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Francina Armengol, una expresidenta "plurinacional" para dirigir el Congreso

La nueva presidenta del Congreso, Francina Armengol
La nueva presidenta del Congreso, Francina Armengol
Carlos Gámez
La nueva presidenta del Congreso, Francina Armengol

El PSOE gana la primera batalla tras las elecciones generales del pasado 23 de julio. Y lo hace con un nombre propio, el de Francina Armengol (Inca, 1972). La socialista es ya la nueva presidenta del Congreso de los Diputados en sustitución de Meritxell Batet. Lo ha logrado, además, en primera votación tras alcanzar un pacto la formación socialista con sus socios de la pasada legislatura -Sumar, PNV, ERC, EH Bildu- y con el Junts de Carles Puigdemont, al que necesitarán en las votaciones que se produzcan de ahora en adelante, incluida la posible investidura del presidente en funciones, Pedro Sánchez.

El jefe del Ejecutivo, que ahora tendrá que arremangarse para volver a ser investido y que desbarata por el momento las esperanzas del bloque de derechas, demuestra así su acierto con el perfil elegido. De hecho, el primer gesto con las formaciones independentistas ya fue la renuncia motu proprio de Batet, que tuvo varias polémicas la pasada legislatura incluso con el socio de coalición de los socialistas, Unidas Podemos. Además, Batet fue la cabeza de lista del PSC, que arrasó en Cataluña y superó en escaños y en votos a todas las formaciones independentistas.

Por contra, Armengol es un perfil del agrado del nacionalismo. En la nota de prensa en la que el PSOE oficializó su propuesta, Ferraz ya la definió como una política que "apuesta por la convivencia basada en el diálogo y ejemplo de un país que convive con naturalidad en la riqueza que suponen las diversas lenguas que se hablan en España". Gerardo Pisarello, diputado de Sumar, fue más allá al definirla como una política "plurinacional". 

Francina Armengol, nueva presidenta de la Mesa del Congreso

La socialista Francina Armengol ha sido elegida este jueves presidenta del Congreso de los Diputados de la XV Legislatura gracias a los votos de los diputados del PSOE y de los socios de este, una vez consumado in extremis el acuerdo con ERC y Junts, que se ha producido esta misma mañana.

Armengol, farmacéutica de profesión, empezó su carrera política a finales de los noventa en su ciudad natal, donde fue concejal, para dar después el salto a la política autonómica: primero en el Parlamento balear, donde participó en diversas comisiones, y luego presidió el Consejo Insular de Mallorca, que presidió entre 2007 y 2011. En 2015 ganó las elecciones en las islas y comenzó su primera legislatura al frente del Gobierno regional, cargo que revalidó en 2019. Habla catalán y estudió en Barcelona.

Esto último no será baladí para su nuevo cometido, vistas las exigencias que los partidos catalanes pondrán sobre la mesa para seguir alcanzando acuerdos con los socialistas. De hecho, una de las cosas que ha desbloqueado el pacto para hacer presidenta a Armengol ha sido el registro por parte del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, de un documento ante la Unión Europea para hacer oficial el uso del catalán, el euskera y el gallego. Esto supondrá que serán idiomas cooficiales y podrán usarse en el Parlamento Europeo y los documentos serán traducidos a esas lenguas. 

Con todo, Armengol está acostumbrada a negociar y a acordar con ellos. Sin ir más lejos, en la primera legislatura en la que estuvo al frente del Govern de las Islas Baleares alcanzó un acuerdo con la formación soberanista Més. También la apoyó Podemos desde fuera. En la segunda legislatura, sumó los apoyos de Més per Mallorca, Més per Menorca y Gent per Formentera. 

Política lingüística muy marcada

Su apuesta por el catalán ha marcado parte de sus políticas en Baleares. Su primer mandato se recuerda por la puesta en marcha del decreto que regulaba el uso del catalán en la sanidad balear. Aprobado en marzo de 2018, dicho decreto establecía que los médicos y los enfermeros que se presentasen a las oposiciones deberían acreditar un nivel elemental de catalán en un plazo máximo de dos años una vez obtenida la plaza. Fueron unánimes las críticas de la oposición y el decreto fue finalmente declarado nulo por la Justicia balear en enero de 2020, una decisión que ratificó el Tribunal Supremo en octubre de 2021.

Y en su segunda legislatura al frente del Gobierno balear se aprobó la ley de educación que eliminó la referencia al castellano como "lengua vehicular" en las aulas, evitando así su equiparación expresa con el catalán.

En el último mandato, Armengol se vio envuelta en alguna que otra polémica. Uno de sus episodios más sonados ocurrió cuando fue pillada de copas de madrugada en Palma en plenas restricciones horarias por la pandemia de coronavirus. La oposición pidió su dimisión, pero ella se limitó a pedir perdón por el error.

Otros de los asuntos que tuvo que afrontar fue el caso de las menores tuteladas por el Instituto Mallorquín de Asuntos Sociales (IMAS) víctimas de la prostitución, o la trama de corrupción denominada 'caso Puertos'.

La ola azul vivida en las elecciones autonómicas y municipales del pasado 28 de mayo se la llevó por delante. Pese a mejorar el apoyo ciudadano, Armengol vio cómo la suma de PP y Vox lograba desbancarla en favor de Marga Prohens, la nueva presidenta de las islas.

Entonces, el suyo fue uno de los nombres propios que Sánchez eligió para sumar a su equipo en el Congreso y en el Senado, un gesto que tuvo con otros barones que no iban a poder reeditar sus gobiernos autonómicos pese a la "buena gestión" de la que presumió el presidente. En el caso de Armengol, este salto supone su primera vez en la política nacional. Y lo hace, además, a lo grande: siendo la tercera autoridad del Estado. 

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