Las cinco cosas que debemos tener en cuenta antes de adoptar un perro

Perder de vista a nuestras mascotas no es una opción.
Perder de vista a nuestras mascotas no es una opción.
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Perder de vista a nuestras mascotas no es una opción.

Ampliar la familia con cualquier animal de compañía es una decisión que no deberíamos tomar a la ligera. Cuidar de cualquier animal requiere de mucha responsabilidad y compromiso y, por ejemplo, en el caso de los perros, durante al menos diez o catorce años.

Es evidente que nuestros compañeros peludos nos aportan felicidad y muchos beneficios en nuestro día a día, pero no todo es buena salud y sonrisas, también son paseos bajo la lluvia y con frío, son complicaciones a la hora de encontrar un piso de alquiler, son gastos (a veces imprevistos) y, por supuesto, adaptar nuestra vida a otro pequeño ser más (al igual que lo haríamos con la llegada de un bebé a casa).

Aunque la tendencia en la sociedad es la de tener una mascota, la realidad es que no es obligatorio y, de hecho, si no lo tenemos claro, mejor no adoptar o comprar. Si queremos probar la experiencia de tener un perro, antes de dar el paso, siempre podemos ponernos en contacto con una protectora de animales y comprometernos, en la medida que podamos, a una acogida, por ejemplo. 

Las asociaciones pequeñas siempre necesitan ayuda para cobijar a sus peludos hasta que encuentran un hogar y, si estamos planteándonos adoptar, acoger a un perrete puede ser una buena opción para ir tomando contacto con la experiencia y solventar dudas junto a los voluntarios y expertos de las protectoras de animales.

Qué plantearnos antes de traer un perro a casa

Una de los pilares más importantes a la hora de ampliar la familia con un perrete es que cada miembro en el hogar esté de acuerdo con la decisión y, por supuesto, esté dispuesta a afrontar la responsabilidad que supone convivir con un perrete a largo plazo.

Para tomar la decisión, es importante que nos informemos bien de las necesidades del perro (cómo se comunican, cómo educarlos...) y, de paso, si estamos pensando en una raza concreta, también conocer sobre sus comportamientos característicos y propios de la misma.

Una buena forma de conocer estas necesidades y comportamientos es leer libros (al igual que lo hacemos durante el embarazo, para afrontar la maternidad y la crianza del bebé), ya que aunque podamos pensar que conocemos sus necesidades, lenguaje y comportamiento, la realidad es que son animales más complejos de lo que nos pensamos.

Otra decisión importante que debemos meditar bien es qué tipo de perro vamos a añadir a nuestra familia, para lo cual debemos intentar dejar de lado nuestros gustos y optar más por pensar en nuestras necesidades y estilo de vida, ya que no es lo mismo una persona mayor que pasa mucho tiempo en casa y que tiene energía más limitada, que una pareja muy viajera y aventurera aficionada a las rutas por la montaña, o una familia con trabajos de oficina y niños en casa.

La buena noticia es que siempre hay un perro ideal para cada tipo de familia, por lo que tan solo tenemos que mantener la mente abierta a lo que desde las asociaciones o protectoras puedan recomendarnos, ya que serán los que mejor conozcan a sus animales.

También si optamos por la compra, debemos ser igual de responsables y hacerlo siempre con criadores en regla, registrados en las administraciones necesarias y que también sepan aconsejaros sobre los cuidados del perrete. Una opción a la que podemos recurrir en España para encontrar un buen criador es la Real Sociedad Canina de España (RSCE).

Por otro lado, una vez ya tenemos la decisión tomada, hay otros aspectos que debemos tener preparados antes de la llegada del nuevo miembro de la familia: los accesorios del perro.

Nuestro nuevo compañero de cuatro patas necesitará un cuenco de agua y otro de comida, una cama, alimento de calidad (tanto húmedo, como seco), transportín u otro sistema para viajar que se adecue tanto a las necesidades del perro, como a las nuestras; correa, arnés y bolsas para recoger sus deposiciones durante los paseos y juguetes (tanto para el exterior, como para el interior).

Por supuesto, de cada uno de estos productos, vamos a encontrar en el mercado multitud de tipos, formas, colores y materiales. Tendremos que ir eligiendo cada uno de ellos en base al tamaño, edad y raza del perrete, siempre pudiendo acudir a la protectora, al criador o a un veterinario para que nos aconseje sobre estos primeros pasos en el mundo del mercado de accesorios para perros.

Por último, es fundamental que, con la llegada del perro casa, tengamos muy claro y decidido cuáles van a ser las normas de conducta que vamos a enseñarle a nuestro nuevo compañero. Cada hogar tiene las suyas, habiendo perros a los que les permite estar en el sofá o la cama y otros que no, por ejemplo.

Es importantísimo tener este tipo de temas claros para no volver loco a nuestro peludo, quién no entenderá por qué unas veces se le permite y otras no. El tema del mobiliario es un ejemplo, pero es aplicable a otros aspectos como ofrecerle comida por debajo de la mesa, darle ciertos alimentos o premios y otros asuntos que surgen de la convivencia.

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