Madrid

Las soluciones 'paliativas' de los vecinos a la espera del soterramiento de la A-5: radares, menos velocidad y semáforos

Los semáforos del Paseo de Extremadura que instaló Manuela Carmena.
Jorge París

Ya se ha cumplido un mes desde que salió a la luz el plan para soterrar la A-5. Peccatta minuta si se compara con los 18 años que llevan esperando los vecinos del sureste de Madrid a ver enterrada la autopista que expulsa ruido y malos humos todos los días de su vida. Desde Gallardón hasta Almeida, pasando por Carmena, ningún alcalde ha podido hacer realidad este proyecto faraónico. Mucho dinero, mucha obra, mucho tráfico... muchas promesas incumplidas. Ahora que despierta el segundo  mandato del PP, surge otra oportunidad. Esta vez hay vídeo, números y grafismos sobre lo que han bautizado como el Paseo Verde del Suroeste. Los trabajos, de todos modos, van para largo, pues deben homogeneizarse con la también eterna Operación Campamento. Hasta entonces, quién  sabe si tres, cinco o diez años, los residentes en Latina urgen medidas.

Marcos, dueño de la cuenta @SoterramientoA5, un perfil de Twitter para seguir cada nuevo paso de la operación, recibió del portal de transparencia del Ayuntamiento de Madrid el vídeo que circuló como la pólvora hace semanas. "No conozco a nadie, llevábamos desde 2021 pidiendo información y simplemente accedieron a darnos un pendrive", cuenta. Horas después de que publicará la cinta en la red del pajarito, el Consistorio completó la información. Entre Batán y Campamento, se construirá un paseo asfalto de 3,5 kilómetros sobre el que brotarán zonas verdes, reservadas para los viandantes, con áreas estanciales, carril bici y parques infantiles. En la superficie, se habitarán dos carriles para la circulación de coches. El resto discurrirán bajo tierra, con tres por sentido. "Nos han devuelto la esperanza", confiesa Marcos, para el que los detalles son lo menos importante. "Da igual si ponen pinos o plataneros, queremos que soterren. Y cuánto antes".

Lo cierto es que todavía solo existe esa recreación. Y, según apuntan fuentes consistoriales, "ni siquiera es la definitiva, está sujeta a posibles cambios". No hay licitación de obra, plazos ni presupuesto estimado. Lo que para Javier Poveda, miembro de la Asociación Vecinal de Lucero, prueba que "no hay nada nuevo. Todo es puro marketing, te enseñan una cosa tan aparente y bonita que parece que lo van a hacer en cuatro días. Pero ya lo prometió Almeida en 2019 y no se hizo. No sé por qué ahora la gente sí le cree", se resigna. Aunque este vecino sí cree que se podrían "hacer cosas" para disminuir la contaminación atmosférica, acústica y lumínica que emite la carretera por la que circulan diariamente más de 120.000 vehículos.

Bajar 20km/h la velocidad

"Primero, que los coches circulen a 50km/h y no a 70km/h, que esto es el Paseo de Extremadura, no la A-5", señala Javier. Esta era la pretensión del anterior Gobierno de Carmena, que se propuso convertir el tramo de autovía entre Batán y Cuatro Vientos en una carretera poblado, con aceras, árboles, pasos de cebra, carril bici, semáforos, y radar. A su llegada a Cibeles, Almeida solo preservó el detector -sito entre los puntos kilométricos 4,000 y 5,750 del paseo- arguyendo que el resto de 1as medidas producían atascos y no habían resuelto los problemas de los vecinos. Pero ni siquiera esa medida resultó eficaz. "Termina el radar y los coches ya se ponen a noventa, haciendo aún más ruido cuando aceleran", se queja Andrés Piñeiro, residente en Campamento.

¿Volver a los semáforos?

Al parecer de Jose Manuel Calvo, delegado de Desarrollo Urbano Sostenible con Carmena, la velocidad debía reducirse desde la incorporación de la Avenida de los Poblados. "Justo cuando terminan los cuarteles y empieza el área residencial de Campamento, por así decirlo". De ahí hasta coger el Paseo de Extremadura y llegar a los túneles de la M-30 mantendría el límite a 50km/h. "Y volvería a encender los semáforos", que solo duraron cuatro meses y "hoy están ámbar", plantea. "Una vez se vaya pacificando el tráfico", completaría la siguiente fase del plan de Ahora Madrid: colocar un paso de cebra e instalar más semáforos a la altura de Batán.

Más transporte público

Al pisar el freno, también se generarán más atascos, reconoce la profesora de geografía de la UCM, Ana Margarida. Para ella, por contra, esto también puede suponer un "efecto positivo". "Al generar niveles de congestión más elevados, a mucha gente no le acabará compensando coger el coche y recurrirá a otras opciones de transporte".

Aquí entra en juego el transporte público. "Puedes añadir vagones al metro y al Cercanías, aumentar la frecuencia de autobuses o construir un carril propio o bus-VAO", dispara Poveda. "Hay tantas opciones". Para Antonio Giraldo, concejal de Urbanismo del PSOE es la "alternativa" por antonomasia. El bus circularía por todo el tramo del extremo de la carretera, por un carril propio. "El que vaya el coche atascado ve que el carril bus va como un tiro y dice 'igual me compensa cogerme el autobús'", apunta Calvo. 

Otra medida combinable es instalar "aparcamiento disuasorios" antes de acceder a Latina, deduce el vecino de Lucero. Porque "tenemos la sensación de que llegar a Madrid es llegar hasta la Gran Vía, cuando realmente es entrar en la Avenida de los Poblados", remata Giraldo.

Mejorar el asfalto

Estado actual de la carretera en el Paseo de Extremadura.
Cedida

Un ingeniero de caminos, criado en una de esas casas que están a escasos centímetros de la autopista y que prefiere no dar su nombre, sugiere asfaltar la carretera con materiales que mitiguen mejor el ruido. "Se llaman mezclas abiertas y reducen el impacto del rozamiento de los coches en la calzada mejor que el actual fonoabsorbente, que una vez degradado, no funciona". Para Calvo, esta medida, en cambio, es inasumible, pues, a razón de 120.000 coches diarios, requeriría estar asfaltando "cada dos meses".  

loading...