Juan Luis Saldaña Periodista y escritor
OPINIÓN

Entre la conversación de ascensor y el "elevator pitch"

Dos amigas huyen de la conversación de ascensor.
Dos amigas se muestran exhaustas tras una conversación de ascensor.
Pexels
Dos amigas huyen de la conversación de ascensor.

La conversación intrascendente es tan necesaria como agotadora. A veces, si te pilla con las defensas bajas, puede suponer un problema. Una conversación vacía de ascensor, puede hacer que, al entrar en casa, te mires en el espejo del recibidor y no sepas bien quién eres. Demasiadas conversaciones triviales, sobre todo si son con gente que te importa, pueden ser dañinas. Parece necesario encontrar algo de profundidad.

Hay algunos movimientos sociales que apuestan por la abolición de la conversación vacía. Irrational Labs es una empresa norteamericana sin ánimo de lucro que, entre otras cosas, se dedica al estudio del comportamiento humano. Sus fundadores hicieron un experimento en el que analizaban las conversaciones privadas de grupos de personas durante una cena en la que se establecieron algunas reglas para evitar los diálogos vacíos y lo explicaron en un artículo de la revista Wired en 2016 que se tituló “Las conversaciones triviales deberían estar prohibidas”.

El artículo defendía que las conversaciones profundas, con interés y sobre asuntos que realmente importan, generaban una interacción mayor, una satisfacción más profunda y una sensación de felicidad sensiblemente más alta que si los diálogos hubieran sido intrascendentes. Lo cierto es que, a parte de los experimentos, es muy complicado librarse de las conversaciones triviales.

Entre las conversaciones insoportables de comida, rutas de carretera, deportes variados, tiempo, clima y otros y la intensidad del "elevator pitch", seguro que hay un punto en el que nos podemos entender todos.

Por otro lado, tenemos a los apóstoles del "elevator pitch". Esta es una moda que viene del mundo de la empresa y que consiste en exponer tu proyecto a un inversor durante el tiempo que compartes con él en un ascensor. De ahí ha surgido un modo de presentaciones rápidas en las que el candidato tiene que fusilar su idea ante un auditorio que no tiene ningún tiempo que perder.

Resulta un poco agobiante jugarte el futuro en un minuto dándole la turra a un rico en un ascensor. Entre las conversaciones insoportables de comida, rutas de carretera, deportes variados, tiempo, clima y otros y la intensidad del "elevator pitch", seguro que hay un punto en el que nos podemos entender todos. Yo, por si acaso, cuando me junto con gente que me importa, he decidido desde hace un tiempo ir a lo importante, aunque la conversación se parezca un poco a una entrevista. Funciona. Hagan la prueba. 

Juan Luis Saldaña
Periodista y escritor

Colecciono coca colas falsas en lata y hago fotos a las bolsas de plástico en los árboles. He publicado libros de poemas y relatos. Mi última novela es "Hilo musical para una piscifactoría". Se llevó al cine bajo el título de "Miau". He sido redactor en prensa, presentador en tele y radio y ahora me piden que opine. Licenciado en derecho, MBA, máster en periodismo y doctor en comunicación e información. He tenido una agencia de marketing, alguna experiencia de éxito en comercio electrónico y doy clases en algún máster sobre esto.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento