Los niños de la pandemia tardan más en hablar: la pérdida de interacción y las mascarillas lastraron su desarrollo

Un niño con mascarilla.
Un niño con mascarilla.
ACN
Un niño con mascarilla.

Lo dijeron los docentes y los psicopedagogos en la primera vuelta al cole tras la pandemia: las mascarillas son una barrera para el aprendizaje y el desarrollo del lenguaje de los más pequeños. Y la ciencia, como siempre, lo ha acabado demostrando. El hecho de interactuar con media cara cubierta durante una edad clave ha tenido consecuencias en los niños de la pandemia, aquellos que durante las restricciones sanitarias por el coronavirus tenían entre 0 y 3 años.

El equipo de investigación Comunicación Multimodal y Desarrollo Humano (COMDEH) de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) comparó el desarrollo lingüístico de dos grupos de niños de la misma edad, el mismo nivel educativo de las madres y pertenecientes a escuelas infantiles similares… pero con resultados de dos épocas muy distintas: 82 antes de la pandemia y 71 durante la pandemia (entre octubre de 2019 y diciembre de 2020). En total, los investigadores examinaron los datos de desarrollo, tanto del vocabulario como de la habilidad para producir frases cada vez más complexas —la morfosintaxis—, de un total de 153 niños de entre 18 y 31 meses de edad. 

¿La conclusión? "Las restricciones surgidas por la pandemia han limitado las interacciones sociales y contextos de relación de los niños del grupo pospandemia", reduciendo así sus habilidades lingüísticas y retrasando el aprendizaje, según indican los investigadores Eva Murilloa, Marta Caslab, Irene Rujasc y Miguel Lázarod, en su trabajo publicado en el último número de la Revista de Logopedia, Foniatría y Audiología.

Pero las mascarillas no fueron las únicas culpables de ello, aunque sí jugaron su parte a la hora de dificultar la comprensión de obstaculizar "la información visual a la hora de aprender el lenguaje". Esos niños estuvieron meses confinados en casa, y luego volvieron al colegio en los llamados grupos burbuja y en un contexto en el que se redujeron al máximo las interacciones sociales. Algo que, subraya la investigación, terminó por afectar en sus estímulos lingüísticos.

Todo ese contexto podría haber contribuido a que los niños que durante la pandemia tenían entre uno y tres años hayan experimentado un desarrollo más lento del lenguaje, en comparación con aquellos de la misma edad que vivieron sus primeros años antes de la crisis sanitaria. A través del Inventario de Desarrollo Comunicativo MacArthur —un instrumento que permite analizar el proceso normal de adquisición temprana del lenguaje—, los resultados acabaron demostrando que los llamados niños de la pandemia muestran puntuaciones más bajas en vocabulario y desarrollo morfosintáctico. 

Detección temprana

Para la coautora del trabajo, Eva Murillo, estos hallazgos demuestran la influencia del contexto social en la sensibilidad del desarrollo comunicativo y lingüístico. Pero también ponen en relieve "la importancia de monitorizar de cerca el desarrollo del lenguaje en este grupo, especialmente en aquellos niños que podrían presentar mayores riesgos de dificultades".

Por ello, la investigadora insta a fortalecer la detección temprana de cualquier dificultad que se detecte en los niños para facilitar una intervención precoz y mejorar así el pronóstico. "Esta detección temprana también ayuda a reducir los costes sociales de las intervenciones a medio y largo plazo", subraya. 

Una "barrera" para el aprendizaje

Docentes, psicopedagogos y pediatras ya advirtieron de estos efectos durante la pandemia. En una entrevista para 20minutos, Sylvie Pérez, profesora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), señaló que ya estaban observando cómo los niños estaban empezando a hablar, en general, un año más tarde de lo habitual (de los dos a los tres años). 

Algo que, si bien ya se venía observando en los años anteriores por el efecto de las pantallas en esas primeras edades, se disparó con la llegada de la pandemia y las mascarillas en las aulas. "Lo normal es que ellos copien el movimiento de los labios o de la lengua al hablar, y ahora todo eso no lo ven. Entonces, copian las palabras de lo que oyen, pero no de lo que ven", explicaba entonces.

También el epidemiólogo y coordinador del grupo de trabajo de Reapertura de la Escolarización de la Asociación Española de Pediatría (AEP) señaló la "barrera adicional", sobre todo entre quienes ya arrastraban un problema previo de aprendizaje. Ahora bien, no se trata de algo permanente ni irreversible. Como apuntó entonces Pérez y subrayan los investigadores en su trabajo, se trata de un retroceso recuperable que tiene solución. "No es una generación perdida", aseveró Bassat. 

Elena Omedes
Redactora '20minutos'

Como redactora de Sociedad, sigo de cerca las informaciones de Igualdad, Educación, Sanidad y Derechos Sociales en la sección de Nacional de 20minutos desde 2021. Antes, me curtí durante dos años en la sección de Última Hora y Cierre. Me crié en Barcelona, pasé por Teruel, aunque Madrid es mi casa desde 2013, donde me gradué en Periodismo en la Complutense. Algo melómana y muy feminista, también cuento las historias de quienes tienen menos voz.

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