Quedan tres semanas para que la boda del año, entre Tamara Falcó e Iñigo Onieva, tenga lugar: será el sábado 8 de julio en el Palacio El Rincón, en Aldea del Fresno, a 60 kilómetros de Madrid.
El asunto del vestido nupcial, que ha dado tantas vueltas con la cancelación del encargo por parte de las primeras diseñadoras, Sophie et Voilá, está prácticamente resuelto. El propio director creativo de Carolina Herrera, Wes Gordon, ha desvelado detalles muy destacados del mismo: llevará flores bordadas a mano inspiradas en la tiara que lucirá la novia y en sus flores favoritas: peonías, rosas y tulipanes. Gordon ha contado que el modelo preferido de la novia para su diseño nupcial es Grace Kelly, la actriz americana que se casó con Rainiero de Mónaco y sentó un estilo personalísimo por su elegancia y refinamiento.
La diadema que lucirá Tamara es un préstamo de su cuñada Amparo Corsini, casada con su hermano mayor, Manolo, quien a su vez será su padrino de boda. Al parecer, según señala la revista Hola, la marquesa de Griñón tenía gran ilusión en que Amparo le prestara algo, por eso de la tradición, y por su estrecha amistad con ella.
Hablando de títulos nobiliarios, hay que recordar que Tamara heredó el marquesado de Griñón a la muerte de su padre, hace tres años por covid. En la invitación que ha circulado entre los 400 asistentes llama la atención que en la parte superior, donde figuran los remitentes, estén las madres de los novios, Isabel Preysler y Carolina Molas, junto a los nombres de los novios. Pero Tamara, en lugar de firmar como Marquesa de Griñon, lo hace como Marqués de Griñon, no se sabe si por razones sentimentales (recordar a su padre en un día tan emotivo) o por cuestiones gramaticales.
Volviendo al traje de novia, Tamara viajará en los próximos días por segunda vez a Nueva York, donde el equipo creativo de Carolina Herrera trabaja a destajo para tener el gran encargo listo en tiempo récord. Lo hará una tercera vez, y Wes Gordon viajará a España cuando el vestido esté finalizado, justo antes de la boda. En total, se han necesitado 4 viajes transoceánicos para que el mejor secreto de toda boda, se cumpla en este caso también.
Mientras los modistas dan puntadas con la amenaza del calendario encima, la novia se ha ingresado en la clínica Buchinger de Marbella, de donde sólo sale para acudir a su compromiso televisivo con El Hormiguero. Aunque ella misma negó que fuera a hacerlo cuando recibió críticas por su "exceso" de peso, lo cierto es que Tamara lleva varias semanas de tratamiento. Ni siquiera acudió a la babyshower de su prima Isabelle Junot, que días después daba a luz a su hija Phillipa Falcó, ni al 34 cumpleaños de su novio.
Dado el volumen de trabajo que supone la organización de este acontecimiento, al que hay convocados 400 invitados, los novios han contratado los servicios de la empresa de Ramiro Jofré, experto y proveedor en estos eventos. La empresa se está ocupando de la distribución de mesas, que estarán en los jardines del palacio, y de la decoración. Todo será exterior: los novios no se casarán en la capilla, que es muy pequeña, por otra parte, sino en un patio interior del edificio, sometido a trabajos de mejora en los últimos meses.
El palacio, construido en el siglo XIX, está ubicado en un terreno de 123 hectáreas y era el refugio favorito de Carlos Falcó, padre de Tamara. Solo en jardines alberga 2.000 metros cuadrados que serán debidamente cubiertos por carpas a su vez decoradas con flores. Allí lucirán peonías, rosas de jardín y tulipanes, las flores predilectas de la novia.
El banquete lo firmará Eneko Atxa, cinco estrellas Michelín, y en la mesa se degustarán vinos y aceites de las bodegas familiares. A la cena seguirá un baile, que abrirán los novios, y habrá una fiesta hasta altas horas de la madrugada, con una banda de música extranjera y un DJ. NO habrá fuegos artificiales porque el paraje es un espacio natural protegido.
La lista de invitados incluye, entre muchísimos, a la propia Carolina Herrera, Vicky Martín Berrocal, Pablo Motos, Nuria Roca y su marido, Juan del Val, Eugenia Silva, Alessandra de Osma y, claro está, las propias familias. Todos los hermanos de Tamara (8) han confirmado su asistencia, menos Enrique Iglesias, que tiene un concierto en Rumanía el 2 de julio y no se ha pronunciado. No estará Carmen Martínez-Bordiú, en tiempos íntima amiga de Isabel Preysler, por otro compromiso anterior.
Respecto al novio, sus 150 primos no estarán en la cena, pero sí en la ronda de copas, ha dicho la propia novia, que los califica, eso sí, de "encantadores". De este modo, la boda que más inconvenientes se ha encontrado en su organización previa (incluyendo una infidelidad del novio ya olvidada, un esguince, un despido laboral y un largo etcétera) llega a sus días más importantes, donde los novios trabajan y se cuidan para que todo salga a la perfección, como en un cuento de hadas.
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