La vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, ultima la actualización de la estrategia de energía y clima para los próximos años, que elevará el objetivo de reducción de emisiones de CO2, la cantidad de electricidad que deberá generarse con energías renovables, recolocará el papel de las distintas tecnologías y por primera vez incluirá previsiblemente objetivos directamente relacionados con el autoconsumo. Aunque se trata de un borrador y todavía habrá un año para terminar de cerrarlo, este plan también marcará en buena medida el paso sobre política energética y medioambiental al Gobierno que salga de las elecciones del 23 de julio.
El plazo se acaba para ello porque el Gobierno debe enviar a Bruselas como muy tarde el 30 de junio el borrador del nuevo Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC). Se trata de la estrategia donde se plasma todo el planteamiento en la materia que debe estar vigente entre 2021 y 2030. Se aprobó e 2020 -con una alta nota por parte de la Comisión Europea, que lo consideró uno de los mejores presentados por los países de la UE-, pero la aceleración del despliegue de energías renovables y los cambios a los que ha obligado la crisis energética y la guerra en Ucrania hacen imperioso renovar sus objetivos en materia de emisiones de CO2, la generación de electricidad con renovables o eficiencia energética.
En el caso de la electrificación, el PNIEC preveía que para 2030 debería ser el 74% del total en 2030, para llegar al 100% en 2050. Tal y como advierte el sector renovable, el ritmo no es el adecuado y Eurostat ha indicado que en 2021 solo fue del 20,7% en España, ligeramente por debajo de la media europea (21,8%) y a mucha distancia de los países más aventajados como Suecia (62,6) o de vecinos como Portugal (34%). En cuanto a la eficiencia, el Gobierno fijó en 2020 el objetivo de conseguir un ahorro energético del 39,5% en 2030.
El año pasado, la Comisión Europea propuso a los Estados miembros el llamado 'Fit for 55%', el objetivo para reducir un 55% de las emisiones de CO2 en 2030. En marzo pasado, la UE actualizó su Directiva de Renovables para elevar en 10 puntos el objetivo de consumo final de energía de origen verde en 2030, del 32% al 42,5%, aunque añadiendo que los Estados miembros "deberían esforzarse para llegar al 45%".
Sin desvelar qué incluirá el borrador del nuevo PNIEC, Ribera ha dejado claro en varias ocasiones que España seguirá la senda marcada por Bruselas. A su vez y, aunque no sea de manera irreversible, se la marcará al próximo Gobierno, el que salga de las urnas el 23J, en unas elecciones en las que las encuestas apuntan a un cambio político hacia el PP, eventualmente con Vox. Si esto sucediera, el nuevo Ejecutivo quizá optaría por enmendar este último plan de Ribera de una forma todavía no precisada, que bascularía entre la apuesta renovable por parte de los presidentes autonómicos del PP y, eventualmente, el freno que la ultraderecha quiere poner a la transición ecológica.
Recortar emisiones, ampliar renovables
"Tenemos que acomodar el objetivo del 55%, aprovechar lo que ha funcionado bien", dijo recientemente la vicepresidenta en un foro de eldiario.es donde incidió en la superación de expectativas con respecto a la energía solar fotovoltaica, en la necesidad de robustecer las redes eléctricas y también introducir la presencia de hidrógeno renovable, una tecnología que apenas se tenía en cuenta cuando se elaboró el plan que se aprobó en 2020 y que ya aparece como una opción viable para sustituir el gas en industria o transporte marítimo. Otro aspecto que ha evolucionado en estos tres años es el del almacenamiento de electricidad producida con renovables, uno de los aspectos en los que más hincapié está haciendo el Gobierno en Bruselas de cara a la reforma del mercado de la electricidad y que Bruselas ha accedido a reforzar y agilizar. El PNIEC tal y como está actualmente, prevé para 2030 una capacidad adicional de 6 GW mediante bombeo y baterías.
En consonancia con lo acordado en la UE, Ribera ya ha confirmado que se elevarán los objetivos de generación de electricidad con energías renovables como la eólica y la fotovoltaica. Los que figuran en el PNIEC vigente, por ejemplo, son una potencia instalada de 50 gigavatios (GW) de energía eólica, cuando siete años antes ya llega a 17,9 GW, o de 39 GW de fotovoltaica para 2030, cuando en estos momentos ya hay instaladas 29,8 GW, sin contar con que en estos momentos hay en cartera nuevos proyectos renovables que más que duplicarán estas cifras.
Además, está por ver qué cómo quedarán los objetivos para producir electricidad con otras renovables como hidráulica (16 GW) o solar termoeléctrica (7 GW) pero también con gas natural (27 GW, cerca a la potencia instalada para energía solar) o energía nuclear, a la que se adjudicaban 3 GW en un calendario de cierre de centrales que terminará con el cierre de todas ellas en 2035.
Hace unas semanas, la secretaria de Estado de Energía, Sara Aagesen, confirmó que también se revisarán al alza el objetivo de autoconsumo, que como tal no figura en el PNIEC que se aprobó en 2020, pero que se enmendó al año siguiente en una hoja de ruta para 2030 que fijó entre 9 y 14 GW, según se tratara de un "escenario objetivo" o de "alta penetración". En los dos últimos años este sector ha experimentado un auténtico boom, mientras el sector automovilístico intenta que, en su actualización, el PNIEC introduzca objetivos para la producción de ecocombustibles, alternativos al coche eléctrico, para cuando la UE deje de vender coches de gasolina y gasoil en 2035.
Borrador a Bruselas
La transición ecológica, dijo Ribera, es un "caballo ganador que genera empleo, industria y requiere una revisión al alza, como hemos oído en esos debates que impulsamos".
Se refería a las 'cumbres' que el Ministerio de Transición Ecológica ha organizado en los últimos meses con los distintos sectores implicados en energía y transición energética, entre quienes de momento impera la misma incógnita sobre qué umbrales incluirá el nuevo PNIEC.
Además de enviar el borrador a Bruselas como muy tarde el viernes que viene, el Ministerio abrirá una consulta pública sobre el mismo, en un proceso de elaboración que estima que durará todavía un año. Al mismo tiempo, planteará también una revisión de las redes de electricidad. El sector advierte de que en algunos puntos están saturadas por el aumento de generación renovable y el Ministerio reconoce que, si se va a incrementar la generación eléctrica por las renovables, es necesaria una revisión.
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