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El gaélico, los Tratados y un reglamento de 1958: ¿pueden ser el catalán, el euskera y el gallego lenguas oficiales de la UE?

El diputado de ERC Gabriel Rufián conversa con el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, durante la sesión constitutiva de las Cortes Generales,
EFE/Juan Carlos Hidalgo

El gallego, el catalán y el euskera pueden ser lenguas oficiales de la UE, sí, pero el proceso para que lo sean no es ni mucho menos sencillo. En el marco de su acuerdo con los independentistas para la formación de la Mesa del Congreso el Ejecutivo se ha comprometido a impulsar que los tres idiomas cooficiales se puedan utilizar en las instituciones europeas, y hay precedentes parecidos. Pero se trata de un debate muy denso y lleno de matices, con un proceso que se puede alargar varios años.

¿Es una quimera? No. ¿Depende solo de España? Tampoco. "Es un tema que hay que analizar muy bien y además hay que comprobar si se necesita una reforma importante de los Tratados", asumen las fuentes consultadas por 20minutos. Y precisamente en los Tratados está el primer punto clave: el artículo 342 del Tratado de funcionamiento de la UE exige la unanimidad del Consejo, y aquí aparece un problema, puesto que algunos países miembros como Francia o Italia podrían votar en contra, pues tienen lenguas cooficiales también y podrían encontrarse ante el mismo reclamo.

De todos modos, ya hay precedentes en el uso de las lenguas cooficiales de España. "Independientemente del estatus legal de las lenguas oficiales de la UE, el Parlamento Europeo, en una resolución en diciembre de 1990, pidió que el catalán fuera una lengua de comunicación entre los ciudadanos y las instituciones europeas (no una lengua oficial)", recuerdan desde la Eurocámara. Siguiendo esta resolución, el Parlamento Europeo, a través de su oficina en Barcelona, utiliza el catalán como lengua de comunicación con los ciudadanos. La oficina utiliza el catalán en sus campañas informativas, publicaciones, comunicados de prensa, página web y redes sociales.

Al mismo tiempo, en 2006, el Gobierno español solicitó el uso del catalán, en paralelo a las peticiones a las demás instituciones. Cualquier ciudadano español puede escribir al Parlamento Europeo o dirigirse a esta institución en cualquier idioma oficial de España y, en esos casos, la respuesta al ciudadano se cursa en el idioma escogido. "Además, los miembros del Consejo y del Comité de las Regiones pueden hablar cualquier lengua cooficial española tras los acuerdos firmados entonces y siguiendo un procedimiento específico", concluyen.

Eso sí, el precedente más cercano -y que puede ser importante para tener una referencia- es el del gaélico. En un primer momento se trató de una lengua de Tratado, pero no de una lengua oficial en 1973, cuando Irlanda entró en la UE. Sí pasó a ser uno de los 24 idiomas oficiales de la UE en 2007, fecha en la que se aprobó tal paso, dos años después de que el país lo solicitara. Eso sí, se trata de un elemento limitado por lo que no todos los documentos se traducen al gaélico.

Con todo, hacer ahora el catalán, el gallego y el euskera en lenguas oficiales de la UE implicaría tener que traducir los tratados y toda la documentación y legislación que se produzca a partir de ahora, pero también todo el acervo comunitario, con todos los tipos de documentos que esto implica. La inmensa mayoría de las 24 lenguas oficiales en la Unión Europea lo son a través de la entrada de su Estado miembro en el bloque, como es lógico. El reglamento de las lenguas cooficiales se aprobó en 1958, con la Comunidad Económica Europea, y es la base que se ha ido retocando a medida que la Unión se ha ampliado.

¿Cuáles son entonces los planes del Gobierno? Por lo pronto llevar el debate al próximo Consejo de Asuntos Generales, que se celebrará el 19 de septiembre en Bruselas. No está claro, en cambio, que ahí se vaya a dar ya una votación sobre el asunto. Si se toma como referencia lo que pasó con el gaélico, el tema podría tardar incluso dos años en resolverse, pero en este caso hay además otro componente importante: España ostenta hasta diciembre la presidencia del Consejo de la UE y han llegado algunas críticas al Ejecutivo por 'aprovechar' esa presidencia rotatoria para tratar un tema de índole que para muchos es puramente nacional.

En el pasado se han dado pasos en este sentido, pero no tan ambiciosos como el que se pretende dar ahora. El año pasado ya el Gobierno español remitió al Parlamento Europeo una petición para que el catalán, euskera y gallego pudieran usarse en los plenos, y la situación se encuentra en espera a falta de un informe de los servicios jurídicos de la Eurocámara para ver la viabilidad teniendo el cuenta el día a día de la institución. Al similar sucedió en 2005 durante el Ejecutivo de Zapatero con una petición parecida para la firma de convenios. Entonces el Parlamento se quedó fuera por desacuerdo entre grupos. Ahora el melón se vuelve a abrir... pero no será sencillo de cerrar.

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