La ola de calor comienza a reducir este viernes su extensión en la Península y las temperaturas seguirán muy altas en todo el país. De hecho, la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) mantiene el aviso por alto riesgo de incendios en varias provincias.
España es el país europeo más afectado por los incendios forestales en todo 2023
Han hecho más "ruido" los incendios de otros países de la cuenca del Mediterráneo, pero España es el país europeo más afectado por los incendios forestales en todo 2023. Según la estimación en tiempo real del Sistema de Información Europeo de Incendios Forestales (EFFIS), aquí se han quemado más de 73.500 hectáreas, por las 52.700 de Italia y las 51.700 de Grecia.
Según datos del Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco), hasta el 23 de julio son 62.795 las hectáreas quemadas. El problema es que no sólo ha habido fuegos en verano: ya hubo una quincena grandes incendios en la primera mitad del año.
Incendios de 'sexta generación'
Pero el verano de 2023 está siendo mejor si lo comparamos con la situación de 2022. Hace un año, España sufría la peor oleada de incendios en más de una década. Fue cuando empezamos a oír hablar de los incendios de 'sexta generación'.
Son aquellos que liberan tal nivel de energía que modifican la meteorología de su entorno creando tormentas de fuego. Los incendios de 'sexta generación' son muy virulentos, prácticamente inextinguibles y la prioridad tiene que ser evacuar a la población.
Son mega-incendios causados por la aridez extrema a consecuencia, entre otras razones, por el cambio climático. "Los bosques que van quedando fuera de rango climático están extremadamente disponibles para quemar. Estos incendios liberan tanta energía que además de tener una atmósfera que les favorece, la aprovechan y la modifican, generando tormentas de fuego", señala Greenpeace.
Los incendios de 'sexta generación' son acaso la expresión máxima de los fenómenos que pueden convertir el verano en un infierno. Pero hay otros, que aparecen antes (causas) o después (consecuencias) de los incendios.
Rayos latentes
Un rayo latente o durmiente es algo así como una bomba con un mecanismo de relojería para hacer explosión pasado un tiempo. Se trata, sí, de un rayo dormido. Ha caído en un árbol en plena tormenta, pero no se despierta, y manifiesta su poder, hasta al cabo de unos días.
En el momento en que un rayo impacta en un árbol la descarga eléctrica puede penetrar en el mismo llegando hasta las raíces. El árbol no prende inmediatamente, ya que no tiene oxígeno disponible para ello, explica Meteored. No obstante, se empieza a generar una lenta combustión interna que puede permanecer entre 24 y 48 horas (se han dado casos de árboles que han llegado a arder hasta 9 días después).
Cuando las condiciones meteorológicas cambian, bien por un aumento del viento que pueda favorecer la combustión o bien por un descenso de la humedad, el árbol empieza a arder de forma inesperada dando lugar a un incendio forestal. El incendio se puede dar también a varios metros de distancia de la zona donde cayó el rayo.
El incendio de #Vallduixo se produjo por un rayo latente. Mira cómo sucede este fenómeno natural pic.twitter.com/iCVc5mjCRv vía @ferrandalmau78
— Museo Ciencia+Tecno (@muncyt) July 21, 2014
La vigilancia es fundamental. Los rayos latentes solamente se pueden detectar mediante cámaras infrarrojas que captan la elevada temperatura del árbol. Ese trabajo de vigilancia se viene haciendo, por ejemplo, en La Caldera de Taburiente, en la isla de La Palma, tras el incendio que quemó más de 3.000 hectáreas.
Tormentas secas
Parece que pasó lo peor de esta última ola de calor, pero para ella la AEMET había avisado del riesgo de tormentas secas en amplias zonas del interior peninsular, con rachas fuertes de viento y descensos bruscos de temperatura.
Las tormentas secas son un fenómeno meteorológico con lluvia muy escasa o inexistente, con rachas de viento muy intensas y caída de rayos, según explica Rubén del Campo, portavoz de la AEMET. Con condiciones propicias como las altas temperaturas y la baja humedad pueden dar lugar a un riesgo muy alto de incendios forestales.
Consecuencia de una tormenta seca son los reventones secos.
Reventones de calor
El reventón seco o de calor ocurre cuando hay una masa de aire muy cálida y muy seca. Tras formarse una tormenta situada a gran altura, donde no hace esta temperatura, se produce un choque contra la nube al caer la precipitación y parte de la misma se evapora.
Es entonces cuando se produce un enfriamiento del aire circundante a la lluvia. Las temperaturas pueden descender en cuestión de pocos minutos hasta 10 o 12 grados. Los reventones secos, provocan "vendavales y en ocasiones ascensos súbitos de las temperaturas en superficie", detalla Meteored.
En el caso de los reventones secos, "la precipitación no llega hasta la superficie, o solo unas gotas llegan al suelo, y la corriente descendente se genera por la evaporación de la lluvia por debajo de la base de la nube", explica AEMET en una guía informativa.
Según esta agencia, se trata de un fenómeno normal y habitual que sucede cuando las nubes de evolución terminan en tormentas aisladas en las que en algunas áreas se produce una convección de aire que puede derivar en "descensos transitorios y bruscos de la temperatura".
Pirocúmulos
Técnicamente se le llama flammagenitus y, como dice la AEMET, no es el humo del incendio, que lo parece, sino la nube que se forma justo encima. Un pirocúmulo es una nube que se forma por encima de una columna de humo gracias principalmente al aporte de humedad y energía que se produce en un incendio forestal.
Este tipo de nubes suelen ser las más peligrosas de un incendio, según la NASA. Eso es porque al generar una nube de tormenta pueden provocar que el fuego se extienda o que se generen nuevos focos de incendios.
Un #pirocúmulo es una nube que se forma por encima de una columna de humo gracias principalmente al aporte de humedad y energía que se produce en un incendio forestal. Técnicamente se le llama "flammagenitus". NO ES EL HUMO DEL INCENDIO, sino la nube que se forma justo encima. https://t.co/3S0sJRNFnb
— AEMET (@AEMET_Esp) August 6, 2019
Efectivamente, los pirocúmulos generados por las propias llamas hacen que el aire sea extremadamente caliente y contenga cenizas o pavesas. Estas nubes se van desplazando hasta que descargan su contenido: partículas de materia inflamada y vientos muy calientes.
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