Feijóo se ve indemne tras amarrar el gobierno valenciano y reforzado para presionar ahora a Vox donde el PP es más fuerte

Feijóo posa con sus cabeza de listas al Congreso.
Feijóo posa con sus cabeza de listas al Congreso.
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Feijóo posa con sus cabeza de listas al Congreso.

Llegó al ámbito nacional con el único propósito de gobernar en solitario. Catorce meses después de reincidir en el mismo discurso, el del aunar una mayoría sólida en torno al PP y sacando constantemente a Vox de la ecuación, a Alberto Núñez Feijóo le ha llegado el momento más decisivo. Tres semanas desde que ganara las elecciones del 28M y a poco más de un mes para las generales, el líder popular ha atado sus primeros acuerdos con la formación de Santiago Abascal. Pero él se ve indemne; se sacude el polvo del pacto en Comunidad Valenciana y de otros tantos ayuntamientos y se concentra en resistir a Vox donde es más fuerte, como Baleares, Murcia o Extremadura.

En Génova se lavan las manos. Aseguran que, como Feijóo habría exigido si continuara al frente de la Xunta de Galicia, lo suyo es dar autonomía a los territorios. "En un pacto de gobierno territorial, la dirección nacional no puede decidir nada". En todo caso, se sienten "satisfechos" del trabajo de sus candidatos, que han empleado dos estrategias: o bien pactos rápidos para evitar desgaste, como en Comunidad Valenciana, o mantener la presión a Vox donde los populares son más fuertes, como en Baleares o Murcia.

El caso de la Comunidad Valenciana es más llamativo, ya que el pacto con Vox cogió a todos por sorpresa. No porque Carlos Mazón acabara por conformar gobierno con quien siempre se negó a hacerlo, sino porque se quitara los complejos un mes y medio antes de que expirara el plazo para conformar los gobiernos autonómicos. El PP, cuyo relato era el de intentar "hasta el final" gobernar en solitario en las autonomías y evitar a Vox, podría haber dilatado las negociaciones con el fin de acercarse a la fecha electoral sin levantar polémicas.

Lejos de eso, Mazón quiso romper con esta estrategia con el fin último de conformar cuanto antes su gobierno quitándose de encima su mayor escollo, el candidato condenado por violencia machista. Precisamente, en vísperas de la reunión con el que ambos dirigentes valencianos sellarían su coalición, el portavoz del PP en Génova impuso por primera vez en público su línea roja: que el candidato de Vox a la Generalitat valenciana no ocupe un puesto en el gobierno autonómico en un futurible acuerdo entre ambos partidos. "Para nosotros, un condenado por maltrato no es una persona que se debiera dedicar a la política", clarificó Borja Sémper. Al día siguiente, y en apenas tres horas, Vox anunció el futuro de aquel candidato, su sustituto y las principales líneas del acuerdo con el PP.

Por su parte, el PP se empleó en plasmar el esfuerzo de su acuerdo, al haber logrado sacar de la Generalitat a un condenado por violencia machista. Claro que a nadie se le escapó que la coalición siguiera siendo con Vox, lo que provocó las primeras críticas de las formaciones de izquierda. "¿Teníamos otra opción?", sostiene el entorno de Feijóo, que cuenta cómo lo que pretendían era evitar a toda costa alargar unas negociaciones y convertirlas en polémicas como las que rodearon durante días a la coalición Sumar. Cierto es que en esta comunidad, el PP no tenía capacidad de exigir como en otros territorios, ya que Mazón había se había quedado a 10 escaños de la absoluta: el PP sacó 40 escaños y Vox, 13. "Le hemos propuesto al PSOE que deje gobernar a la lista más votada", se defendió Feijóo que con esta vía descartada advirtió de que "la alternativa era repetir elecciones".

Otro caso es que el PP esté a solo unos pocos puntos de la absoluta. Allá donde los populares se ven más fuertes, la estrategia es de presionar a Vox aunque esto suponga repetir elecciones. Los casos más representativos son los de Baleares, Murcia y Extremadura. En una situación así, como es la de Murcia, los populares no han cedido ante las exigencias de Vox. Es más, pese a necesitar de su abstención, Fernando López Miras les ha dejado fuera de la Mesa del Parlamento regional, arriesgándose incluso a una repetición de elecciones. Así, Feijóo manda dos mensajes: el primero, que siempre que pueda evitará a Vox -marcando diferencia con la Comunidad Valenciana- y, segundo, que aquí no le importa repetir elecciones.

Lo mismo ocurre en Baleares, donde Marga Prohens continúa negociando a la espera de seguir cerrando nuevos acuerdos pese a las primeras amenazas de Vox de repetir los comicios. Lo cierto es que en Baleares, el PP logró 26 diputados y quedó a cuatro escaños de la mayoría absoluta, que está en 30. Superó en número de diputados a la izquierda, por lo que le bastaría con una abstención de Vox para que Marga Prohens sea presidenta. En Aragón y en Extremadura más de lo mismo, aunque en el caso de María Guardiola y Jorge Azcón lo que necesiten sea un 'sí' de Vox en lugar de la abstención.

¿Y si Vox se niega a apoyarles y obligan a repetir elecciones? "Pues se desangrarán, como le ocurrió en Madrid"

Pase lo que pase, Feijóo tiene atado su relato de cara a las generales. Allá donde el PP cierre pactos con Vox, el mensaje será que "cuando el PSOE pierde las elecciones, hay que repetirlas, pero cuando el PP gana, no puede pactar con nadie" y que la manera de evitarlo es que el PSOE se abstenga, como ha hecho Revilla en Cantabria facilitándole el gobierno al PP. En aquellos lugares donde el PP se niega a hacer hueco a los de Abascal, se emplearán en demostrar que no necesitan de estos. ¿Y si Vox se niega a apoyarles y obligan a repetir elecciones? "Pues se desangrarán, como le ocurrió en la Comunidad de Madrid", explican en Génova. En definitiva, el PP no cambia una coma de su discurso inicial: 'quien quiera una mayoría amplia y sólida y que Vox no entre en el Gobierno, que vote al PP el 23-J'. 

Belén Sarriá
Redactora '20minutos'

Soy redactora de Política en la sección de Nacional desde 2022. Sigo de cerca al PP desde Génova, el Congreso y, a veces, el Senado. Antes, estuve encargada de la información municipal de Madrid durante tres años, aunque primero me formé en Cultura a mi llegada a 20minutos en 2019. Hice prácticas en El Mundo y en Europa Press. Colaboro en Capital Radio. Graduada en Periodismo por la UNAV. Madrileña con sangre navarra.

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