¿Qué frase les gusta más?: “El periodismo tiene un problema con el uso del tiempo verbal condicional” o “el periodismo podría tener un problema con el uso del tiempo verbal condicional”. Hay diferencias entre ambas. La primera cuenta un hecho cierto y la segunda plantea una posibilidad. ¿Cuál es más periodística? Álex Grijelmo lleva años hablando de esto en El País con columnas como El rumor enmascarado o Habría, sería, podría, estaría. En estos textos denuncia, entre otras cosas, que el condicional se utiliza como un salvoconducto para que el periodista pueda ofrecer información no contrastada.
El profesor de la Universidad de Navarra Miguel Ángel Jimeno trabaja en un proyecto llamado "La buena prensa". Es un tipo que lee unos cincuenta periódicos al día -no está mal- y que mantiene una cuenta de Twitter bastante interesante en la que, por lo general, comparte reportajes y noticias de calidad. De vez en cuando, coloca en la picota alguno de estos titulares condicionales y los acompaña de este breve comentario de dos palabras: “O no”. La noticia se desmorona rápido ante la evidencia. No soporta el peso de la veracidad.
Grijelmo denuncia que el condicional se utiliza como un salvoconducto para que el periodista pueda ofrecer información no contrastada.
La profesora de la Universidad de Valladolid, Silvia Hurtado González publicó en 2021 en la revista ELUA de la Universidad de Alicante un trabajo titulado "El condicional periodístico en los titulares de prensa en habla hispana", en el que analiza el uso del condicional en diferentes periódicos de habla hispana. Es un artículo interesante en el que se utilizan conceptos como condicional del rumor, condicional de información no asegurada, de alteridad, citativo o epistémico de atribución. Se explica que algunos condicionales tienen sentido en informaciones científicas, se buscan precedentes históricos con resultados sorprendentes y, entre otras muchas cosas, se comprueba de modo empírico que los periódicos más propensos a este uso son los de Argentina, Colombia, Chile y Perú por encima de los de España.
Desde hace tiempo, en el lenguaje coloquial parece que el condicional aligera un poco la carga de la expresión. Por ejemplo, se utiliza mucho en el momento de pasar por caja. Cada vez hay más vendedores que utilizan el condicional con la intención de hacer más llevadero el trago de pagar. “Serían novecientos euros” suena mejor que “son novecientos euros”. En el primer caso parece que los vaya a pagar otro. También se ha hecho muy popular la expresión gremial que da por concluido un trabajo y parece sugerir algo más: “pues ya estaría”. El periodista debería actuar como el segundo vendedor. Son novecientos euros y punto.
Hace dos días escuché una crónica radiofónica sobre un incendio ya extinguido en un edificio importante de mi ciudad. Toda la crónica iba en condicional: “el incendio se habría originado, habría afectado, se habría sofocado, etc”. El periodista tendría que haber preguntado a algún testigo presencial o a los bomberos para poder quitarse el condicional. Quizá lo hizo, pero puede ser que así le sonara mejor. También utilizó la expresión “al parecer”, otra joya que pide también estudios científicos. Un sector del periodismo deportivo y mucha prensa rosa hace ya tiempo que encontraron un chollo con el condicional y con expresiones como "según me dicen" o “el entorno del jugador” que son dos burladeros en los que protegerse de las violentas cornadas que da la verdad y de los malos ratos que se pasan cuando no tienes nada que contar.
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