Venecia reconoce la trayectoria de Stallone, que promete "un cine honesto y de autor"

A sus sesenta y tres años, Sylvester Stallone está hecho un chaval. Ha pasado por la Mostra para recibir el premio Jaeger-Le Coultre por su contribución al mundo del cine y ha anunciado que piensa seguir dando guerra, y nunca mejor dicho, durante muchos años, ahora que tiene la libertad de "rodar lo que quería hacer cuando tenía 40 años".

El premio le llega a Stallone por su contribución al mundo del cine y su "exploración del sueño americano", sobre todo gracias a las series Rocky y Rambo, de las que el actor también ha sido guionista y director. De hecho, se considera más cercano a estas dos últimas facetas que a la interpretativa, según ha señalado en un encuentro con la prensa.

De hecho en la ceremonia de esta noche, después de la entrega de premios, se proyectará la versión del director de Rambo, cuarta entrega de una de las sagas que le catapultó a la fama, que el propio Stallone dirigió hace un par de años y que no será la última, según se ha sabido recientemente. Eso sí, el responsable de la cinta se pone el listón alto, "es la mejor versión de Rambo", ha asegurado.

Stallone, nunca sabremos si con una cierta ironía en sus palabras, ha jurado y perjurado que no quiere "seguir repitiéndome y haciendo películas de guerra. Mi objetivo es ser un autor honesto y personal". Aprovechando que la Mostra le homenajea, ha aprovechado para mostrar un adelanto de su próximo trabajo, The expendables. No es que el hombre se haya lucido mucho para dar un aire diferente a su nuevo trabajo, a pesar de recibir un galardón de este calibre y de sus propias palabras en rueda de prensa. En The expendables se junta en pantalla con Jet Li y Jason Statham y viaja hasta sudamérica para acabar con un dictador. A Oliver Stone le encantaría este planteamiento.

Así es este festival de Venecia. Un certamen capaz de programar autenticas marcianadas en la sección oficial, de dejar fuera de esta a alguna propuesta que habría encajado perfectamente, de dar a Stallone el mismo premio que en su día recibieron Kitano o Kiarostami, o de dejar a The road, una de las cintas del año, sin ningún premio en el reparto final.