Entrevista

Alfredo Rodríguez-Antigüedad: "Existe una relación clara entre la progresión de muchas enfermedades con los hábitos de vida sana"

Alfredo Rodríguez-Antigüedad
Alfredo Rodríguez-Antigüedad, neurólogo
Sociedad Española de Neurología (SEN)
Alfredo Rodríguez-Antigüedad

El doctor Alfredo Rodríguez-Antigüedad lleva más de 30 años dedicado al estudio de la esclerosis múltiple y otras enfermedades neurológicas como el alzhéimer, el párkinson o el ictus. Su contribución a la asistencia, investigación y gestión innovadora de estas patologías le han hecho merecedor recientemente de su segundo Premio de la Sociedad Española de Neurología (SEN), organización de la que fue presidente hasta hace tres años.

Además, el doctor Alfredo Rodríguez-Antigüedad ha participado como investigador en más de 20 ensayos clínicos y proyectos de investigación sobre la esclerosis múltiple y es autor de diversos libros y publicaciones en revistas nacionales e internacionales. Este sábado, 22 de julio, Día Mundial del Cerebro, hablamos con el neurólogo, actualmente Jefe del Servicio de Neurología del Hospital Universitario Cruces (Vizcaya), coordinador de la Unidad de Neuroinmunología y profesor asociado de Neurología de la Universidad del País Vasco, sobre uno de los campos más complejos de la medicina, el tratamiento de las enfermedades neurológicas.

Las enfermedades neurológicas representan un campo muy amplio de diferentes patologías de las que, ¿cada vez conocemos más?
Sin lugar a duda. Se ha avanzado un montón en el ámbito de la neurología. En el campo del ictus, los avances que se han producido en los últimos 20 años son muy importantes, sobre todo en el ámbito del tratamiento. Y en el caso de la neuroinmunología, se ha avanzado también un montón. Como prueba, la esclerosis múltiple, que era una enfermedad desvalida de ningún tratamiento hace 20 años y, en la actualidad, tenemos un montón de recursos que realmente han dado la vuelta al pronóstico de estos pacientes.

Sin embargo, a pesar de que las enfermedades neurológicas son la primera causa de discapacidad a nivel mundial, la investigación todavía no logra dar con la cura o un tratamiento eficaz que logre frenarlas. ¿Por qué es tan difícil investigar el cerebro?Por diferentes razones. Es un órgano que está muy protegido por el organismo en general. Hay una especie de frontera, que es la barrera hematoencefálica, que restringe el tráfico de células. Por otro lado, la dificultad que existe de poder tomar muestras para analizar porque el acceso a través de las biopsias o de procedimientos que puedan provocar un daño al cerebro es muy peligroso. Cada zona del cerebro ejerce una función muy concreta y, si dañas un trozo muy pequeño, puedes dejar a una persona con una incapacidad definitiva. La última variable es que, aunque su funcionamiento es muy sencillo, es un órgano extremadamente complejo desde el punto de vista bioquímico y anatómico porque tiene una estructura muy compleja.  

¿En qué enfermedades neurológicas se están produciendo más avances en investigación?En todo lo que es neuroinmunología y en las enfermedades neurodegenerativas. Por ejemplo, en el ámbito de los tratamientos para el alzhéimer se está avanzando muchísimo. Hay un avance también en un campo que no es una enfermedad, sino una herramienta: los biomarcadores. Se está avanzado muchísimo para poder tener biomarcadores que nos permitan diagnosticar a un paciente de una cierta enfermedad con un análisis de sangre. Estos biomarcadores suponen tener una ventana en la sangre a lo que pasa en el interior del cerebro para diagnosticar tempranamente y de manera precisa enfermedades, para monitorizar su evolución o para ver la respuesta al tratamiento y, en un futuro, por qué no, poder tener una medicina más personalizada y dar un tratamiento específico a un determinado paciente.

Se ha visto una relación directa entre el pronóstico y la progresión de muchas enfermedades con los hábitos de vida saludable

Dentro de las enfermedades neurológicas, las neurodegenerativas tienen cada vez más protagonismo porque son cada vez más frecuentes...Sí, porque la gente vive más. La inmensa mayoría de estas enfermedades van asociadas al envejecimiento y, cuanto más sobrevivimos, más riesgo tenemos de caer enfermo de ellas. Habremos superado otras, pero caemos en esas. No parece que haya un factor ambiental que determine una mayor frecuencia de estas enfermedades. Por categorías de edad, se supone que son más o menos las mismas y que no ha cambiado ese riesgo, pero como cada vez hay más población más mayor son más frecuentes.

