Romper barreras, abrir caminos y conquistar horizontes hasta llegar a la Plaza del Obradoiro. Ese fue el principio de DisCamino. Su razón de ser. Y Javier Pitillas quién lo hizo posible.  

Todo comenzó cuando, al acabar el Camino, Gerardo, un chico sordociego -que ahora es uno de sus grandes compañeros- le dijo: «Javier, busca más personas con problemas como yo para hacer el Camino durante muchos años», y desde entonces, juntos, han ayudado a más de 400 personas con discapacidad a cumplir su sueño de convertirse en peregrinos. 

Como si de una suerte de genios de la lámpara se tratasen, Javier Pitillas -agente de la Policía Local de Vigo jubilado-, Gerardo y los más de 40 pilotos voluntarios con los que cuentan, transforman camas en artilugios con ruedas capaces de atravesar montes, o caminan cargados con sillas Joëlette, con el objetivo de cumplir un reto: peregrinar. 

Pero DisCamino no es solo la ruta. Comienza mucho antes, con la preparación física y mental necesaria para hacer el Camino. "Es el compañerismo que surge en los retos compartidos, es la ilusión de implicarse en algo que cambiará tu vida y la llenará de significado", afirman.

Más allá de los pedales, más allá del Camino

Niños y niñas con parálisis cerebral, personas con síndrome de Down y multitud de copilotos sordociegos. Todos ellos han viajado con DisCamino desde su origen y, al contrario de lo que muchos creen, han experimentado una autonomía que ellos y sus familiares creían imposible. "Nosotros no paseamos gente, hacemos deporte con ellos", advierte Javier.

Además, lo que comenzó con una única ruta, rápidamente se extendió y actualmente contempla caminos de senderismo, montaña y ciclismo a lo largo de todo el territorio peninsular. 

Perimetral Ibérica: más de 5000 kilómetros

Este es uno de esos proyectos que ejemplifican la famosa cantinela "cuando se cierra una puerta, se abre una ventana", porque Perimetral Ibérica nace por la incapacidad de llevar a cabo Eurovelo-3, una ruta de peregrinación de Noruega hasta Santiago, que duraría casi dos meses y que, debido a los elevados costes de alojamiento, manutención y logística, va a tener que esperar.

Lo que sí mantiene este proyecto, que arrancó el pasado 14 de julio, son los 5000 kilómetros que lo conforman. Portugal, España, Francia y Andorra son los países elegidos para esta gran ruta, que llegará a su final el 26 de septiembre. 

Esta vez, sus tres protagonistas completarán la ruta con bicicletas adaptadas. Ellos son: Chema que sufre ceguera y se desplaza en silla de ruedas, Iván, a quien un tumor cerebral dejó sin oído, sin visión y sin equilibrio, y que también usa silla de ruedas, y Pablo qué sufrió un ictus que le provocó una hemiplejia.

Esta iniciativa, como muchas de las grandes historias de superación, nace con la promesa que le hizo Pitillas a Iván: si él se sacaba el título de entrenador de fútbol, ellos harían la aventura de su vida juntos. Y ya ven, hay promesas, y compañías, que derriban las barreras más altas.