La Andalucía blanca, verde y casi azul de Juanma Moreno cumplió el 23-J, pero no lo suficiente para quitarle el rictus de estupefacción a los votantes de un PP que acariciaba el fin del ‘sanchismo’ sin darse cuenta de que hay muertos que resisten más que los vivos.

El mapa al sur de Despeñaperros fue fiel al 'Verano azul' con el que soñó Feijóo. Salvo la aldea roja de Sevilla, el resto de las provincias cumplió con el pronóstico y apuntaló la victoria del gallego. Siete para el centro derecha y una para el centro izquierda; 25 escaños de los 61 que aporta Andalucía han ido al zurrón del gallego.

Pero el vuelco no fue un revolcón. El PSOE perdió en Andalucía sus terceras elecciones en un año, pero nunca una derrota fue tan almibarada como la de anoche. Sus 21 diputados andaluces le saben a churros con chocolate después de una noche de pesadilla. Se apunta también su parte de la remontada y se la cobrará.

Vox se queda con nueve y Sumar con seis pero, en uno y otro caso, da igual que igual da. Esta era una pelea a dos en la que se dirimía si los populares del Sur le darían la victoria a Feijóo. Lo consiguieron, pero su victoria puede ser, como se dice por estos lares acalorados, como tener un tío en Alcalá, que «ni tienes tío, ni tienes ná».

Mucho remar para morir en la orilla de Pedro Sánchez.