La ventrílocua y humorista Mari Carmen Villaseñor, comúnmente conocida por su nombre artístico 'Mari Carmen y sus muñecos', ha muerto este jueves a sus 80 años. La cómica sufrió una desafortunada caída en una casa en Puerto de la Cruz, al norte de Tenerife, según informó la revista Semana.
La larga trayectoria de la castellano-manchega tuvo sus inicios en el mundo del cine. Sin embargo, fue la pequeña pantalla la que la convirtió en una referente y en una de las humoristas más aclamadas de la época. Su destacado talento y su destreza para dar voz a sus personajes de tela le permitieron alcanzar una gran popularidad, junto a sus icónicas marionetas.
El pato Nícol, el león Rodolfo, la niña Daisy y doña Rogelia, fueron los muñecos a los que dio vida la ventrílocua y que pronto se convirtieron en las personajes que marcaron toda una generación. Completamente diferentes entre sí, y cada uno con sus peculiaridades, a día de hoy son el legado más preciado de la humorista.
La deslenguada doña Rogelia
Doña Rogelia es la marioneta más popular de Mari Carmen. Una señora mayor con un genio muy peculiar que supo ganarse el corazón de miles de españoles. Vestida con pañoleta y un vestido negro reflejaba a una anciana tradicional, posiblemente de Castilla La Mancha como la humorista.
Cascarrabias y gruñona y con una notable sordera, doña Rogelia relataba historias con una perspectiva muy particular y, como no, en el imaginario colectivo quedarán sus famosas coletillas como "leñe".
Mari Carmen desveló en una entrevista que la idea del personaje de doña Rogelia surgió tras conocer a una mujer mayor en Cuenca, con quien trató de mantener una conversación, pero sin muchos frutos debido a que "era muy sorda y no entendía nada de lo que le decía".
La niña Daisy
La muñeca Daisy fue uno de los primeros personajes recreados por Mari Carmen. Adolescente y contestona, Daisy fue presentada por primera vez al público en la sala de fiestas de Pavillón de Madrid en 1965.
Rubia, con trenzas y con un excesivo maquillaje, este personaje se caracterizaba por sus divertidas ocurrencias y por expresar sus ideas y pensamientos sin pelos en la lengua.
El pato Nícol
Este también es otro de sus primeros títeres. En su día, la ventrílocua explicó que el pato Nícol reflejaba a "los chavales jóvenes y pasotas que están en la calle". Mari Carmen debutó con esta marioneta, descarada e irreverente, a sus 17 años y fue una de sus voces favoritas.
El trasfondo de Nícol escondía una gran metáfora ya que, además de encarnar personas chulescas, hacía alusión al carácter duro que intentaban reflejar este tipo de gente, aunque, por dentro, guardaban un inmenso corazón.
El león Rodolfo
El león Rodolfo se ideó en los años 70, cuando Mari Carmen se encontraba de viaje en México. Con un carácter dulce, sensible y delicado, pero sin pelos en la lengua, pronto se convirtió en uno de los muñecos más aclamados de la época.
"Hay muchos Rodolfos. Muchos hombres gays maravillosos que son mis amigos cercanos", explicó Mari Carmen, dejando entrever que esta marioneta representaba un personaje LGTBIQ+. A pesar de que el león Rodolfo no tenía la misma aparición en la televisión que los otros personajes de la humorista, sí tenía presencia en galas especiales como las de Nochevieja.
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