Joaquim Coll Historiador y articulista
OPINIÓN

‘Puigdemontismo’, erre que Erra

Anna Erra, presidenta del Parlament de Catalunya.
Anna Erra, presidenta del Parlament de Catalunya.
ALBERTO PAREDES - EUROPA PRESS
Anna Erra, presidenta del Parlament de Catalunya.

La presidencia del Parlamento de Cataluña ha estado más de 10 meses en situación de interinidad sin que Junts ni tampoco ERC se atrevieran a nombrar un sustituto a Laura Borràs. La mesa de la cámara tampoco ha querido retirarle el escaño hasta que no ha tenido más remedio que obedecer a la Junta Electoral. Finalmente, el pasado viernes, la exalcadesa de Vic, Anna Erra, de Junts, fue elegida nueva presidenta en segunda vuelta. Aunque el clima actual en Cataluña es de pragmatismo, y en las elecciones de hace dos semanas el debate soberanista apenas tuvo espacio, la llegada de Erra no supone ninguna mejora. La nueva presidenta es otra fanática, con declaraciones identitaristas cercanas a la xenofobia, pues para ella solo son catalanes lo que hablan catalán. Como alcaldesa vetó la presencia en la calle de partidos y plataformas defensoras del bilingüismo, convirtió Vic en un fortín propagandístico repleto de pancartas, banderas y lazos, y tuvo el mal gusto de transformar su bonita plaza mayor en un cementerio simbólico formado por 2.500 cruces amarillas.

La designación de Erra atestigua que en Junts siguen erre que erre con el puigdemontismo. Lo sucedido en las municipales no debería llevarnos a engaño. El PDECat, herederos de la antigua Convergència, concurrió en alianza con Junts, y sus candidatos, particularmente Xavier Trias en Barcelona, fueron los que obtuvieron mejores resultados. Pero en Junts propiamente no hay moderación, y Carles Puigdemont sigue mandando. Erra se fue a Waterloo a recibir instrucciones, como días antes lo había hecho Míriam Nogueras, cabeza de cartel para las generales, con cuya designación queda claro que los diputados de Junts no servirán para investir a Pedro Sánchez. Borràs, que sigue presidiendo el partido pese a la condena por corrupción, ya ha dicho que no se presentan para "salvar a España de Vox", sino para lograr la independencia. Curiosamente, a las generales el PDECat sí va a concurrir bajo la marca Espai CiU, con voluntad de hacer política en el Congreso.

No cabe duda de que, si el próximo Gobierno, en la hipótesis hoy bastante probable de que gane el PP, se tuviera que sostener en el partido de Santiago Abascal, formación que tiene como objetivo liquidar las autonomías, el separatismo se reactivaría. Curiosamente, eso sucede mientras el discurso de la ultraderecha xenófoba independentista se está normalizando. En Ripoll, localidad donde vivían los jóvenes yihadistas que perpetraron los atentados de 2017, ha ganado una formación, Aliança Catalana, cuyo discurso sobre la inmigración es similar al de Vox, pero bajo la bandera estelada. En Junts rechazaban hasta ayer mismo participar en un cordón sanitario porque, según Borràs, "no se debe contradecir la voluntad popular".

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