El calendario oficializó el miércoles la llegada del verano, pero la presencia del calor se había dejado sentir con fuerza antes, con un tiempo revuelto en el que las altas temperaturas se han venido alternado con nubarrones, borrascas y hasta granizos. El panorama meteorológico se asemeja mucho estos días al panorama político, donde también caen chuzos de punta y abundan los sofocos.

Hace mucho calor para echarse a la carretera, y con la que está cayendo no es fácil motivar al personal para que acuda a los mítines, así que la precampaña, que es en lo que estamos, se disputa en otros terrenos de juego. Los estudios de radio y los platós de televisión tienen muchas ventajas, una alta audiencia potencial y aire acondicionado garantizado. Aquí el gran reto es atraer la atención del espectador, hacer un buen share, y eso no es fácil.

Las entrevistas con los políticos y los debates electorales no suelen arrastrar grandes audiencias porque lo que percibimos en la pantalla es  más de lo mismo: las mismas promesas, los mismos ataques, las mismas frases, los mismos gestos…Todo cuidadosamente estudiado y aconsejado por los asesores de imagen que intentan sacar, al menos eso pretenden, lo mejor de sus candidatos.

Pero los espectadores demandan otra cosa y la información como espectáculo va ganando terreno en todos los formatos. Así que la estrategia pasa ahora por intervenir en programas de entreteniendo. El presidente Sánchez visitó el martes el programa del Gran Wyoming con el ánimo dispuesto a formar parte del espectáculo, entremezclando la defensa de sus ideas con la dosis de humor y buen rollo requeridas. La próxima semana tendremos también ocasión de verlo con Pablo Motos en El Hormiguero, programa al que también acudirá Núñez Feijóo, eso sí, en diferentes días, que los debates cara a cara aún están por aclarar.