La luna llena de julio tiene lugar este lunes, día 3, cuando se producirá además la primera de las cuatro superlunas consecutivas que se podrán ver este año. Se trata de la superluna del Ciervo, un fenómeno que se produce cuando la órbita de la luna está más cerca a la Tierra, y además coincide que es luna llena, indica la NASA. 

El origen de superluna del Ciervo se remonta al nombre con el que las tribus algonquinas, nativas del noreste de EE UU y este de Canadá, llamaban a esta luna llena de julio al coincidir con la época en la que los ciervos macho renuevan sus astas. Otro nombre también dado por los nativos a esta luna llena es la luna del Trueno, debido a las frecuentes tormentas eléctricas que ocurren a principios de verano.

Posteriormente, el almanaque de agricultores de Maine recuperó en los años treinta del siglo pasado esos antiguos nombres que los nativos utilizaban para las lunas llenas y gracias a ello ahora son ampliamente conocidos, recuerda la NASA en un comunicado.

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En Europa, el nombre con el que se conocía a esta luna de julio es la luna de Heno, ya que coincide con la producción de esta hierba al inicio del verano, agregan desde la agencia espacial estadounidense.

En este caso, la luna llena de julio tiene lugar cerca del solsticio de verano —que fue el pasado 21 de junio—, por lo que se verá baja en el cielo. Esto puede provocar en las latitudes más altas de Europa el satélite de la Tierra adopte un llamativo color rojizo.

En la Península, la superluna podrá verse a partir de las 13.38 h del 3 de julio, y se mantendrá en su fase de luna llena durante tres días, hasta el jueves. 

Los aficionados a la astronomía podrán contemplar este fenómeno en todo su esplendor tan solo con mirar al cielo durante la noche. Los mejores lugares para observar la superluna son aquellos situados lejos de edificios y otros obstáculos, alejados de la contaminación lumínica nocturna.