Miguel Garrido: "En España no se percibe que se trabaje muchas horas, sino que la gente quiere trabajar y no puede"

Antes de nada, enhorabuena por la reeleción de la presidencia de la Confederación Empresarial de Madrid. ¿Mantiene intactas sus ganas?Mis primeros cuatro años han tenido muchas complicaciones por la coyuntura que se vivió con la pandemia, pero afronto el nuevo mandato con una enorme ilusión porque creo que se ha hecho un buen trabajo y tengo un reconocimiento por parte de los empresarios de Madrid.

Madrid fue la primera región española en recuperar el PIB prepandemia, pero ahora sufre las consecuencias de la guerra en Ucrania. ¿Cómo se encuentra su tejido empresarial?Creo que se ha demostrado que es muy sólido, siendo capaz de resistir situaciones de muchísima dificultad. Aunque Madrid fue el primer sitio donde se recuperó la economía, estos acontecimientos han dejado heridas y muchas empresas, sobre todo, las más pequeñas y los autónomos, han desaparecido. Ahora, estamos en unos crecimientos sostenidos, pero hay muchas incertidumbres. Pase lo que se pase, los empresarios madrileños están bien preparados. 

¿Qué tienen las empresas en Madrid sacar tanta ventaja a las de otras comunidades?Madrid tiene un ambiente propicio a la actividad empresarial. Hay muchísima competencia, no solo a nivel empresarial, también en cuanto a profesionales. Y eso te obliga a innovar y buscar la excelencia. Es lo que hace que las empresas en Madrid resistan mejor a situaciones adversas o salgan antes de las crisis. Digamos que están más preparadas porque han tenido una mayor dificultad para abrirse un hueco.

¿Cuáles son los sectores son más potentes en Madrid?Madrid siempre se ha caracterizado por contar con un sector servicios muy, muy importante. En los últimos años, también el turismo ha experimentado una evolución espectacular. La ciudad no era un destino de referencia hace 20 años y hoy, sin ninguna duda, lo es. Viene gente para ver el Museo del Prado, un concierto, una feria o una reunión de trabajo con una empresa internacional.

¿Y algún sector rezagado?En la industria hay que avanzar, como en el País Vasco u otros lugares de España. Antes a lo mejor el tipo de industria necesitaba un precio del suelo distinto, pero hoy en día hay mucha industria limpia y tecnológica, para la que Madrid está perfectamente capacitada.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, quiere impulsar la digitalización durante la próxima legislatura. ¿Acierta?
La digitalización es probablemente el factor más importante a la hora de mejorar la competitividad de la empresas. Por eso, que la Comunidad de Madrid la haya situado como prioritaria nos parece una decisión muy acertada que debe ayudar a la transformación digital, no solo de las empresas, sino de la propia administración y la sociedad, en general.

¿Le ha pedido algo más para los empresarios? Pedimos que se prolonguen las políticas que han permitido el crecimiento durante estos últimos años. Unas políticas fiscales incentivadoras de la actividad, seguridad jurídica, desregulación para evitar burocracia y seguir con la línea de la libertad empresarial. También sería importante incidir en la política internacional y continuar atrayendo inversión.

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, se pone como reto facilitar el acceso a una vivienda, sobre todo, a jóvenes y familias vulnerables. ¿Cómo pueden ayudarle los empresarios?Hay que afrontar este reto desde la oferta, liberalizando el suelo para facilitar promociones, en muchos casos con colaboración público-privada. Y luego dar un marco de seguridad para que la gente le compense invertir en vivienda, tanto en venta como en alquiler y no con las amenazas que ha lanzado la Ley de Vivienda recientemente aprobada.

¿Y alguna receta para la demanda?Las administraciones también tienen cierta responsabilidad en ayudar a aquellos que no pueden acceder a una vivienda de todas maneras, sí. Habría que plantear ayudas para los avales iniciales de los jóvenes, con los que puedan emprender una vida por su cuenta o en pareja.

¿Qué le ha solicitado a Almeida?Hay dos cuestiones. Por un lado, consolidar unas políticas acertadas que han permitido un crecimiento económico fuerte y sostenido en Madrid. Entonces, lo primero: 'oiga, no cambien el rumbo'. Por otro, atender a los retos del futuro, como el urbanismo, para el que son fundamentales las normas urbanísticas. O la movilidad y sostenibilidad. En ese sentido, la pospandemia con el teletrabajo ha ayudado para aliviar el colapso de tráfico que había hace cuatro años. Pero hay que prepararse para una ciudad del futuro en se gaste el menor tiempo posible en llegar de tu casa al trabajo, al lugar de ocio o al colegio.

