La vida sin Belarra ni Montero: Sánchez aprovecha la buena nota de Díaz para hacer tándem de cara al 23-J

  • El presidente recupera el discurso de la coalición para denunciar que la otra opción será la suma PP-Vox.
  • ​La vicepresidenta segunda, al contrario que el resto de ministros de UP, tiene una buena valoración ciudadana.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, durante una sesión plenaria en el Congreso de los Diputados.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, durante una sesión plenaria en el Congreso de los Diputados.
Eduardo Parra / Europa Press
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, durante una sesión plenaria en el Congreso de los Diputados.

El de Pedro Sánchez y Yolanda Díaz ha sido un matrimonio político y, como tal, ha tenido sus idas y sus venidas. Sus vaivenes. Tras unos meses de separación pactada, el presidente del Gobierno ha recuperado el nombre de Díaz. Lo ha hecho, quizá obligado, con el objetivo principal de visibilizar que la otra suma posible tras las elecciones generales del 23 de julio es la de PP y Vox -algo de lo que los populares tratan de zafarse apelando a una victoria suficiente para gobernar en solitario-. Pero también porque la imagen de la vicepresidenta segunda y líder de Sumar sigue gozando de buena salud, al contrario que la de los otros ministros morados -Irene Montero, Ione Belarra o Alberto Garzón-, a los que el jefe del Ejecutivo ni menta.

En las ya más de cinco entrevistas que el presidente ha protagonizado en su gira mediática con la que intenta "pinchar la burbuja del sanchismo" y coger aire de remontada de cara a las generales, el nombre de la vicepresidenta ha salido a relucir en diferentes ocasiones. Sánchez, al contrario que en otras preguntas, ha sido clarividente. Con la ahora candidata por Sumar ha trabajado "bien". "Sí, nosotros por supuesto contamos con el espacio de Sumar, con Yolanda, con la que creo que nos hemos entendido bien, y que han funcionado las cosas que hemos trabajado juntos", dijo en la Cadena SER.

Insistió en la idea en Lo de Évole, donde mostró que, para gobernar, deberá acordar con el Sumar de Yolanda Díaz para lograr una mayoría progresista. “No hay ningún partido con la mayoría absoluta garantizada. Feijóo podría pactar con Abascal y yo, con Yolanda”, remachó. Pero en El Hormiguero fue aún más allá. Cuando Pablo Motos le preguntó por la "ultraizquierda y la ultraderecha", Sánchez le pidió que no asimilase a ambos líderes. "Yo no compararía, Pablo, a Yolanda Díaz con Santiago Abascal", aventuró.

Por contra, apenas ha nombrado a Irene Montero. Sí ha insistido en que con "la ministra de Igualdad" ha tenido "discrepancias" y ha reconocido, incluso, que no la cesó pese a la reforma de la ley del 'solo sí es sí' y sus posteriores rebajas de penas -que superan el millar- a agresores sexuales para mantener la "gobernabilidad" de la coalición. A Ione Belarra, todavía secretario general de Podemos y que, a diferencia de Montero, sí va en las listas de Sumar, sí que no la ha nombrado ni una sola vez.

La diferencia entre las tres, además de que Díaz es la líder del espacio que se presenta a las generales y aglutina a los grupos a la izquierda del PSOE, tiene mucho que ver con la valoración de cada una. La todavía vicepresidenta segunda fue la líder mejor valorada en el último CIS de mayo con 4,79 puntos sobre 10. El segundo fue Sánchez con un 4,39. El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, se quedó en el cuarto lugar, con un 4,11. En cuanto a los ministros, Montero y Belarra llevan meses siendo las que menos aprobación ciudadana reciben.

La coalición dependerá de que Sumar quede tercero

En la reivindicación de Díaz realizada por Sánchez hay otra arista. En Moncloa llevan tiempo admitiendo que la clave de que la coalición tenga opciones de repetir será que la recién estrenada plataforma de la vicepresidenta quede por delante de la formación de Santiago Abascal. La actual ley electoral 'premia' a la tercera fuerza política en unas cuantas localidades y penaliza a la cuarta, por lo que una pequeña diferencia de voto porcentual puede suponer una gran brecha de escaños. 

En las circunscripciones más grandes –las que reparten más de diez diputados–, el sistema es prácticamente proporcional: el porcentaje de votos obtenido se traduce con bastante fidelidad al número de escaños adjudicados, siempre que se supere el 3% de los votos. Pero eso no ocurre en las circunscripciones medianas y, especialmente, en las pequeñas, donde la combinación del sistema de reparto D'Hondt con la escasez de actas a repartir provoca que el sistema electoral tenga efectos mayoritarios y prime la concentración del voto en las fuerzas políticas más grandes.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento