La verdad sobre la ruina económica de Alejandro Sanz

Alejandro Sanz no atraviesa su mejor época. La ruptura con Rachel Valdés está unida a una cascada de problemas que han sumido al artista en una tristeza que preocupa y ocupa a su círculo más cercano. Más que el tema sentimental, a Sanz le inquieta la parte económica. El último varapalo judicial que le obliga a pagar cerca de tres millones de euros por un litigio bancario ha dejado sus cuentas a la intemperie.

Este periódico ha podido saber que, al parecer, el origen del conflicto fue la gestión errática de Juan Gervás, el que fuera hombre de su confianza y administrador de sus empresas. Tal y como confirman fuentes de toda solvencia, Alejandro (a través de sus sociedades) solicitó un préstamo a una financiera en Estados Unidos de siete millones de dólares para afrontar unas deudas y reformar algunas de sus propiedades y designó a Juan Gervás, su gestor, a abonar puntualmente las cuotas del acuerdo.

Todo se suponía en regla cuando llegó la primera reclamación. Gervás no había realizado ningún pago y los intereses del préstamo inicial habían aumentado considerablemente.

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Tiempo después, Alejandro decidió demandarle por esta y otras gestiones con las que no estaba de acuerdo. Aunque resultó vencedor, las cantidades indemnizatorias no fueron suficientes para satisfacer la deuda y Alejandro busca la fórmula para poder cumplir con lo establecido judicialmente.

Ha cambiado de sello discográfico -solicitaba una gran cantidad de dinero a Universal para su renovación y ha fichado por Sony- y ha iniciado una gira sin precedentes por toda España. Aunque desmienten que esté arruinado, lo cierto es que su alto nivel de vida, la manutención de todos sus hijos y otros problemas legales (tuvo que abonar cerca de cuatro millones de euros a su exrepresentante, Rosa Lagarrigue) ha hecho que se replantee con urgencia su futuro más próximo.