La Policía y un clan rival siguen la pista a 'El Bola', el más buscado de Pan Bendito
La ley del Talión, el ojo por ojo. Los miembros de un clan gitano de Orcasitas buscan a 'El Bola', un hombre de 38 años que sería el presunto autor del asesinato de uno de los miembros de esta familia. Ellos no son los únicos que andan tras su pista, la Policía Nacional también indaga sobre su paradero por la comisión de un posible delito de homicidio, según informan fuentes policiales.
En la madrugada del lunes, en un descampado de la calle de Besolla (distrito de Carabanchel), cerca de la parada de Metro Pan Bendito, los clanes de Orcasitas y Pan Bendito se cruzaban para resolver una serie de encontronazos previos. En junio, tres jóvenes de Orcasitas propinaron una paliza a 'El Bola". El domingo, en el centro comercial Parquesur de Leganes, 'El Bola' se topó con sus agresores, a los que amenazó con una navaja y profirió insultos hacia un difunto familiar del clan. La tensión entre ambas familias estalló, produciéndose la reyerta que se saldó con la vida de uno de los miembros de Orcasitas. De tres a cinco detonaciones perturbaron la noche, según contaban los vecinos del barrio.
Varios de los disparos impactaron en un hombre de 38 años, apodado el 'Taruco', el tío de uno de los implicados en la trama que condujo a este desenlace. Los parientes de la víctima no llamaron al Samur, sino que le trasladaron en su propio coche muy grave al Hospital 12 de Octubre, donde los médicos certificaron su muerte. Allí comenzaron a gritar y a jurar venganza, generando un escándalo que tuvo que ser aplacado por la Policía.
La venganza no tardó en ejecutarse, la misma noche del lunes, varios miembros del clan regresaron a Pan Bendito para irrumpir en la casa de 'El Bola'. Sin embargo, este no se encontraba en su domicilio, había escapado con su familia fuera de Madrid, según la información que maneja la Policia.
El Grupo VI de Homicidios de la Jefatura Superior de Madrid son los responsables de la investigación en curso. Su trabajo se ve dificultado por la ley del silencio que impera entre los clanes e impide a los agentes recabar todos los datos sobre la pelea. Para evitar que sigan sucediéndose encontronazos y represalias, se ha incrementado la vigilancia en la zona donde acaecieron los hechos. La unidad de criminalística está investigando el arma utilizada, ya que los casquillos recogidos de la escena del crimen indican que no se utilizó una escopeta, como se conjeturaba al principio. Por varios indicios, la Policía creen que el presunto homicida estaría relacionado con la venta de drogas y la delincuencia habitual.