¿Por qué tiemblan los perros? Estas son las principales causas

Existen numerosos motivos por los cuales un perro puede experimentar temblores, y no todos requieren preocupación. Algunas de las causas más habituales de los temblores son situaciones de ansiedad, agitación, miedo o una disminución de la temperatura corporal. Sin embargo, también existen razones más graves por las cuales tu mascota puede temblar, como intoxicación o fiebre, por ejemplo.

Por lo general, los perros tiemblan como respuesta a estímulos externos, aunque también pueden hacerlo como síntoma de una enfermedad, dolor o intoxicación, según explican los expertos de Affinity en su web. Por lo tanto, es importante estar al tanto de los motivos por los cuales los perros pueden temblar y, si es necesario, acudir a un veterinario lo antes posible.

Los temblores se caracterizan por movimientos involuntarios con una cadencia que pueden afectar todo el cuerpo o solo una parte. Según Affinity, existen diferentes tipos de temblores, como los intencionales, que son voluntarios al inicio; los causados por la postura de la cabeza o las extremidades, que pueden ser consecuencia de problemas metabólicos; los temblores musculares no rítmicos asociados a enfermedades motoras; y los movimientos mioclónicos súbitos y localizados en un músculo.

Cada tipo de temblor puede tener una causa distinta, ya sea una enfermedad u otro motivo. Entre las principales causas de los temblores en los perros se encuentran la hipotermia, la fiebre y la hipertermia, la hipoglucemia, los temblores durante la fase REM del sueño, el exceso de ejercicio, el dolor, la intoxicación, los traumas y las fobias.

En el caso de la hipotermia, puede ocurrir que el perro se encuentre en un ambiente extremadamente frío durante mucho tiempo, lo cual hará que su temperatura corporal (normalmente de 38 grados) disminuya drásticamente y ponga en peligro sus funciones vitales. 

También puede producirse como efecto secundario de algún medicamento que cause una disminución de la temperatura corporal. Si esto sucede, es probable que el perro tiemble, se sienta somnoliento y apático. Proporcionarle calor y agua azucarada o suero ayudará a mejorar su estado y a que recupere su temperatura normal.

Por otro lado, cuando se trata de fiebre o hipertermia, es decir, cuando la temperatura del perro es superior a los 39 grados, también puede presentar temblores. La fiebre indica que hay una causa subyacente, como una infección viral o alguna enfermedad, por lo que es necesario acudir al veterinario para que evalúe al perro y le baje la fiebre.

La hipoglucemia es otra causa de los temblores en los perros. Si el nivel de azúcar en sangre del perro disminuye, es probable que también tenga problemas de absorción de nutrientes, por lo que es recomendable consultar al veterinario.

En el caso de  los temblores ocurren durante la fase REM del sueño del perro, no debemos preocuparnos, ya que es normal que se produzcan, especialmente en las patas, si el perro está teniendo un sueño profundo.

Otra razón por la cual los perros pueden temblar y que no debe causar alarma es cuando han realizado ejercicio físico en exceso. Sin embargo, es importante adaptar la actividad física a las características y condición física del perro, ya que no todas las razas necesitan la misma cantidad de ejercicio.

Además, en casos de artrosis y problemas articulares, es común que el perro experimente temblores asociados al dolor. También pueden estar relacionados con problemas digestivos, por lo que es crucial determinar rápidamente la causa del problema con la ayuda de un veterinario.

La causa más peligrosa de los temblores en los perros es, probablemente, la intoxicación. Sustancias químicas presentes en el entorno o medicamentos administrados incorrectamente pueden provocar esta condición y desencadenar espasmos en el animal. Si hay la más mínima sospecha de intoxicación, es fundamental acudir al veterinario de inmediato.

Entre todas las causas mencionadas, el trauma o la fobia son las más comunes. Los temblores pueden ser una respuesta al estrés causado por situaciones que el perro no sabe cómo manejar, como miedos o fobias. Estos factores actúan como causas psicológicas en este caso, como se explica en el artículo de Affinity.