Todo lo que sabemos del colapso de AMOC, la corriente del Atlántico que se frena y podría provocar incluso una glaciación catastrófica

Corriente atlántica AMOC
Corriente atlántica AMOC
Carlos G Kindelán
Corriente atlántica AMOC

Es difícil negar que los seres humanos estamos transformando (degradando) el planeta. Desde hace más de un siglo las pruebas son constantes, casi diarias. El calentamiento global que estamos causando está alterando, por ejemplo, la circulación de las aguas de los océanos.

La pasada semana supimos que la Corriente Circular del Atlántico (AMOC) podría colapsar hacia mediados de siglo, o potencialmente en cualquier momento desde 2025, si se mantienen las emisiones de gases de efecto invernadero. Ese parón de la AMOC tendría un enorme impacto sobre el clima y no sólo en la región del Atlántico Norte.

Qué es la AMOC

AMOC son las siglas, en inglés, de Atlantic meridional overturning circulation (la circulación de vuelco meridional del Atlántico), o sea, Corriente Circular del Atlántico. Funciona como una bomba de calor y un disipador de calor, por lo que es un componente importante del sistema climático de la Tierra.

Se caracteriza por un flujo hacia el norte de agua cálida y salada en las capas superiores del Atlántico, y un flujo hacia el sur de aguas más frías y profundas. Estas "extremidades" están unidas en los mares nórdicos y de Labrador y el océano Austral. Parte de la AMOC es la Corriente del Golfo, que mantiene calientes la mayor parte de Europa y la costa este de Florida.

Así actúa la Corriente Circular del Atlántico (AMOC).
Así actúa la Corriente Circular del Atlántico (AMOC).
WIKIPEDIA/Hole Oceanographic Institution

A modo de resumen, podríamos decir que la Corriente Circular del Atlántico traslada agua caliente desde los trópicos y el hemisferio sur hasta el Atlántico Norte. Además, también transporta los nutrientes necesarios para mantener la vida oceánica.

Cómo afecta la AMOC al clima

El transporte neto de calor hacia el norte en el Atlántico es único entre los océanos del mundo y es responsable del calor relativo del hemisferio norte. La AMOC supone hasta el 25% del transporte de calor global atmósfera-océano hacia el norte en el hemisferio norte.

La AMOC es el sumidero de carbono más grande del hemisferio norte. Se "come" cerca de 0,7 PgC al año (casi 1 Gigatonelada de carbono)

Aunque no hay consenso científico sobre este efecto, se cree que la acción de AMOC mejora el clima del noroeste de Europa. De hecho, Inglaterra tendría un "clima mucho más frío" si no fuera por las cálidas aguas de la Corriente del Golfo, según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE UU.

La Corriente Circular del Atlántico es además el sumidero de carbono más grande del hemisferio norte. Se "come" al año aproximadamente unas 0,7 PgC (1 Petagramo de carbono equivale a 1 Gigatonelada de carbono). Este fenómeno tiene implicaciones significativas para la evolución del calentamiento global causado por los seres humanos.

150 años debilitándose

Si hablamos de la AMOC es porque esta semana hemos conocido un estudio —publicado en Nature— que concluye que el cambio climático está provocando cambios en las corrientes del océano, lo que genera un debilitamiento de la circulación y, en última instancia, un "futuro colapso". Pero el fenómeno no empezó ayer.

La ciencia cree que la AMOC ha sufrido un debilitamiento excepcional en los últimos 150 años en comparación con los 1.500 años anteriores. En concreto, se apunta a un debilitamiento de alrededor del 15% desde mediados del siglo XX. Son conclusiones no del todo firmes porque las observaciones directas de la fuerza de la AMOC sólo han estado disponibles desde 2004.

La ciencia cree que la AMOC ha sufrido un debilitamiento excepcional en los últimos 150 años en comparación con los 1.500 anteriores

Ya en 2021, una investigación publicada en Nature Geoscience mostraba que el milenio anterior había visto un debilitamiento sin precedentes de la Corriente Circular del Atlántico y que detrás estaba la acción del ser humano. Preveían que esa conducta iba a continuar.

"En 20 a 30 años es probable que se debilite aún más y eso inevitablemente influirá en nuestro clima. Veríamos un aumento de las tormentas, de olas de calor en Europa y el nivel del mar subiría en la costa este de los Estados Unidos", aseguraba entonces Stefan Rahmstorf, del Instituto de Potsdam para la Investigación del Impacto Climático, y coautor de ese estudio.

Colapso de la AMOC, desastre planetario

Dos años después otra investigación, la de los científicos de la Universidad de Copenhague (Dinamarca), es más catastrofista. La Corriente Circular del Atlántico "colapsará, con un 95% de certeza, entre 2025 y 2095, lo más probable es que esto ocurra en 34 años, en 2057", lo que podría generar grandes desafíos, particularmente el calentamiento en los trópicos y el aumento de las tormentas.

Deberíamos estar muy preocupados... Se trataría de un cambio muy, muy grande. La AMOC no se ha apagado en 12.000 años"

"Creo que deberíamos estar muy preocupados", asegura el profesor Peter Ditlevsen, coautor del estudio que es ahora noticia. "Se trataría de un cambio muy, muy grande. La AMOC no se ha apagado desde hace 12.000 años", afirma.

La huella dactilar de la circulación de vuelco meridional del Atlántico (AMOC).
La huella dactilar de la circulación de vuelco meridional del Atlántico (AMOC).
Nature

De producirse, un colapso de la AMOC tendría consecuencias desastrosas en todo el planeta, no sólo en la parte norte del Océano Atlántico:

  • Alteraría gravemente las lluvias de las que dependen miles de millones de personas para alimentarse en India, Sudamérica y África occidental.
  • Aumentaría las tormentas y bajaría las temperaturas en Europa.
  • Provocaría una subida del nivel del mar en la costa oriental de Norteamérica. Pondría en peligro la selva amazónica.
  • Podrían desaparecer las capas de hielo de la Antártida.

"Un colapso de la AMOC sería desastroso", afirma Jonathan Bamber, director del Centro de Glaciología de la Universidad de Bristol, citado por la NBC. "Este estudio pone de relieve lo importante que es seguir vigilando la variabilidad de la AMOC", asegura.

¿Catastrofista?

En cambio, las evaluaciones recientes del Panel Internacional sobre Cambio Climático (IPCC) sugieren que es poco probable un colapso total de la AMOC en el siglo XXI. Estiman que no es probable que colapse este siglo sino que la corriente "se debilite pero no cese".

La inestabilidad podría ser menos dramática, no un colapso a gran escala sino un cambio en los lugares de formación de aguas profundas"

Algunos expertos discrepan sobre el catastrofismo del estudio danés. Por ejemplo, científicos consultados por la CNN creen que el punto de inflexión exacto de la Corriente Circular del Atlántico es incierto y que las mediciones de las corrientes han mostrado hasta ahora poca tendencia o cambio. Pero coinciden en que los resultados del último estudio son alarmantes y aportan nuevas pruebas de que el punto de inflexión podría producirse antes de lo que se pensaba.

"La inestabilidad podría ser menos dramática, no un colapso a gran escala sino un cambio en los lugares de formación de aguas profundas", opina Andrew Watson, profesor de la Universidad de Exeter.

Otro colega, el catedrático de Modelización del Sistema Terrestre de la Universidad Técnica de Múnich, Niklas Boers, cree que las incertidumbres son "demasiado elevadas" para pronosticar con fiabilidad el momento del colapso de la AMOC. "Las incertidumbres en los supuestos del modelo, muy simplificados por los autores, son demasiado elevadas", asegura.

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