Libros

Entrevista

Milo Manara: "En los 80 había más libertad. Hoy la censura no viene solo de la derecha, parece que también viene de la izquierda"

El historietista Milo Manara.
JOSÉ GONZÁLEZ

Maurilio Manara, más conocido como Milo Manara (Luson, 77 años), nos recibe sonriente en las oficinas de Lumen en Madrid. El famoso historietista de El Clic ha venido a presentar la versión gráfica de El nombre de la rosa, de Umberto Eco, publicada en Lumen, y a firmar en la Feria del libro de Madrid.

"El encargo del cómic me llegó a través del dibujante Igort. Los hijos de Umberto Eco querían que se adaptara el libro a la historieta", explica y añade: "Antes de que falleciera, conocí brevemente a Umberto. Coincidimos en alguna cena con otras veinte personas y prácticamente no hablamos. No he tenido un interlocutor para aclarar dudas. Afortunadamente, Eco está dentro de su libro. Por lo que dialogué con la obra".

Esa conversación con la novela implicó leerla tres veces y reflexionar sobre su dimensión filosófica. "La preparación era importante: escoger qué dejaba fuera y qué incluía ha sido difícil. Dibujarlo me ha llevado un año y medio".

Milo Manara, durante un encuentro con '20minutos'.
José González | PREVISIONES 20M

El resultado, alejado de la versión cinematográfica de Jean-Jacques Annaud de 1986, es más fiel al original que el filme. "En la película la estética es gótica. La abadía, por ejemplo, parece el castillo de Drácula de Bram Stoker. No es para nada mi lectura. De hecho, para la abadía, Eco se inspiró en el Castel del Monte, de Federico II, en Puglia, que es todo menos gótico. Es enigmático y alquímico, eso sí. La biblioteca que Umberto Eco plasmó en El nombre de la rosa es laberíntica. No da miedo, pero sí ansiedad. A mí me recuerda a la biblioteca del cuento de Borges [La biblioteca de Babel]".

Como en el original, en esta versión de Manara, el lector se adentra en el misterio de la abadía siguiendo al monje franciscano Guillermo de Baskerville y su pupilo Adso. "Stefano Eco, hijo de Umberto, me dijo que reconoce el trabajo de su padre en este cómic, lo que es alentador". El hijo de Stefano de 15 años, que todavía no ha leído el libro, se ha iniciado en El nombre de la rosa con el cómic de Manara.

Página de la versión gráfica de 'El nombre de la rosa', nuevo trabajo de Milo Manara.
LUMEN

El protagonista se parece a Marlon Brandon. "Necesitaba distanciarme de la película, tan en el subconsciente, y de Sean Connery". Para contar la historia, el dibujante usa tres estilos: uno para la trama principal; es decir, para las pesquisas de Guillermo de Baskerville y Adso; otro para la historia dentro de la historia, y el tercero, para las ilustraciones medievales.

Dúo creativo de Hugo Pratt, colaborador de Jodorowsky, Neil Gaiman o Fellini, a Manara se lo conoce especialmente por los dibujos eróticos de mujeres. Para la famosa saga El Clic, que arrancó en 1984 y en España ha publicado Norma Editorial, imaginó un chip cerebral capaz de activar el deseo sexual de una mujer. En varias entrevistas, ha reconocido que los desencuentros que ha tenido con colectivos feministas han terminado siempre bien, porque "el erotismo también gusta a las mujeres". "De hecho, a las firmas, suelen venir más ellas que ellos", asegura.

Cinco preguntas a Milo Manara

Para adaptar la novela El libro de la rosa, ha leído varias veces la novela de Umberto Eco. ¿Qué es lo que le ha fascinado más de este trabajo?Más allá de que sea un libro que hable de otros libros, lo que más me ha atrapado han sido los dibujos conocidos como 'marginalia' que se usaban para decorar los manuscritos en la Edad Media. Unos dibujos que no salen ni en la película ni en la serie de televisión, pero que son importantísimos para el desarrollo de la historia. Curiosamente se llamaban vignette y fueron los que dieron nombre a las viñetas del fumeto, del cómic.

Ha colaborado con Fellini, Hugo Pratt, Neil Gaiman, Corto Maltese y también con Almodóvar: ilustró la portada de su novela Fuego en las entrañas. ¿Alguna anécdota que quiera destacar de esa colaboración?Creo que la mejor anécdota es que nunca quedé con Almodóvar para hablar. Ni siquiera sé si ha visto los dibujos, si le han gustado o no. Las ilustraciones se hicieron para la edición italiana que en España había hecho Mariscal, que a mí me encanta, por cierto, es un gran artista, pero que en Italia se consideraba poco comercial.

Tiene muchos seguidores en España, ¿qué significa para usted este país?Uno de los primeros libros de aventura que leí estaba ambientado en el Amazonas y muchos de los lugares no venían en italiano, sino en español. Ponía que los personajes cruzaban "el río Negro", y no "el fiume Nero", por eso, para mí, España ha estado siempre relacionada con la aventura. Me encantaría hablar castellano, hablo muy poco. He viajado mucho por España. De joven iba mucho a la Herradura, en Andalucía, por ejemplo, y he ido mucho al festival del cómic de Barcelona.

"Para mí, España ha estado relacionada siempre con la aventura"

Vivimos una época de tabús, en la que se pretende modificar y eliminar párrafos de libros al considerarlos ofensivos. Pienso en la polémica con los clásicos de Roald Dahl o Agatha Christie, por ejemplo. ¿Qué opina?En los 80 había más libertad, sí. Existe una especie de censura. Estábamos acostumbrados a la censura que procedía de la derecha, en cambio, ahora también viene de la izquierda. Además, nuestras sociedades son cada día más multiétnicas y multi-religiosas, lo que puede ser maravilloso. Pero cuando hay dos religiones, hay dos censuras.

¿Por qué prefiere que lo llamen fumettaro (algo así como comiquero) y no fumettista?Fumettaro es algo despectivo, es una desinencia que usan en Roma, para burlarse, por ejemplo, de los taxistas. Los dibujantes de hoy quieren llamar a los cómics novela gráfica. Lo entiendo porque la historieta siempre ha tenido un aspecto infantil. Pero ya hace tiempo que se ha hecho mayor y que el público la toma más en serio. A Pratt y a mí nos gustaba llamarnos fumettari.

Escritora y periodista

María Ovelar es escritora en sentido amplio: poeta (dos libros publicados en Valparaíso ediciones), autora de relatos, periodista, traductora (inglés, francés e italiano), copy creativa, performer y DJ. Además de colaborar con EL PAIS, periódico donde trabajó durante trece años, escribe en 20Minutos, Cuadernos Hispanoamericanos y varias publicaciones de Condé Nast. También ha trabajado como profesora de Literatura española y de español y francés en la India (Mahindra United World College). Licenciada en Traducción e Interpretación, master de EL PAIS / UAM y Bachillerato Internacional con una beca en el United World College of the Adriatic. Es la fundadora de LaSafo, sello con el que ha organizado retiros de yoga, meditación, escritura y varios cursos de escritura en bibliotecas e institutos. Organiza eventos culturales desde 2018.

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