A 40 días de las elecciones generales, el líder del Partido Popular se choca de frente con el órdago que lanzó a su llegada a Génova, que mantuvo antes y después del 28-M y que, además, contiene de cara a las elecciones generales. Del evitar a Vox e intentar "hasta el final" gobernar en solitario en las autonomías -de hace apenas una semana- a pactar, por el momento, el Gobierno de la Comunidad Valenciana y los ayuntamientos de Elche, Guadalajara, Maracena Alcudia y Calvià (Mallorca). Así, los pactos ya alcanzados con Vox pondrán a prueba la estrategia de Feijóo de cara al 23 de julio.
Pero el PP, lejos de recular en su objetivo, se reafirma en este: "Es nuestra carta", defienden desde Génova. Una carta que Feijóo ha reivindicado como suya recurriendo en varias ocasiones a su historial político, a sus cuatro mayorías absolutas en Galicia. "Quien quiera un gobierno sólido, somos la opción". Una vez que la dirección nacional vuelve a apostarlo todo a la carta de 'un gobierno del PP en solitario', les queda por convencer a sus recién conquistados votantes de que siguen siendo la opción más útil pese a sus puntuales pactos con Vox, combatir a una izquierda que se empleará en desacreditar a Feijóo por pactar con Abascal y sacar la carta 'antiVox', y por comprobar, en última instancia, si llegan a la Moncloa utilizando esta única estrategia.
A todos aquellos que votaron al PP en el 28-M pese a no haber optado antes por esta opción política, el mensaje de Génova es reiterativo: "Pedro Sánchez no puede ir a una investidura sin coalición, mientras que Feijóo sí puede ir en solitario", en referencia a que son las primeras generales del líder popular y a su pasado de mayorías en Galicia. Y lo enlaza con los buenos augurios que le dan las encuestas.
Los populares responsabilizan además a su principal adversario de sus pactos con Vox. "Miguel Ángel Revilla cerró la puerta a Vox apoyando al PP en Cantabria y, en cambio, Ximo Puig se la ha abierto en la Comunidad Valenciana". Y advierten de que la baza del 'miedo a la formación de Abascal' le dejó de funcionar a Sánchez hace ya una legislatura. "Ni en las elecciones de Castilla y León ni en las de Andalucía ni en las pasadas del 28-M le ha funcionado apelar al miedo a la ultraderecha".
Se dicen seguros de que la carta del miedo a Vox ya está desfasada y que Feijóo logrará suficientes escaños como para gobernar en solitario. Es decir, en Génova no han renovado el discurso y se mueven con los mismos argumentos de los últimos 16 meses pese a sus primeros pactos postelectorales con Vox. De nuevo, la tónica sigue siendo la de apelar al voto útil, al de la mayoría contundente con la que el PP pueda "responder a los anhelos de una mayoría de españoles que demandan una nueva etapa e ilusionar a quienes necesitan un gobierno mejor".
En estas palabras se manifestó el líder popular durante la presentación oficial de sus cabezas de lista. Desde Aranjuez, presumió de haber tenido "manos libres" para haberles escogido "sin cuotas, sin presiones ni ruidos", esto "a diferencia" de las dos grandes fuerzas a la izquierda del tablero político. "En estos días he trabajado en el programa, en mis propuestas, en ideas y en su diseño; no he tenido que dedicar tiempo en hacer cábalas, puzles o cambalaches para contentar a unos y a otros", subrayó Feijóo, empleándose en marcar la diferencia con PSOE y Sumar. "Las listas del sanchismo y sus socios hablan de un fracaso masivo de los partidos del Gobierno, de salir a perder y a colocar a afines; con purgas, vetos cruzados y venganzas; luchas de egos, negociaciones a cara de perro y sopas de siglas".
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