unidas Podemos su papel ha seguido siendo fundamental, especialmente a raíz del choque entre Yolanda Díaz y Podemos tras la conformación de Sumar, el proyecto de la vicepresidenta en cuyo equipo económico el que el líder de IU seguirá colaborando. Garzón se ha convertido en uno de los puntales de apoyo Díaz. Y fue ella la que, este viernes, le despidió elogiando su "buen hacer, saber estar y enorme generosidad". "Hay que saber estar en los sitios, y Alberto siempre supo estar en los sitios". Su sitio, a partir de ahora, será la segunda línea.

Redactor '20minutos'

Redactor de Nacional. Me hice mayor en Infolibre y llegué a 20minutos a finales de 2019. Sigo a Sumar y a Podemos y me paso la vida en el Congreso, donde también me encargo de la crónica parlamentaria. Cosecha de 1993.

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