Cada vez vivimos más, pero ¿qué está en nuestra mano para frenar la progresión de estas enfermedades? ¿Son los hábitos de vida saludable la clave para retrasarlas o incluso prevenirlas?Sin lugar a duda. Parece un tópico, pero realmente se ha visto una relación directa entre el pronóstico y la progresión de muchas enfermedades con los hábitos de vida saludable. El hacer una dieta mediterránea, tener actividad física, actividad social… es la mayor inversión que podemos hacer de cara a mantener sano nuestro cerebro para reducir el riesgo de enfermedades vasculares y la velocidad con la que progresa el alzhéimer, por ejemplo.

¿De qué forma influye el tener una vida social activa?Una persona que está sin ningún tipo de estímulo exterior no va a tener un cerebro igual de bien entrenado que una persona que está activa. Si uno está todo el día viendo la televisión y sentado en el sofá de su casa es un drama. Sobre todo, las personas mayores, que no tienen ya la motivación del trabajo, tienen que intentar mantener una vida social activa. No es un reto, es posible y, además, agradable. 

Usted está especializado en la esclerosis múltiple. Uno de los grandes enigmas de esta enfermedad es su causa. ¿Qué se sabe sobre su origen?Se sabe que hay una cierta predisposición familiar que pesa, pero que no es la causa fundamental. La esclerosis múltiple no es una enfermedad hereditaria, es una predisposición. En parejas de gemelos univitelinos, exactamente iguales genéticamente, la concordancia ronda el 25%. El otro 75% depende de otras causas. En cuanto a los factores ambientales, se ha intentado vincular a todo tipo de variables, como el sol, la vitamina D, el sueño, etc. y no se ha encontrado aún relación. Más recientemente, se demostró que los soldados americanos contagiados con el virus de Epstein-Barr tardíamente desarrollaban esclerosis múltiple. Es un campo que está en investigación porque este virus parece que podría tener un papel más protagonista que otros en el origen de esta enfermedad en su componente ambiental.

La frecuencia de la esclerosis múltiple en mujeres parece estar aumentando. ¿Por qué motivo?Es desconocido, pero las mujeres de ahora son iguales que las de hace 50 años, la genética es imposible que haya cambiado en ese tiempo. Entonces, se teoriza que se trate de un componente ambiental. El cambio de hábito de la vida de las mujeres en los últimos 50-100 años hace que se esté produciendo este giro. Tiene que haber algún tipo de factor ambiental, por ejemplo, que entren antes en contacto con ciertos agentes ambientales, una vida diferente...

Hace 20 años no había ningún medicamento para la esclerosis múltiple. Ahora tenemos conocimientos que han permitido el desarrollo de distintos tratamientos.

¿Cómo ha avanzado la medicina en el tratamiento de la esclerosis múltiple?Hace 20 años no había ningún medicamento. Desconocíamos cómo se producía el daño en el cerebro y ahora tenemos conocimientos sobre la cascada de acontecimientos inmunológicos que dan lugar a la enfermedad, lo que ha permitido el desarrollo de tratamientos para controlar esa respuesta inmunológica inadecuada. Se ha producido un avance muy importante en el conocimiento de los mecanismos que dan lugar a la formación de las lesiones en el cerebro y también a las dianas terapéuticas que podemos tocar para poder evitar la aparición de esas lesiones. También se está avanzando mucho en el conocimiento de la inmunidad innata del sistema nervioso central del cerebro. Todos estos avances han permitido controlar los brotes de la enfermedad.

La esclerosis múltiple puede presentarse a cualquier edad, pero su aparición suele darse entre los 20 y 40 años. ¿Qué impacto emocional suele tener para el paciente un diagnóstico así, a una edad tan temprana?Un impacto emocional brutal porque es una edad en la que uno asume la salud como un estado normal y en la que uno se lanza a todos sus proyectos: tener niños, comprarse una casa, emprender un negocio… Es en la fase de proyección vital de las personas cuando ocurre una enfermedad que todavía sigue siendo crónica e incurable y, en muchos casos, discapacitante. Sin embargo, la situación ha cambiado porque hace 20 años no había nada y los enfermos tenían un pronóstico malo. Ahora mismo, gracias a los avances, eso ha cambiado y la mayoría continúan con una vida normal.

¿Qué papel juega el profesional médico durante todo este proceso?Es importante acompañar y ayudar al paciente en ese trance. Desde un punto de vista racional y técnico, según el perfil del paciente, se plantean estrategias sobre la información que precisa, en el momento que precisa y de la manera que precisa, tanto en el diagnóstico, como en otros momentos duros a lo largo del recorrido de la enfermedad. Después, desde el punto de vista emocional, tiene que existir necesariamente una empatía del médico con el paciente y también del paciente con el médico, bidireccional. Tienes que comprender lo que le pasa al paciente, qué es lo que le hace sufrir más y cómo ayudarle.

Asegura que una gran parte de los pacientes con esclerosis múltiple pueden llevar una vida normal. ¿Cuál es el motivo por el que otros no? 
Algunos pacientes, a pesar de todos los avances, se siguen quedando "atrás" porque no les funcionan bien los medicamentos, porque tienen brotes graves o porque desarrollan una fase progresiva de la enfermedad. Ahora podemos establecer el pronóstico de estos pacientes. En esto, los biomarcadores son muy importantes ya que permiten establecer, de manera precisa, qué pacientes pueden ir mal o van a ir bien. Además, nos ayudarían también a establecer qué estrategia terapéutica es más adecuada para ellos. Con los pacientes que sepamos que van a ir mal, hay que empezar lo más rápido y fuerte posible con el tratamiento.

Es muy importante conocer por qué se produce la neurodegeneración para dar con el medicamento que corte esa cascada de acontecimientos nocivos y que el cerebro no se siga deteriorando

Precisamente sobre biomarcadores de la enfermedad, ¿en qué se está trabajando?Hay un biomarcador que puede detectar en sangre una proteína que está en el interior de las neuronas. Cuando estas neuronas se destruyen, la proteína sale al cerebro y, de ahí, pasa a la sangre, pero en cantidades minúsculas. Hasta hace muy poquito era indetectable, pero ahora hay tecnologías de análisis que permiten medir de manera precisa estas sustancias. En el campo de la genética, se sigue trabajando, pero parece que hay menos recorrido. Sin embargo, todo el desarrollo de sustancias que pueden ser producidas en el cerebro y que marquen una determinada enfermedad como el alzhéimer o una determinada actividad de la enfermedad, como en la esclerosis múltiple, es donde se está avanzando más.

¿Qué se espera en un futuro próximo de la investigación en el campo de la esclerosis múltiple?Hubo un momento en que se realizaba una investigación muy selectiva de la esclerosis múltiple. Ahora el impulso de la investigación sobre esta enfermedad se aplica a otras muchas. El papel que pueda tener la microglía, por ejemplo, estará presente en muchísimas enfermedades. La neurodegeneración y el conocimiento de por qué se produce este proceso en diferentes enfermedades en el cerebro es la protagonista ahora en la investigación en neurología.

Al tratarse de una enfermedad desmielinizante, ¿se está trabajando en dar con un tratamiento que regenere la mielina?Sí, hay estudios para buscar la remielinización. Pero todo lo que es medicina regenerativa se plantea no únicamente para la esclerosis, sino también para otras enfermedades. No obstante, avanzar en este campo es mucho más retador y complejo porque se puede hacer un trasplante de corazón o de riñón, pero el del cerebro nunca va a llegar. 

¿Cuáles son los próximos retos en el campo de la esclerosis múltiple?El reto es la progresión, la neurodegeneración. Hay algunos pacientes que, desafortunadamente, aunque puedan estar bien controlados en sus recaídas, en un momento determinado empiezan a tener un deterioro neurológico continuo. Esto se produce porque se sigue dañando el cerebro sin que haya nuevas lesiones. Es muy importante conocer por qué se produce ese daño neuronal continuo y en qué fase de ese proceso poder encontrar la diana terapéutica, es decir, dar con el medicamento que corte esa cascada de acontecimientos nocivos para que el cerebro no se siga deteriorando.

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