Ciencia

La contaminación lumínica amenaza con extinguir las luciérnagas: los machos no ven el brillo de las hembras

Imagen de luciérnagas.
PIXABAY

La contaminación lumínica es cada vez mayor en el mundo, algo que está poniendo en peligro la vida de las luciérnagas y podría llevar a su extinción. Así lo ha alertado una investigación publicada en el Journal of Experimental Biology. 

Según este estudio, la enorme cantidad de luz emitida por el ser humano está haciendo que el brillo de las hembras de este insecto no sea capaz de competir con la luz ambiental para atraer a los machos, lo que está causando problemas en su reproducción. 

Esta contaminación lumínica afecta a muchos animales, desde el aumento del tiempo de actividad de los depredadores hasta la interrupción de las migraciones. En el caso de las hembras de la luciérnaga común, la 'Lampyris noctiluca', estas emiten un resplandor verde desde su abdomen para atraer a los machos voladores, pero son incapaces de volar ellas mismas a nuevos lugares para escapar de la contaminación lumínica.

Por ello, un grupo de científicos de la Universidad de Sussex (Reino Unido), han analizado las dificultades que tienen los machos de luciérnaga común para encontrar pareja en un entorno cada vez más iluminado. Así, han descubierto que la luz blanca les dificulta la tarea de encontrar hembras brillantes, lo que podría tener consecuencias desastrosas para las poblaciones mundiales de luciérnagas.

Tras recolectar luciérnagas por la noche en South Downs (Reino Unido), uno de los investigadores las transportó al laboratorio para transferir los insectos macho a un "laberinto" en forma de Y sin exponerlos a la luz artificial.

El equipo colocó así las luciérnagas macho en la parte inferior de la Y junto con una luz LED verde, que imitaba el brillo de una hembra, hacia la que el macho tenía que caminar. A continuación, registraron si los machos encontraban a la falsa hembra y cuánto tardaban en hacerlo.

Más tarde, el equipo encendió una luz blanca sobre el laberinto. Mientras que todas las luciérnagas encontraron el LED en la oscuridad, sólo el 70% lo hizo con la luz blanca encendida, y sólo el 21% de los insectos encontró a su posible pareja con la luz más brillante.

De esta forma, determinaron que la luz blanca no sólo afectaba a la capacidad de los gusanos luminosos para encontrar una hembra, sino que también hacía que tardaran más en llegar al LED. 

En la oscuridad, los gusanos tardaban unos 48 segundos en alcanzar el LED que imitaba a la hembra, pero con la luz blanca tardaban un total de 60 segundos.

La iluminación del laberinto también hizo que las luciérnagas macho pasaran más tiempo en la parte inferior del laberinto sin moverse hacia una hembra. En la oscuridad, los insectos sólo pasaron unos 32 segundos en la parte inferior de la Y, mientras que en las condiciones más luminosas pasaron unos 81 segundos. 

Un "escudo craneal"

Moubarak, uno de los científicos del estudio, afirma que las luciérnagas macho eran incapaces de moverse hacia las hembras cuando eran deslumbradas por la luz blanca porque "cubren sus ojos compuestos con un escudo craneal, que actúa como un par de gafas de sol", reduciéndose así la cantidad de luz brillante que ven.

De hecho, cuando la luz blanca iluminó la zona con la falsa hembra LED, las luciérnagas taparon sus ojos durante un 25% del ensayo, en comparación con sólo un 0,5% del tiempo cuando el laberinto estaba a oscuras. 

"Mantener los ojos bajo el escudo de la cabeza muestra que las luciérnagas macho intentan evitar la exposición a la luz blanca, lo que sugiere que les desagrada mucho", afirma. 

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