Un bombero que trabajaba en la extinción de un incendio en un parking de la ciudad de Saint Denis ha muerto, según anunció el ministro de Interior francés, Gérald Darmanin. Sin embargo, el fallecimiento no está relacionado con los disturbios que vive Francia desde hace seis días.

En un mensaje en su cuenta de Twitter, el ministro explicó que el muerto, que tenía 24 años, era caporal jefe de la Brigada de Bomberos de París.

Su fallecimiento tuvo lugar cuando el hombre luchaba "contra un fuego de varios vehículos en un aparcamiento subterráneo en Saint Denis". Así pues, según las primeras investigaciones, el bombero murió a causa de una parada cardiorrespiratoria debida a la intoxicación por humo. Sus compañeros, que le prestaron los primeros auxilios, no pudieron hacer nada para reanimarlo.

La Prefectura de Policía de París señaló que se desconoce el origen del incendio que obligó a desalojar el edificio del aparcamiento en el que hay viviendas sociales. Varias fuentes, como alguno de los habitantes citados por medios locales, barajaron la posibilidad de una tentativa de fraude a los seguros con la destrucción de los vehículos en el fuego. 

No tiene relación con los disturbios

Según las primeras investigaciones, el fallecimiento no está relacionado con los disturbios que se vienen produciendo desde hace seis días en Francia, a la vista de los elementos de la investigación. 

La Fiscalía de Bobigny puntualizó que no hay ninguna prueba de que el fallecimiento de ese joven caporal jefe de la Brigada de Bomberos de París, de 24 años, tenga que ver con los altercados, como algunos pudieron interpretar cuando anunció el siniestro el ministro de Interior, Gérald Darmanin. 

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Graves altercados 

Los disturbios que han sacudido Francia desde la muerte el pasado 27 de un joven por un tiro policial en Nanterre se han extendido por muchos barrios sensibles de zonas urbanas de toda Francia, sobre todo en el extrarradio de París.

Saint Denis es la ciudad que concentra la mayor cantidad de esos barrios. Los disturbios se han traducido en incendios de cientos de edificios (sobre todo centros públicos), comercios desvalijados y varios miles de vehículos incendiados. Más de 3.200 personas, un tercio menores, han sido detenidos por participar en las algaradas.