Joaquim Coll Historiador y articulista
OPINIÓN

Regreso al pragmatismo

El presidente del PNV, Andoni Ortuzar, y el presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo.
El presidente del PNV, Andoni Ortuzar, y el presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo.
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El presidente del PNV, Andoni Ortuzar, y el presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo.

A la vista de los resultados del 23J y del clima de polarización de los últimos años, un observador extranjero concluiría que la posibilidad de volver a las urnas es casi inevitable. Y, sin embargo, no es este el ambiente que se respira. Parece que hay un deseo de pragmatismo en ambos lados. 

Sin duda, el anuncio de Vox de apoyar una hipotética investidura de Alberto Núñez Feijóo sin entrar en el Gobierno ni imponer condiciones de ningún tipo, supone la mejor noticia para el candidato del PP desde su amarga victoria la noche de las elecciones. Ese regalo de la ultraderecha le permite ahora explorar el apoyo no solo de los dos diputados de Unión del Pueblo Navarro y Coalición Canaria, sino también de los seis del PNV. 

Aunque los nacionalistas vascos se han apresurado a ratificar su negativa a Feijóo, ese es un camino que hace unos días no existía y es pronto para que quede completamente descartado si la alternativa es la repetición electoral. En el otro lado, si Pedro Sánchez logra sacar adelante su investidura será porque los partidos independentistas reubican sus exigencias en el terreno de lo posible, y Carles Puigdemont transita, aunque solo sea por conveniencia temporal y personal, hacia el pragmatismo. Si en Junts optan por conservar la llave que circunstancialmente tienen de la legislatura, encontrarán la manera de justificar su apoyo al líder socialista, aunque no obtengan ni la amnistía ni la autodeterminación. La condonación de la deuda autonómica, que en el caso de Cataluña es abultadísima, cobra fuerza en el tablero de la negociación.

Hace unas semanas me refería a que la polarización política es más el resultado de la estrategia de los partidos para movilizar a su electorado que el reflejo de un clima social crispado por la base en España. En realidad, lo que está sucediendo en algunas cuestiones es un regreso a la moderación, una evolución pragmática hacia el espacio central. Un ejemplo de ello es el cambio en la opinión pública en materias como la energía nuclear en menos de dos años. El estallido de la guerra de Ucrania y la evidencia palpable del cambio climático ha obligado a la ciudadanía a revisar algunas viejas ideas en materia energética. Según una encuesta de Metroscopia, en 2021 solo el 28% estaba a favor de promover la energía nuclear, mientras hoy ese apoyo se sitúa ya en el 45%.  Aunque las cuestiones ideológicas marcan la diferencia, entre el votante de izquierdas ha caído el tradicional rechazo y en las derechas se ha disparado el deseo explícito de promover la energía nuclear. De esta forma, españoles de ideologías diferentes se aproximan en las soluciones cuando nos enfrentamos a retos económicos y medioambientales tan graves. 

Así mismo, el amplio apoyo social a nuestra pertenencia a la OTAN, sería otro ejemplo de consenso pragmático, que desmiente de nuevo que la sociedad española esté polarizada por la base, y redobla el mensaje a los partidos para que por encima de las discrepancias busquen los acuerdos.

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