Entrevistador y entrevistado: Sánchez vuelve al ruedo mediático de cara al 23-J

14 de junio. La vicepresidenta primera, Nadia Calviño, acude a Onda Cero. “Se ha tratado de dar una imagen que no se corresponde con la realidad”, dice sobre el presidente Pedro Sánchez. A continuación, le pregunta al periodista Carlos Alsina: “¿Lo ha tratado usted de cerca?”. Él responde que “muy poco”. “Confío en que cuando lo trate más de cerca vea que no es la persona que han tratado de sugerir que es”, zanja la también ministra de Asuntos Económicos. El 19 de junio, Sánchez se sienta donde cinco días antes Calviño y Alsina tuvieron la conversación anteriormente reproducida. Fue la primera evidencia del cambio en la política de comunicación del presidente, que prevé multiplicarse por platós y cadenas semanas antes del 23 de julio, fecha en la que se juega seguir gobernando desde la Moncloa en las elecciones generales.

"El presidente ahora es candidato y por eso", dice uno de sus máximos colaboradores, "se tiene que dirigir a los ciudadanos desde distintos medios". Es la explicación oficial a la vuelta de Sánchez al ruedo mediático después de años en los que sus entrevistas han sido contadas y en pocos medios seleccionados. "Ha tenido que gestionar situaciones de muchísima complejidad", añaden, aduciendo una falta de tiempo que ahora ya no es problema.

Antes de esa entrevista -algo que no ocurría desde hace años-, el domingo El País publicó otra. El martes fue al programa El Intermedio, de La Sexta. Este domingo hará lo propio en Lo de Évole, de la misma cadena. El lunes estará en la Cadena SER, donde sí se ha dejado ver más durante estos años. Y, el martes, asistirá como invitado a El Hormiguero, un programa de entretenimiento que destacados miembros del PSOE califican como uno de los principales azotes del Gobierno en la actualidad. 

De esta manera, Sánchez pretende mostrarse más empático y luchar contra lo que el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero definió como "la burbuja 'antisanchista', construida con insidias y mentiras sobre su persona". Además, también le da la opción de modular su mensaje e ir a por un electorado más centrado o que alguna vez optó por su papeleta, pero de momento se plantea no hacerlo. Ahora, ve la oportunidad de pedirles una segunda oportunidad justificando lo que él ha definido como "cambios de opinión", por ejemplo, con los indultos. Todo ello, tras haber señalado el supuesto dominio de la derecha "en grandes medios de comunicación, que van a generar una campaña de desprestigio en prime time y a insultar", como apuntó en una de sus últimas comparecencias en el Congreso de los Diputados frente a su grupo.

Pedro Sánchez, presentador

Con todo, la estrategia mediática de Sánchez no pasa solo por multiplicar sus entrevistas, sino por cambiar de rol. Pasar de entrevistado a entrevistador. El jefe del Ejecutivo inauguró el pasado martes un nuevo formato que explotará de aquí a la celebración de las elecciones: entrevistas con sus propios ministros. Con el nombre de "De trabajo con...", Sánchez irá manteniendo conversaciones públicas -pero sin dejar acceso físico a la prensa- en Ferraz con miembros de su Gobierno "sobre una temática específica" en unas charlas en las que, además, desgranará medidas que incluirá en el programa electoral. Y no solo, sino también charlará con "destacados miembros del partido" especializados en diferentes áreas.

"Estas sesiones son un elemento nuevo para las campañas y precampañas electorales", explican en Ferraz. Lo que pretenden es "hacer un repaso de la gestión y dejar algunas pinceladas del programa electoral en un entorno alejado, tranquilo y alejado del ruido". En este sentido, fuentes de la dirección federal aseguran que no se trata de eliminar "ruedas de prensa o mítines", pero sí que convivan ambos formatos. "Debemos ver con normalidad la introducción de nuevos formatos audiovisuales en la comunicación política, que la enriquecen, y seguir evolucionando para que el PSOE pueda hacer llegar su mensaje a cuantos más ciudadanos, mejor", reflexionan.