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Amnistía denuncia crímenes de guerra en Sudán y pide a la ONU un mayor control de armas: "Matan a personas en sus casas"

Un soldado de la ONU protege a un grupo de niños en Sudán.
GETTY / AMNISTÍA INTERNACIONAL

"En Sudán se están cometiendo crímenes de guerra generalizados mientras el conflicto entre las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) y las Fuerzas Armadas de Sudán (SAF) arrasa el país", denuncia Amnistía Internacional en un nuevo informe que detalla las atrocidades que están sufriendo miles de civiles sudaneses.

Con el título "La muerte vino a casa: crímenes de guerra y sufrimiento civil en Sudán' la organización ha documentado numerosas muertes de civiles tanto en ataques deliberados como en ataques indiscriminados de las partes enfrentadas. 

Asimismo, la organización detalla actos de violencia sexual contra mujeres y niñas, ataques selectivos contra bienes de carácter civil como hospitales e iglesias, y saqueos generalizados, tanto en Jartum como en Darfur Occidental.

Algunas de las violaciones de derechos humanos documentadas —como ataques contra la población civil y contra infraestructura humanitaria, violaciones y otros actos de violencia sexual, y saqueos— constituyen crímenes de guerra. 

"Civiles de todo Sudán sufren un horror inimaginable cada día que pasa mientras las Fuerzas de Apoyo Rápido y las Fuerzas Armadas de Sudán compiten temerariamente por el control del territorio", ha denunciado Agnès Callamard, secretaria general de Amnistía Internacional.

Humo por los ataques en el sur de Jartum, en junio. 
GETTY / AMNISTÍA INTERNACIONAL

"Matan a personas en el interior de sus casas o mientras buscan desesperadamente comida, agua y medicamentos; atrapadas en el fuego cruzado mientras huyen o tiroteadas deliberadamente en ataques selectivos. Miembros de las partes enfrentadas han violado y sometido a otras formas de violencia sexual a decenas de mujeres y niñas, algunas de tan sólo 12 años. No hay lugares seguros.

Desde el 15 de abril de 2023, se disputan el control de Sudán las SAF (dirigidas por el general Abdel Fattah al Burhan, jefe del Consejo Soberano de Sudán) y las RSF, de carácter paramilitar (dirigidas por el general Mohamed Hamdan Dagalo, conocido como Hemedti).

Muertes en fuego cruzado

Hombres, mujeres y niños han quedado atrapados en el fuego cruzado mientras ambas partes, que usan a menudo armas explosivas con efectos en amplias superficies, lanzan ataques en barrios densamente poblados.

Los combates comenzaron en el barrio de Kalakla, en el sur de Jartum, el 20 de abril. Kodi Abbas, maestro de 55 años, dijo a Amnistía Internacional que 2 de sus hijos varones —Hassan, de 6 años, e Ibrahim, de 8— y su sobrino Koko, de 7 años, murieron cuando trataban de escapar de los disparos: "Mi esposa y mis hijos huyeron de casa cuando estallaron los enfrentamientos en nuestro barrio [...] pero mis dos hijos menores [...] eran pequeños y no pudieron correr lo bastante rápido [...] No sé quién les disparó. Los ha matado la guerra". Amnistía Internacional no ha podido confirmar cuál de las dos partes realizó los disparos.

Ala Fawzi al Mardi, médica de 26 años, murió en su casa del barrio de Hay al Manara, en Omdurman, el 15 de abril, el día que estallaron los enfrentamientos. Fawzi al Mardi, su padre, dijo a Amnistía Internacional que su esposa también resultó herida de gravedad. "Entró por la ventana de la sala una bala que alcanzó a mi esposa en la cara, atravesándole el lado derecho y el cuello, y luego impactó a Ala en el pecho, lo que la mató al instante".

Ataques deliberados

Los paramilitares han lanzado ataques selectivos que han causado deliberadamente la muerte y lesiones a civiles. Como ejemplo, Amnistía detalla que el 13 de mayo, miembros de las RSF irrumpieron en el complejo de la iglesia copta de Mar Girgis (San Jorge), en la zona de Bari de Jartum. Según testigos, dispararon contra cinco miembros del clero y robaron dinero y una cruz de oro.

Campo de refugiados sudaneses en Chad
AMNISTÍA INTERNACIONAL

Y también ha habido ataques por motivos étnicos, al aumentar las tensiones en Darfur Occidental, hecho por el cual muchas personas de etnia masalit huyeron al este de Chad.  

En otro caso, se documenta la muerte a tiros en su casa de cinco hermanos, uno de los cuales —Al Haj Mohamed Abu Bakr— era el esposo de Zeinab Ibrahim Abdelkarim. Ésta, de 27 años y madre de dos hijos, dijo a Amnistía: "Seis miembros de las RSF irrumpieron en nuestra casa a las 8 de la mañana y fueron a la habitación donde estaban mi esposo y sus 4 hermanos y los mataron a tiros a todos [...] Las RSF vinieron luego a la habitación donde estaba yo con mis hijos y otras 12 mujeres y niños y niñas [...] Nos pegaron con palos y látigos y dijeron: ‘¿Dónde están las pistolas?’ y luego nos robaron los teléfonos".

Violencia sexual

Miembros de las partes enfrentadas han sometido a violencia sexual, incluida la violación, a decenas de mujeres y niñas, algunas de tan sólo 12 años. Algunas estuvieron retenidas durante días en condiciones de esclavitud sexual.

En la mayoría de los casos documentados por Amnistía Internacional, las sobrevivientes dijeron que los perpetradores eran miembros de las RSF o de milicias árabes aliadas.  

Una mujer de 25 años de Geneina dijo a Amnistía Internacional que 3 hombres árabes armados vestidos de civil la habían obligado a entrar en el edificio del Registro Civil del barrio de Al Jamarik el 22 de junio, donde la violaron. "No hay seguridad en ninguna parte de Geneina. Me fui de casa porque había disparos por todas partes [...] y estos criminales me violaron. Ahora tengo miedo de estar embarazada".

En otro caso, miembros de las RSF secuestraron a un grupo de 24 mujeres y niñas a las que llevaron a un hotel donde las retuvieron varios días en condiciones que constituyen esclavitud sexual. Muchas sobrevivientes no han tenido acceso a ayuda médica y psicológica.

Ampliar el embargo de armas

Amnistía Internacional en su informe insta al Consejo de Seguridad de la ONU a que amplíe sin demora el embargo de armas vigente actualmente en Darfur a todo Sudán y garantice su cumplimiento, y amplíe la ayuda humanitaria al país.

"La comunidad internacional debe asimismo ampliar inmediatamente el embargo de armas vigente a todo Sudán y garantizar su cumplimiento. Los países que tengan una influencia significativa en las partes en conflicto deben usar ésta para poner fin a las violaciones de derechos".

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