En los últimos años, la urbe ha experimentado un boom de los pisos turísticos. Aunque muchos de ellos operan sin licencia, ¿Esto es competencia desleal contra los hoteles?Bueno, creo que hay que aceptar las nuevas formas de cualquier sector como los VTC o la venta de comida a domicilio. Lo que no se puede es discriminar determinadas actividades con más regulación por el hecho de ser más antiguas. Al final, las viviendas turísticas son lugares donde se alojan personas como los hoteles, los hostales o las pensiones. No tiene sentido que cumplan menos normas. Aunque, fundamentalmente, hay que ir en el sentido de la desregularización para el sector hotelero.

¿Ha oído hablar del Distrito Financiero, el número 22, en Madrid, Nuevo Norte?Escuchamos el planteamiento que se hizo en su momento, pero no tenemos mayor información al respecto. Creemos que sería positivo...

¿Para qué?Bueno, es interesante que la marca internacional que tiene Madrid se pueda concentrar en una determinada zona. Compañías que operen allí y atraigan talento de fuera podría apotar mucha riqueza al conjunto de la sociedad madrileña.

¿Cuál cree que es el mayor problema del empresario en Madrid?
Hay muchos y dependen de cada sector. Pero los costes laborales, que no los salarios, porque los sueldos en España no son todo lo alto que deberían, suponen un problema. Además, la regulación es rígida, con lo que a muchas empresas les da contratar a nuevas personas por los compromisos que eso le puede suponer al futuro. Otra cuestión es la escasez de personal para determinadas actividades. Cada vez más.

¿Un ejemplo?En el ámbito tecnológico, pero no solamente. Pasa en la hostelería, en la construcción, en el transporte... Si no se soluciona pronto, podría generar un colapso y un parón en el crecimiento económico de Madrid.

¿A qué lo achaca?Parte del problema se origina en la educación. El modelo de formación, tanto universitaria como profesional, en muchos casos no se adecúa a las necesidades que tienen hoy las empresas. Fontaneros o electricistas requieren de una formación muy específica, pero tienen unas posibilidades profesionales muy importantes.

Quizás también influye que los ciudadanos no están dispuestos a aceptar cualquier tipo de trabajo y reclaman mejores condiciones.Pero mire a los conductores de autobuses. Entiendo que haya gente que no quiera ser camionero, yéndose cinco días hasta holanda. Pero hay falta de conductores de autobuses de línea, que no es una profesión mal pagado y duermes todos los días en tu casa.

Entonces, ¿cómo ve semana laboral de 32 horas que plantean desde Sumar?Creo que en España, en general, no hay una percepción de que se trabaje mucho, sino que la gente que quiere trabajar y no puede. Desde luego, si reducimos la jornada laboral manteniendo los costes laborales, lo que estamos incrementando todavía más es el coste del personal y disminuyendo la productividad. A diferencia del Estado, si una empresa tiene perdidas más de uno o dos años desaparece.

El PP se propone "promover una imagen positiva de los empresarios". Mientras usted ha criticado en más de una ocasión que el Gobierno de Sánchez "los criminaliza". ¿Cómo cree que les ven los españoles?
Tradicionalmente, la imagen del empresario en la sociedad no se correspondía con la realidad. En parte, por inacción nuestra, se le veía como un señor que abusaba de su posición dominante. Pero durante la pandemia mejoró esa percepción, se les humanizó, al ver que tenían que seguir cubriendo sus gastos pese a estar cerrados. Y, desde hace un año, curiosamente, el Gobierno ha puesto en diana a las empresas. Quizás para culpabilizarles de la inflación, algo que además de ser radicalmente falso, es enormemente negativo. 

¿Tienen mayor sintonía con el PP que con el PSOE?Nosotros nunca habíamos tenido problemas con ninguno, aunque haya políticas que no nos gustaran. El Gobierno actual se ha radicalizado. En este último año, en muchos casos protagonizado por ministros de Podemos, pero también por el presidente Sánchez, se ha señalado a empresarios con nombres y apellidos. 

¿Qué medidas económicas le pediría al presidente que salga de las urnas el 23-J?Me centraría en dos cuestiones. Una, el rigor en las cuentas. Llevamos mucho tiempo viviendo por encima de nuestras posibilidades y eso nos penaliza como país. Debe haber seriedad en el gasto, no tenemos dinero para pagar 400 euros a los que cumplen 18 años. Y dos, contar con los empresarios antes de poner en marcha las políticas. Entendemos que el gobierno haga cosas que no nos gustan, pero no que no hablen con nosotros.

¿Cuándo han echado de menos ese diálogo?En multitud de regulaciones, con diferentes gobiernos, desde la reforma de pensiones al control horario. Tiene que haber un clima de cordialidad y respeto entre nosotros. Todos queremos lo mejor para España.