Juan Luis Saldaña Periodista y escritor
OPINIÓN

Someter al enemigo sin luchar

Jugar contra nadie es un modo de perder.
Jugar contra nadie es un modo de perder.
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Jugar contra nadie es un modo de perder.

He visto un vídeo de un tipo tatuado hasta el cuello, que dice que es millonario y que tiene muchos “Lambos” -así llama al famoso Lamborghini-, en el que afirma que cuando le entra la pereza, el sueño o las ganas de comer, se echa al suelo y hace cincuenta burpees, un ejercicio que consiste en realizar una flexión de brazos en el suelo, ponerse de pie y dar un salto. El tipo afirma que esa práctica es mano de santo, que todo se arregla con el “bombeo”.

Los nuevos estoicos también nos venden una forma de vida aguerrida en la que recauchutan ideas de hace mucho tiempo con un barniz moderno y deportivo. No faltan discípulos de este pensamiento que tratan de vendernos las bondades del esfuerzo, la actividad y el aguante por tierra, mar y aire. Los madrugadores digitales, los ayunadores, cuentacalorías y demás fauna social parecen tener la solución a los problemas que plantea al ser humano el siglo XXI.

Frente a estas ideas, el político busca la pasividad. El no hacer nada y esperar que sea el rival quien se equivoque para entonces lanzarse sobre él y sacarle las tripas. Hay en la condición humana una especial habilidad para la espera, para la observación sagaz y el ataque mortal. En estos días de hastío, en esta cuesta abajo hacia otra campaña electoral, que es como la recena de una mala boda, lo que más parece importar a los que aspiran al poder es, simplemente, que no pase nada, que sea el otro el que se equivoque.

El que aspira a gobernar pasa estos días como quien cogió un número en la carnicería y está atento a que no se le pase el turno y a que no se le cuele nadie.

Los Holandeses tienen una palabra para esto: Niksen. Significa no hacer nada y disfrutarlo. Los italianos también lo llamaron il dolce far niente. El que aspira a gobernar pasa estos días como quien cogió un número en la carnicería y está atento a que no se le pase el turno y a que no se le cuele nadie. El deporte también trabaja con profundidad el arte de hacer que el rival se canse. La rápida circulación de balón para hacer correr al otro en el fútbol, mover al oponente en los deportes de raqueta o dejar que el otro golpee primero en el boxeo para cansarlo son tácticas que siempre dan resultado.

El que va perdiendo la posición necesita mover el árbol, que todo se agite, que pasen cosas. Sabe que todo juega en su contra, que el desgaste existe, aunque no se quiera ver. Estos días de calma rara, de propuestas sin fondo y de observación nos recuerdan la frase que dejó escrita Sun Tzu en El Arte de la Guerra en el siglo V antes de Cristo: “El supremo arte de la guerra es someter al enemigo sin luchar”.

Juan Luis Saldaña
Periodista y escritor

Colecciono coca colas falsas en lata y hago fotos a las bolsas de plástico en los árboles. He publicado libros de poemas y relatos. Mi última novela es "Hilo musical para una piscifactoría". Se llevó al cine bajo el título de "Miau". He sido redactor en prensa, presentador en tele y radio y ahora me piden que opine. Licenciado en derecho, MBA, máster en periodismo y doctor en comunicación e información. He tenido una agencia de marketing, alguna experiencia de éxito en comercio electrónico y doy clases en algún máster sobre esto.

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