Internacional

Rusia asegura que las bombas de racimo estadounidenses suministradas a Ucrania hieren y matan civiles a diario

Vladimir Putin y Denis Pushilin.
Mikhail Klimentyev/Kremlin Pool

El gobernador de la autoproclamada y prorrusa República Popular de Donetsk (RPD), Denis Pushilin, ha asegurado que las polémicas bombas de racimo suministradas por Estados Unidos a las Fuerzas Armadas de Ucrania matan y hieren a civiles "todos los días".

De acuerdo con Pushilin -impuesto en el cargo por el Kremlin- la ciudad de Donetsk y otras localidades de la región homónima están "diariamente bajo el fuego de racimo del enemigo". "Las personas mueren y resultan heridas", ha añadido en su canal de Telegram.

Pushilin ha recordado que las bombas de racimo están prohibidas por gran parte de la comunidad internacional, y ha criticado al Pentágono estadounidense por asegurar que Kiev hace uso de este tipo de municiones "de forma correcta".

"Los proyectiles de tipo racimo están prohibidos (...) y no con la excepción de los casos de aplicación 'de manera adecuada' (...) Y están bajo prohibición debido al hecho de que las principales víctimas de su uso son civiles", ha relatado el gobernador de la RPD.

En este contexto, Pushilin ha aprovechado para cargar contra Estados Unidos y sus operaciones en el sudeste asiático en la segunda mitad del siglo XX, donde hizo de aquellas tierras "campo de experimentos criminales".

"Los vastos territorios de estos países están literalmente repletos de bombas sin explotar. Hoy, al no poder revertir la desafortunada situación que se está desarrollando en la zona de guerra (...) Washington utiliza métodos habituales prohibidos", ha añadido.

"Bueno, nada nuevo. Estados Unidos todavía se considera una hegemonía inquebrantable, una ilusión. Creyendo que pueden continuar librando guerras por poder, usan municiones y métodos de guerra prohibidos", ha zanjado Pushilin.

Las autoridades de Estados Unidos suministraron hace semanas a las Fuerzas Armadas de Ucrania una serie de bombas de racimo bajo la promesa de Kiev de que las usarían tan solo con fines de desminado y lejos de núcleos urbanos y zonas habitadas.

El envío de armamento, prohibido por su impacto negativo en la población civil, despertó las críticas no solo de Rusia, sino de algunos de los aliados más estrechos de Estados Unidos y Ucrania, como Alemania, Reino Unido o Canadá.

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