La violencia en las protestas de Senegal pone en jaque a uno de los países más estables de África: "Disparan contra los manifestantes"

  • "Las acusaciones contra el líder de la oposición son parte de un complot", asegura Moustapha Ady Mbaye Toure.
  • La ONU ha documentado durante las protestas al menos 16 muertos, 350 heridos y más de 500 detenciones.
Un manifestante lanza una piedra a la policía durante una protesta en un barrio de Dakar, Senegal, el sábado 3 de junio de 2023.
Un manifestante lanza una piedra a la policía durante una protesta en un barrio de Dakar, Senegal, el sábado 3 de junio de 2023.
AP/LAPRESS
Un manifestante lanza una piedra a la policía durante una protesta en un barrio de Dakar, Senegal, el sábado 3 de junio de 2023.

Un niño usado por la Policía como escudo humano, grupos armados disparando a las protestas, manifestantes atropellados o palizas en plena luz del día son solo algunos de los ejemplos de lo que ocurre en Senegal desde hace semanas. La tensión entre los partidarios del líder opositor, Ousmane Sonko, y la fuerzas de seguridad del actual presidente, Macky Sall, han trasladado la encarnizada pugna política de los últimos años a la violencia en las calles. A ocho meses de las elecciones, Sonko continúa acumulando procesamientos judiciales y la población ha respondido ante lo que consideran un atropello a la democracia senegalesa. Este domingo se espera que Sall haga una declaración que podría avivar las tensiones en un país crispado.

La pugna entre ambos líderes viene de mucho más atrás. Este antiguo funcionario de aduanas es conocido por su discurso antisistema y haber criticado en en el pasado a Sall no solo por mala gobernanza y perpetuar el neocolonialismo francés, sino también por corrupción. En el año 2016 publicó el libro Petróleo y gas en Senegal, crónica de un expolio, en donde apuntaba directamente a Macky Sall y su hermano Alioune. Esto provocó que perdiera su trabajo, algo que aprovechó para centrarse en su actividad política. En el año 2019,tras una polémicas elecciones que terminaría revalidando Sall, Sonko quedó tercero. Desde entonces su popularidad ha ido en aumento; a la vez que sus causas judiciales.

En el año 2021 el opositor fue denunciado por una presunta violación y amenazas de muerte contra una mujer que trabajaba en un negocio de masajes. Unos hechos que Sonko ha negado. Los miembros del Parlamento votaron a favor de levantarle la inmunidad para que pudiera ser juzgado. En una sesión que se realizó a puerta cerrada por la pandemia y que tuvo enfrentamientos entre parlamentarios. Tras ser detenido, sus seguidores salieron en masa a la calle, generando un primer enfrentamiento con las fuerzas de seguridad que acabaría con la muerte de 15 personas. Ante esta situación, Sall se vio obligado a excarcelar a Sonko y pedir calma a la población.

Dos años después, el apoyo a Sonko no ha mermado. El juicio, que había sido aplazado hasta 2023, ha sido el nuevo detonante de una movilización masiva. La Fiscalía senegalesa reclamaba una pena de diez años; a lo que se sumaba una denuncia por difamación contra el ministro de Turismo. Así, tras boicotear varios procedimientos judiciales argumentando que no eran justos, Sonko fue juzgado y sentenciado el uno de junio de este año.

Pese a que finalmente fue absuelto del caso de violación (aunque la presunta víctima mantiene la acusación), ha sido condenado a dos años por "corrupción de la juventud". Sonko, actualmente bajo arresto domiciliario, ha acusado al presidente de haber "instrumentalización" la justicia para evitar que gane en 2024.  "Lo que pasa en Senegal es que el presidente está intentando forzar un tercer mandato, que es inconstitucional", dice a 20minutos Moustapha Ady Mbaye Toure, activista senegalés que considera las acusaciones contra Sonko como parte de un "complot". La sentencia fue recibida por la población como una excusa del Gobierno de mantener algún tipo de condena sobre él y las protestas dieron paso, una vez más, a la violencia y enfrentamientos callejeros.

16 muertos y 350 heridos

"En las protestas la policía abrió fuego contra los manifestantes. Pero no solamente la policía, sino también milicias contratadas por el Gobierno", agrega Moustapha, que asegura que las redes sociales están plagadas de vídeos donde se puede apreciar la connivencia entre personas armadas y las fuerzas de seguridad. 

La Oficina de Naciones Unidas para los Derechos Humanos ha pedido una investigación "pronta, independiente y profunda" del posible uso excesivo de la fuerza por parte de los efectivos de seguridad. Tanto Cruz Roja como la ONU han documentado al menos 16 muertos, 350 heridos y más de 500 detenciones.

Mario Grande, experto de Amnistía Internacional, añade a este medio que también se han producido "violaciones bastante numerosas a mujeres y ataques a organizaciones feministas". "La situación sigue siendo muy tensa y ante las manifestaciones convocadas este domingo esperemos y presionamos también a las autoridades senegalesas para que no utilicen un uso excesivo de la fuerza contra lo que es sencillamente el ejercicio de la libertad de expresión y de reunión", añade.

Son precisamente las restricciones de estas libertades las que también critican desde la ONU. El canal privado senegalés Walfadjiri TV, que cubría las protestas, ha sido suspendido y el Gobierno también limitó durante varios días el acceso a internet. Además, las autoridades de Senegal han prohibido las manifestaciones convocadas por la oposición en la capital, Dakar, esgrimiendo "riesgos de alteración del orden público".

La coalición opositora senegalesa, Yewwi Askan Wi, había llamado a realizar una marcha para este domingo con el objetivo de "visitar a Ousmane Sonko" y "liberarle de este bloqueo incomprensible". Aunque no está claro si seguirán adelante con la marcha, lo cierto es que ese mismo día el presidente senegalés tiene previsto valorar las conclusiones del llamado dialogo nacional. Esta comisión impulsada por Sall para abordar las tensiones políticas había sido criticada y boicoteada por buena parte de la oposición. No está claro si el mandatario aclarará si se presentará a unas terceras elecciones o si dará información sobre la situación de Sonko. Con todo, se teme que las declaraciones puedan terminar desatando un nuevo episodio de violencia

Un país estable que no está exento de problemas

Todo esto ocurre en un país al que los analistas no se cansan de considerar uno de los más estables del continente africano. Aunque la estabilidad de sus instituciones no está exenta de problemas. Para Moustapha, en los últimos años se ha vivido "un retroceso democrático" y se han "recortado muchos derechos". El activista afirma que esa calificación de democracia estable entraña cierto "folclore" que "puede generar la imagen de que los senegaleses han sido siempre sumisos".

"Siempre se ha luchado por la democracia y al mismo tiempo estamos en desacuerdo contra este sistema neocolonial que existe", dice Moustapha. Además, señala a Sall como un mandatario que ha ofrecido a antiguas potencias coloniales beneficios con contratos tanto en tierra como en mar, siendo la pesca un motor económico fundamental en Senegal. "La llegada de Sonko rompía con esto y prometía acabar con el franco CFA", una moneda que implantó Francia durante su época colonial y que todavía se mantiene; hasta el punto de que el Banco Central Francés es el que la controla.

A esto se suma la inestabilidad de los países de la zona. Desde hace años el Sahel se ha convertido en el centro del yihadismo internacional, donde la falta de gobernabilidad se ha traducido en golpes de Estado y un caldo de cultivo para la corrupción y la violencia. Pese a que el radicalismo de ciertas organizaciones de Mali, Burkina Faso, Níger o Chad no se ha instalado en la sociedad senegalesa, lo cierto es que la frustración y el sentimiento anticolonial inunda las protestas. 

"Lo que está pasando ahora, sobre todo en África occidental entre los jóvenes, es una situación de frustración y también un sentimiento que llaman antifrancés. Pero esto no quiero decir que odiemos a los franceses, sino esa relación de dominación que sigue persistiendo", matiza Moustapha Ady Mbaye Toure. "Seguiremos luchando", sentencia.

Redactor '20minutos'

Redactor de Internacional, Exteriores y Defensa. Graduado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y máster en Múndo Árabe e Islámico por la Universidad de Barcelona. En 20minutos desde diciembre de 2020. Escribo sobre conflictos armados, derechos humanos y geopolítica.

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