El Samur Social de Madrid ante la ola de calor: "Es muy frustrante cuando una persona sin hogar rechaza los centros de acogida"

"Samur Social, buenos días". "¿Qué le ocurre en este momento?". "¿Dónde se encuentra usted ahora mismo?". "¿Me puedes decir tu nombre?". "¿Te encuentras bien ahora?". "¿Alguna vez te hemos atendido con Equipo de Calle?". "Vamos a ir a hablar contigo, llevar un poco de agua fría y ver cómo podemos ayudarle". Así están siendo la mayor parte de las llamadas que recibe el Samur Social estos días. Y es que, como consecuencia de la alerta roja que ha activado el Ayuntamiento de Madrid por ola de calor, los efectivos de este servicio municipal se han activado para proteger a los colectivos más vulnerables, como las personas sin hogar o los mayores.

El Samur Social está conformada por un total de 200 personas, que trabajan, entre otras materias, para "intentar recuperar los proyectos de vida de las personas sin hogar", ha explicado el delegado municipal del área de Políticas Sociales, Familia e Igualdad, José Fernández. Es una tarea que ha calificado como "extraordinaria", a la vez que "callada", sobre todo en semanas como la actual, cuando las elevadas temperaturas que marcan los termómetros pueden provocar graves consecuencias en la sociedad si no toman medidas de protección. "Informar e hidratar" son las principales funciones que se llevan a cabo desde este organismo.

Personas sin hogar

En el caso de las personas sin hogar, trabajan con ellos desde el Samur Social y los Equipos de Calle. Su labor, los primeros durante el fin de semana y los segundos de lunes a viernes, es informar a este colectivo de la situación en la que se encuentra la capital, medidas de prevención a golpes de calor que se pueden tomar y les ofrecen plazas en distintos refugios climáticos de la red municipal. "Estamos haciendo un seguimiento de todas esas personas, les informamos sobre los recursos municipales, como la posibilidad de estar en una sala de la sede central durante las horas de más calor u ocupar alguna de las plazas de alojamiento", ha explicado José Fernández.

Sin embargo, este último paso es el más complicado. "Intentamos ayudarles en la medida de lo posible, pero por desgracia muchas veces no quieren aceptar este recurso", ha apuntado el delegado de Políticas Sociales, Familia e Igualdad. Es algo que Raquel Herrero, jefe de la unidad de mayores del Samur Social, ha vivido en persona. "Es muy frustrante a veces trabajar con estas personas porque son las más difíciles", ha explicado. "Son las que menos quieren aceptar la ayuda", ha añadido. 

No obstante, los trabajadores del Samur Social, y más en concreto sus unidades móviles, realizan un seguimiento de estas personas con el objetivo de que algún día acepten esas plazas. "Trabajamos mucho tiempo con ellos para que puedan aceptar esa ayuda, dejar la calle y empezar a vivir en un lugar cubierto", ha comentado Raquel Herrero.

Vigilancia y atención intensificada por la ola de calor

Durante esta semana, el Samur Social ha intensificado su vigilancia sobre las personas que viven en la calle después de que el Consistorio activase la alerta roja del protocolo por ola de calor. Y es que el Ayuntamiento pone en funcionamiento este mecanismo cuando las temperaturas alcancen o superen los 38,5 grados o cuando haya al menos cuatro días consecutivos en los que los termómetros marquen máximas de 36,5 grados.

En lo que se refiere al Samur Social, cuentan con un listado de personas vulnerables en situación de calle que requieren un especial control y seguimiento. En esta línea, de lunes a viernes entre las 07.00 y las 20.00 horas, los Equipos de Calle realizan rutas para localizar a las personas sin hogar, facilitarles información y repartir agua. También se les ofrecen tarjetas de día para que puedan resguardarse en el Centro municipal de Acogida San Isidro o en el Beatriz Galindo.

Los fines de semana son las propias unidades móviles del Samur Social las que desarrollan esta labor. Entre los consejos que dan a las personas en situación de calle son: cubrirse la cabeza con un sombrero o gorra, esquivar la exposición directa al sol y caminar por la sombra siempre que sea posible, vestir prendas ligeras, hidratarse de forma constante y no realizar ejercicio ni otras actividades que supongan esfuerzo físico.