La madre de Íñigo Onieva, Carolina Molas Urrutiaciorraga, es la gran desconocida de la boda que tendrá lugar este sábado en El Rincón, Aldea del Fresno, si ninguna desgracia inesperada más lo empaña, y donde ella ejercerá de madrina junto a Manolo Falcó, hermano mayor de Tamara Falcó.
Su nombre circula desde hace años, cuando se conoció la relación de su hijo con Tamara Falcó, aunque ella jamás ha dado una entrevista ni tan apenas ha hecho declaraciones. Si acaso, para decir que no iba a comentar nada relacionado con la pareja.
Solo ha hablado cuando la prensa le ha preguntado por la calle o conduciendo su coche y siempre para referirse con admiración a su nuera, a quien tiene un gran afecto y con quien úicamente se lleva 11 años de diferencia (su hijo Íñigo tiene 34). También mostró su pena cuando los novios rompieron, a consecuencia de la infidelidad de su hijo. Se enteró de que la pareja había vuelto por la prensa y acató con elegancia la decisión renovada de casarse.
El nombre de Carolina Molas ha resurgido estas últimas horas con fuerza porque se especula con que las joyas que fueron robadas el pasado día 29 en un atraco de película, iban destinadas a ser prestadas a invitadas a la boda de su hijo, concretamente a ella y otros familiares allegados.
Carolina tiene 53 años. Su abuela, Eugenia Urrutiaciorraga, fundó hace 60 años la empresa de comercialización y distribución de electrodomésticos Cemevisa, que luego presidiría su padre, Carlos Molas. Carolina es CEO de la misma desde el año 2014, cuando falleció su padre. La empresa opera sobre todo en el País Vasco, donde tiene su sede social. De hecho, la familia Onieva-Molas está muy unida a esta zona del país, que visitan con frecuencia.
Guapa, alta y muy estilosa, amante de los viajes y de la gastronomía, está más cerca por edad de su nuera (que en noviembre cumplirá 42) que de la madre de esta, Isabel Preysler, que tiene 72. Aunque algunos quieren ver rivalidad entre las dos suegras, Carolina huye de cualquier comparación, igual que al comienzo de los preparativos de la boda declinó salir en las fotos de la exclusiva que pagará a los novios cantidades desorbitadas, según se ha publicado.
Se sabe que finalmente, sí aparecerá en algunas imágenes del reportaje que se espera, aunque no parece que sea lo que más ilusión le hace.
Carolina se casó por primera vez con el empresario Íñigo Onieva, el padre de sus tres hijos, Íñigo, la actriz Alejandra y Jaime, el menor. Íñigo padre es empresario y actualmente dirige el área de e-commerce en el Grupo Barceló. Vive en México con su segunda esposa y tiene un hijo, hermano del novio de Tamara, llamado Willy.
Iñigo y Carolina se divorciaron cuando el novio de Tamara era todavía un adolescente. El novio de la marquesa de Griñón y su padre se llevan muy bien, a pesar de la distancia que les separa y se espera su asistencia a la boda. Actualmente, Carolina también está separada, desde el verano pasad, del empresario y consultor José Ignacio de Guadamillas, desarrollador de sistemas e inventos medioambientales, con quien se había casado en 2017 y con quien vivía en La Moraleja.
Era muy activa en Instagram, de hecho sale mucho en fotos compartidas con sus hijos y con Tamara, en restaurantes y celebraciones. Pero la exposición que le supone el paso que va a dar su hijo, hizo que cerrara la cuenta y que tan apenas publique nada.
Carolina irá vestida, casi seguro, de Lorenzo Caprile, aunque el diseñador fiel a su costumbre de no dar datos de sus clientas, no lo ha confirmado. Tampoco ella. Su consuegra irá de Carolina Herrera, esto sí, confirmado
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