El único cara a cara electoral entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo se llevó a cabo este lunes en Atresmedia, en un encuentro tenso en muchos momentos entre los candidatos favoritos al 23-J, durante la casi hora y tres cuartos que duró el intercambio, y que dejó diferentes lecturas para los analistas. 

Asuntos como la economía, los pactos de unos y otros (los del PSOE con Unidas Podemos y los independentistas; y los del PP con Vox) y las consecuencias de la ley del 'solo sí es sí' fueron tres de los puntos de máxima crispación durante el encuentro.

'Un candidato más combativo frente a otro más efectivo'

En un duelo muy tenso y lleno de interrupciones, Sánchez se centró anoche en defender su gestión y en alertar sobre las consecuencias de los pactos PP/Vox. Pero se impuso en el transcurso del debate la actitud más templada del aspirante Feijóo frente a la más combativa del actual inquilino de la Moncloa, Pedro Sánchez.

El candidato socialista echó mano de los reproches a cuenta de los pactos en Extremadura, pero tuvo que emplearse para defenderse de las críticas del popular a cuenta de su gestión en los últimos cinco años, incluyendo el balance económico del que hizo gala como presidente.

Feijóo estuvo insistente en su búsqueda de votos de amplio espectro que le permitan gobernar en solitario. Era, en definitiva, el objetivo de este cara a cara, el único de la campaña. Los trackings de estos días y, en definitiva, el 23-J deberán corroborar la impresión de que lo consiguió.

'Expectativas superadas, expectativas rebajadas'

Ahora saldrán todos los politólogos de guardia para decir que sabían que iba a ocurrir lo que ocurrió, pero si hay un titular para este cara a cara es que nadie lo vio venir. ¿Un Sánchez al ataque apabullando a Feijóo? Más bien interrumpiéndolo, que es distinto. ¿Un Feijóo a la defensiva? Pues va a ser que no.

Sánchez hizo de Sánchez, pero con los nervios desatados, y quien cambió el paso fue Núñez Feijóo. ¿No decíamos que los debates son una cuestión de expectativas? Pues Feijóo superó las suyas y Sánchez las rebajó.

Aquí no importa tanto lo que se dice como lo que se percibe. Y lo que anoche se percibió fue a un candidato que pensó que volvía al estudio de El Hormiguero y a otro que iba a recordarle al presidente del Gobierno cuáles son las razones por las que anda detrás en los sondeos.

Ganó Feijóo en las formas. Y lo peor para Sánchez es que también perdió en el fondo.

'Un descontrolado Sánchez y un desapasionado Feijóo'

Ambos contendientes comenzaron ayer la batalla dialéctica con gesto relajado, pero se filtraba la tensión a través de la comunicación no verbal. En Pedro Sánchez sorprendió el temblor de sus manos y la aceleración de su discurso: descontrolaba enseguida su tono y las pausas. Error de comunicación importante, ya que proyecta inseguridad, nerviosismo e inestabilidad emocional.

Además, utilizó la risa de forma descontextualizada, como mecanismo de defensa. Es un acto involuntario, pero incoherente, que no favorece su imagen. Alberto Núñez-Feijóo, por su parte, se mostró más respetuoso y sosegado en las formas, pero su estrés se reveló en un gesto que repitió casi como un tic: sacar la lengua para humedecerse los labios, uno de los signos más visibles de la ansiedad y que, en general, muestra escasez de intensidad emocional. Resultado no verbal del debate: la razón fría de Feijóo se impone a la emoción desbordada de Sánchez.