Costumbrismo Digital por Juan Luis Saldaña

No está claro que se escriba con la letra be. Existen también hijos de Verdolé con uve. En cualquier caso, el origen de esta expresión altoaragonesa se diluye en el tiempo y no resulta sencillo rastrearla. Su origen misterioso la hace todavía más interesante. La historia parece indicar que al señor Verdolé y a sus hijos se les alargó una cena que derivó en juerga y la comitiva familiar terminó en malas compañías en un local de alterne.

Al parecer, según cuenta la tradición oral, en un momento de máxima camaradería y confianza, los hijos quisieron explicar a su padre cómo hacer lo que se hace en ese tipo de sitios y el padre, o quizá algún testigo o trabajadora del lugar sin respeto al secreto profesional, contó la anécdota y aquello trascendió hasta convertirse en un proverbio sabio y docto que todavía se utiliza en algunas zonas de la parte norte de Aragón.

Los hijos de Verdolé me acompañan y, de vez en cuando, hacen acto de presencia cuando me encuentro con alguna situación que los invoca.

La primera vez que lo escuché fue en Huesca. Lo dijeron mis amigos Raúl y Manuel y aquello requirió una explicación. Desde entonces, los hijos de Verdolé me acompañan y, de vez en cuando, hacen acto de presencia cuando me encuentro con alguna situación que los invoca. El mundo está lleno de hijos de Verdolé. En la red se puede encontrar un artículo de 2018 firmado por el catedrático de Derecho Civil Ángel Cristóbal Montes que compara al Podemos de aquel momento con estos famosos hijos. El padre de los hijos de Verdolé, en este caso, sería el PSOE. La comparación sigue funcionando unos años después y quizá con mayor razón.

En la conocida frase de que toda revolución acaba devorando a sus hijos, los hijos de Verdolé no salen bien parados. El diario de sesiones de las Cortes de Aragón del 24 de septiembre del 2021 también recoge una alusión a los hijos de Verdolé (esta vez con uve) realizada por la Consejera de Economía doña Marta Gastón. También existió un grupo de metal con este nombre que ofreció algunos conciertos hasta 2013. En una de sus actuaciones, alguien comentó lo siguiente: “los Hijos de Verdolé me pareció un grupo resultón, fresco y con descaro. Ideal para agitar una fiesta rocanrolera o para telonear y preparar al público para un buen segundo plato”.

Lo mejor de todo es cómo utilizan la frase los que la tienen entre su arsenal de expresiones. Es sencillo y eficaz. Cuando alguien dice una evidencia o quiere mostrar algo que ya se sabe, otro dice en voz alta “los hijos de Verdolé” y todos los demás entienden. Creo que es el momento de que esta frase traspase fronteras y vuele libre por el mundo hispanoparlante. Todos hemos sido alguna vez los hijos de Verdolé y todos hemos necesitado una expresión rotunda, culta y pintoresca como esta al escuchar a algún que otro cretino.