Siguen los ataques de colonos israelíes contra palestinos en Cisjordania ocupada

Los ataques por parte de colonos israelíes contra poblaciones palestinas en Cisjordania ocupada continuaron este jueves por tercer día consecutivo dejando decenas de heridos y daños materiales, mientras el Ejército israelí calificó estas agresiones, cada vez más frecuentes, como "muy graves".

Decenas de colonos, "respaldados por militares israelíes, atacaron el jueves por la noche la aldea de Jalud", en el norte de Cisjordania, "arrojando piedras a las casas de los habitantes", informó la agencia oficial de noticias palestina, Wafa.

"Los soldados lanzaron ráfagas de disparos contra los aldeanos, hiriendo a uno con balas de goma en la cabeza y a otros dos con metralla", añadió la misma fuente.

Otros tres palestinos fueron heridos con piedras y docenas más sufrieron asfixia por gases lacrimógenos.

Acorralados, los lugareños utilizaron los altavoces de sus mezquitas para pedir socorro a las aldeas vecinas.

Por otro lado, en Turmusaya, un poblado al noreste de Ramala donde residen numerosos palestinos de nacionalidad estadounidense, cuatro colonos armados irrumpieron y se enfrentaron a los residentes palestinos que les impidieron el paso. Varios disparos al aire fueron detonados sin dejar heridos, según Wafa.

Y más cerca de Ramala, decenas de colonos atacaron a dos palestinos que tuvieron que ser hospitalizados por contusiones y heridas.

En tanto, en Jerusalén Este ocupado, los colonos atacaron a los habitantes del barrio palestino de Silwan dejando cinco heridos, según los servicios de emergencia de la Media Luna Roja.

Y cerca de Belén, vandalizaron varios vehículos de palestinos en la carretera que conecta las aldeas Al Jaba'a y Nahalin. Otro ataque similar ocurrió en Yasuf.

Además, colonos del asentamiento de Yitzhar dijeron a la cadena Kan que desconectaron el suministro eléctrico de la cercana aldea palestina de Urif.

Estos ataques suceden a los del miércoles y el martes, cuando cientos de colonos atacaron en masa al menos tres poblados palestinos -Huwara, Turmusaya y Urif-, dejando un muerto, decenas de heridos y cientos de viviendas y vehículos dañados.

Estas agresiones fueron un acto de venganza por un ataque a tiros el martes perpetrado por miembros del movimiento islamista Hamás -con creciente presencia en Cisjordania- cerca del asentamiento de Eli, que dejó cuatro colonos muertos.

El portavoz principal del Ejército israelí, Daniel Hagari, reconoció este jueves que las tropas “no pudieron prevenir” los ataques de los colonos, que describió como “muy graves”.

Estos incidentes "crean terror y escalada, y toma a la población que no está involucrada en el terrorismo y la empuja [hacia el extremismo], mientras evita que el Ejército luche contra el terrorismo en actividades operativas”, dijo durante una entrevista con la Radio del Ejército.

Varios países -incluido Estados Unidos- y la ONU emitieron fuertes condenas por los ataques de colonos.

Se estima que unos 700.000 colonos israelíes viven en asentamientos -considerados ilegales por la ONU- en Cisjordania ocupada y Jerusalén Este.

Solo en lo que va del año, nueve palestinos han sido asesinados en incidentes violentos con colonos, una cifra muy superior a los tres registrados en igual periodo de 2022, según la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios, OCHA.

La violencia de los colonos va desde el asesinato con arma de fuego hasta incendios de propiedades y mezquitas, lanzamiento de piedras, destrucción de cultivos y de árboles de olivos, ataques a viviendas vulnerables, entre otros.

Los colonos que participan de estas acciones son raramente procesados y condenados.

Israel se hizo con el control de Cisjordania y Jerusalén Este en 1967, y mantiene una ocupación militar sobre este territorio que es de las más largas en la historia reciente.